Energía

Endesa vuela la icónica chimenea de la térmica de Andorra con 265 kg de explosivos

Era un símbolo de la época dorada de la industria del carbón en la provincia de Teruel

Como si estuviera hecha con naipes, los 343 metros de la icónica chimenea de la central térmica de Andorra (Teruel) se han venido abajo, demolida por 265 kilos de explosivos y que han generado alrededor de 25.000 toneladas de residuos. Endesa avanza de esta manera en los trabajos de desmantelamiento de la central bajoaragonesa, un paso más en el proceso de cierre de las centrales de carbón que la compañía está llevando a cabo y que culminarán en España en 2027.

Para la demolición de la segunda estructura de hormigón más alta de España se han utilizado 170 detonadores no eléctricos, 108 conectadores de superficie y ocho detonadores no electrónicos. Símbolo de la época dorada de la industria del carbón en la provincia de Teruel, la chimenea, con 343 metros de altura, 23,5 metros de diámetro en su base y 9,65 metros en la coronación, fue construida entre 1978 y 1979 y pesaba aproximadamente 25.000 toneladas.

Ahora, esos residuos, básicamente hormigón, se valorizarán para ser usados como material de relleno, mientras que el hierro que constituía la armadura también será revalorizado. La demolición de la chimenea ha estado rodeada de polémica, dado que desde varias asociaciones culturales, sociales y políticas de la provincia se reclamaba su mantenimiento como símbolo de una identidad territorial ligada a la minería del carbón desde hace décadas. Fue construida con objeto de llevar a cabo un uso extensivo de los lignitos negros procedentes de explotaciones situadas en la cuenca minera turolense, mezclados con carbones de importación, recuerda Endesa.

La térmica de Andorra constaba de tres grupos, con una potencia total de 1.100 MW. Cada grupo disponía de caldera, turboalternador y torre de refrigeración. En mayo se demolieron las tres torres de refrigeración de la central, que dejó de funcionar en junio de 2020.

Ahora, con la caída de la chimenea, el horizonte de Andorra queda definitivamente desnudo de este símbolo. Durante sus cuatro décadas de actividad produjo 224.000 GWh, equivalentes al consumo de electricidad peninsular durante un año. Para ello necesitó 142 millones de toneladas de carbón (110,9 millones de carbón nacional y 31,7 millones de carbón importado).

El proceso de desmantelamiento de la central, una operación de “gran complejidad técnica” que ocupa a 250 personas como mano de obra directa, se acompaña de un plan de futuro para la zona que incluye la implantación de nueva industria y el desarrollo de nueva potencia energética, esta vez renovable. Está previsto por parte de Endesa la implantación de siete proyectos renovables hibridados, dos proyectos de almacenamiento con baterías, un proyecto de hidrógeno verde y un compensador síncrono. Todo ello, recuerdan desde la compañía, acompañado de un plan socioeconómico para la zona que tiene como objetivo generar empleo y valor en el entorno de la que fuera una de las centrales térmicas más grande de España. Con estos proyectos, en los que, a través de Enel Green Power España, Endesa prevé invertir 1.500 millones de euros, se crearán 6.300 empleos, 370 de ellos directos.

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