Instrumentos cada vez más sofisticados para financiar la transición energética

La banca pide apoyo gubernamental para reducir los riesgos. Los nuevos operadores impulsan el negocio

Sultán Al Jaber, presidente de la COP28 en Dubái.Associated Press/LaPresse (APN)


El Sultán Al Jaber, presidente de la COP28, fue claro hace un mes en la reunión previa a la Cumbre del Clima que se celebra ahora en Emiratos Árabes Unidos: “Hacen falta billones, no solo miles de millones”, reclamando que se haga todo lo posible para movilizar la financiación privada hacia la lucha contra el cambio climático.

Lo cierto es que el mercado ofrece cada vez más instrumentos para desarrollar esa financiación. Tal y como observa Borja Saéz de Montagut, responsable global de project finance de energía de BBVA, el sector renovable está sofisticándose como consecuencia de la llegada de nuevos operadores atraídos por la oportunidad de negocio.

“Fondos de infraestructuras internacionales, compañías petrolíferas, etc., compiten ahora con los operadores tradicionales del sector por obtener mayor presencia de mercado”, indica, lo que conlleva el desarrollo de soluciones de financiación cada vez más especializadas en cada una de las etapas de la cadena de valor. Por ejemplo, en la fase de promoción se fomentan líneas con garantías amplias, mientras que los desarrolladores están buscando estructuras de financiación de corto plazo con mayor flexibilidad de desembolso.

“Las operaciones de project finance financiadas por la banca comercial, o deuda sénior, cubren la mayoría de las transacciones”, asegura Jaume Pujol, socio de financial advisory de Deloitte, pero “otra forma de financiación menos conocida que se empieza a utilizar son los fondos de deuda (direct lending)”. En este caso no existe intermediación financiera y son fondos de inversión los que otorgan préstamos a empresas con el objetivo de conseguir rentabilidad.

Para Luis María Fuente, responsable de green finance de Accenture, en un nuevo entorno de tipos de interés altos, es importante para los desarrolladores de proyectos el buscar alternativas de financiación que incentiven el hecho de que las inversiones estén alineadas con la descarbonización “y también perseguir alianzas público-privadas en materia de infraestructura que consigan apalancar una mayor base inversora y consigan hacer de-risking de las inversiones”, en referencia a la tendencia de las instituciones financieras a reducir líneas de negocio para evitar riesgos regulatorios y de cumplimiento.

En ese sentido, cree que una vía para impulsar esa transformación pasaría por innovar en instrumentos dentro del mercado de capitales y de préstamos, “donde las emisiones de bonos y el otorgamiento de préstamos vinculados a indicadores de sostenibilidad relacionados con, por ejemplo, potencia renovable instalada, pueden dar flexibilidad a emisores para obtener financiación en condiciones ventajosas vinculada a la consecución de estos objetivos”.

Para acelerar la descarbonización y el uso de energías renovables, “es esencial reducir el coste y mejorar las economías de escala de tecnologías más novedosas como, por ejemplo, el hidrógeno verde o las baterías”, considera Miguel Ángel Amores, gerente de energías renovables de Triodos Bank. En estos casos, prosigue, “la financiación a proyecto (project finance) sigue siendo el producto más eficiente, pero, hasta que sean competitivas, se necesita cierto apoyo gubernamental para reducir los riesgos de la inversión o conseguir una cierta rentabilidad”.

Y pone como ejemplos de estas herramientas los avales públicos que garantizan el repago de una parte de los préstamos, la subvención parcial de la inversión, las bonificaciones fiscales o las primas a los ingresos.

A tener en cuenta

Análisis. Bloomberg cuantifica la inversión en energías renovables en 2022 en 840.000 millones de dólares (773.687 millones de euros al cambio actual). La financiación de estas cantidades provino, según la organización de análisis Climate Policy Iniciative (CPI), en un 35%-40% mediante project finance y a través de financiación corporativa, un 60%-65%.

Colaboración. El presidente de la COP28 también ha reclamado que los bancos multilaterales de desarrollo (BMD) trabajen en impulsar las inversiones del sector privado. En ese sentido, el  Banco Europeo de Inversiones (BEI), por ejemplo, colabora con los sectores público y privado, concediendo préstamos directos a grandes empresas y proyectos, mientras que para los pequeños desarrollos ofrece préstamos u otro tipo de ayuda a intermediarios como bancos locales, para que éstos, a su vez, proporcionen financiación a las pequeñas empresas. Por cada euro gastado por el BEI en sus operaciones energéticas, atrae otros 1,4 euros del sector privado.

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