Iberdrola vende activos de gas en México a un fondo público y lima asperezas con López Obrador
Se trata de 15 centrales eléctricas, principalmente ciclos combinados, por 5.500 millones
En línea con el Plan Estratégico presentado al mercado el pasado 9 de noviembre, en el que figuraban importantes inversiones y desinversiones centradas en el objetivo de la descarbonización, Iberdrola ha anunciado este martes una gran operación de venta de activos de gas natural en México, con la que pone fin a varios años de tensiones con el Gobierno del país.
Según comunicó la compañía que preside Ignacio Sánchez Galán a la CNMV a última hora de la tarde, la filial Iberdrola México y el fondo estatal Mexico Infrastructure Partners (MIP) habían suscrito un acuerdo de intenciones por el que un fideicomiso encabezado y gestionado por MIP adquirirá 8.539 MW de capacidad instalada, en su inmensa mayoría (8.436 MW) correspondientes a centrales de ciclo combinado de gas, y otros 103 MW eólicos.
Se trata de 12 centrales (o un total de 15 grupos) de gas natural que la energética española lleva años explotando en el país azteca. Varias operan bajo el régimen de Productores Independientes de Energía contratados con el regulador nacional, la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Concretamente, los ciclos de Monterrey I y II; Altamira III y IV; Altamira V; Escobedo; La Laguna, Tamazunchale I; Baja California; Topolobampo II y III, junto con el parque eólico La Venta III, que suponen el 87% del total de la capacidad que se va a vender.
A estas se suman las centrales, en régimen privado, de Monterrey III y IV, Tamazunchale II y Enertek, que suman 2.429 MW. A Iberdrola le quedan además en el país otros 166 MW; 202 MW de cogeneración y 1.059 MW de renovables.
El valor acordado para la venta podría modificarse en función de la fecha de cierre de la transacción y otros ajustes. Barclays ha sido el único asesor financiero del Gobierno mexicano, concretamente, a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, a través del vehículo especial de MIP.
La operación está sujeta a las autorizaciones administrativas preceptivas y al cumplimiento de determinadas condiciones habituales en este tipo de transacciones. Además, cuenta con el apoyo financiero del Fondo Nacional de Infraestructura de México (Fonadin) y otras entidades públicas vinculadas al Gobierno de México.
La energética española aclara que esta operación, con la que se ha congraciado con el Gobierno mexicano y termina con los pleitos que arrastra en el país desde hace años, no supone su salida de un mercado en el que está presente desde hace más de dos décadas.
Sánchez Galán mantuvo una reunión con el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, para la firma del acuerdo, en la que escenificaron las buenas relaciones que surgen del mismo. En un comunicado anunciaron “el inicio de una nueva etapa tras la firma del acuerdo de intenciones suscrito para la venta de activos”. Ambos presidentes “se comprometen a avanzar en el desarrollo de las energías renovables en el país”, concluye.
Iberdrola, por su parte, confirmó “su apuesta por México reafirmando su liderazgo como el principal generador privado de energías renovables con el respaldo del Gobierno Federal para continuar operando sus activos en condiciones de mercado e impulsar la transición energética en el país.” Galán agradeció “el apoyo y la flexibilidad mostrada por el Gobierno para alcanzar este acuerdo, a la vez que consideró México un país estratégico, con potencial de crecimiento y expansión donde mostrará su apoyo desarrollando capacidad renovable”. Además, Iberdrola México “seguirá prestando servicio a sus clientes actuales y ambas partes trabajarán conjuntamente para tratar de resolver las distintas controversias abiertas en el país en los últimos años”.
Para López Obrador, “el acuerdo permite avanzar en la implementación de la nueva política energética de México, supone el inicio de una nueva etapa en la que la compañía participará activamente en el desarrollo de renovables del país”
Estas declaraciones del presidente mexicano contrastan con las críticas que lanzó en febrero del año pasado contra grandes empresas españolas, de las que dijo: “Abusaron de nuestro país y de nuestros pueblos” y acusó a Iberdrola de monopolio.
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