Finlandia inicia la fase de pruebas del primer almacén nuclear permanente del mundo
Este pionero almacén geológico está situado en un lecho rocoso estable a unos 430 metros de profundidad y tiene capacidad para albergar los residuos nucleares producidos durante un siglo
Tras 20 años de obras, Finlandia inició este viernes la fase final de pruebas del primer Almacenamiento Geológico Profundo (AGP) del mundo, construido para albergar de forma permanente los residuos nucleares del país nórdico.
La empresa encargada de la construcción y gestión del AGP, Posiva Oy, señaló en un comunicado que estas pruebas, destinadas a verificar el correcto funcionamiento de los equipos y sistemas de almacenamiento, durarán varios meses, aunque no especificó cuándo estará lista para operar.
“Posiva ha dado un paso significativo hacia el inicio real de las operaciones de almacenamiento definitivo de los residuos radiactivos”, afirmó el presidente de la empresa, Ilkka Poikolainen.
El almacén geológico, bautizado como “Onkalo” (cavidad en finés), está diseñado para albergar durante al menos 100.000 años el combustible radiactivo gastado procedente de los cinco reactores nucleares del país, todos ellos propiedad de las compañías eléctricas TVO y Fortum.
Situado junto a la central nuclear de Olkiluoto, en el municipio de Eurajoki (costa oeste de Finlandia), este pionero almacén geológico está situado en un lecho rocoso estable a unos 430 metros de profundidad y tiene capacidad para albergar los residuos nucleares producidos durante un siglo.
Antes de su almacenamiento definitivo, el combustible gastado se habrá dejado enfriar durante unos 40 años, tras lo cual solo quedará una milésima parte de su radiactividad original, según Posiva.
Transcurrido ese tiempo, el combustible será envasado en contenedores de hierro fundido recubiertos por una gruesa capa de cobre anticorrosión y colocados en agujeros de deposición, que serán luego sellados con arcilla de bentonita.
De acuerdo a la compañía finlandesa, una vez depositados en su lugar definitivo, las paredes del contenedor y unos pocos metros de roca son suficientes para detener por completo la radiación liberada por el combustible gastado.
“Con una solución de eliminación final responsable, hacemos posible la producción de electricidad nuclear respetuosa con el clima”, aseguró la empresa, que también ofrece servicios de consultoría a compañías de gestión de residuos radiactivos de otros países.
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