Las líneas rojas que no se deben cruzar en las redes sociales
En la mayoría de las ocasiones, los usuarios no disponen de control sobre los datos que comparten en estas plataformas. Lo más aconsejable es no tenerlos visibles al público
El 85% de la población internauta de España es usuaria de redes sociales, lo que representa a 28 millones de personas, según el último estudio de IAB. “Las redes son un medio para compartir, adquirir y gestionar datos personales, sobre los que los usuarios no disponen de control en la mayoría de las ocasiones y sobre los que, además, no se tiene constancia. Por ello, la concienciación y el uso responsable es fundamental para evitar fraudes o suplantación de identidad”, afirma David Lorenzo, consultor de ciberseguridad de Seresco, firma especializada en soluciones de software.
La profesora de redes sociales de la Universidad CEU San Pablo Ainhoa Torres advierte de que, aunque a primera vista estas plataformas puedan parecer gratuitas, no lo son. “El precio que pagamos son nuestros datos, sexo, edad, situación sentimental, gustos…”, avisa.
Con toda esta información, Facebook, la red que más expone a sus usuarios, la compañía de Mark Zuckerberg, es capaz de vender a los anunciantes compradores potenciales. “Lo que en realidad sucede es que, sin percibirlo, no solo somos usuarios, sino que nos hemos convertido en un producto que brinda suculentos beneficios”, explica.
En este sentido, Marta Sevilla, cofundadora de D80, consultora especializada en relaciones públicas y marketing, revela que, aunque para poder abrir un perfil sea necesario ofrecer ese tipo de información, no es necesario tenerlo visible para nuestros contactos.
Estas aplicaciones no son gratuitas: venden los datos que obtienen a las marcas
“Estos datos son una pieza clave para el robo de nuestra identidad, por ello, lo recomendable es ocultar toda nuestra información para que nadie pueda ver nuestros datos personales: desde la información personal hasta las publicaciones, álbumes de fotos o listas de contactos y personas o grupos a los que seguimos”, señala Sevilla.
Los expertos insisten en que para preservar nuestra seguridad es importante marcar unas líneas rojas claras que no se deben traspasar. Algunas son evidentes, como el no compartir nuestra ubicación. “Una cena fuera, un concierto o unas vacaciones, si hacemos pública la ubicación es un indicio de que no estamos en casa y nos expone a recibir una visita indeseada”, observa Torres.
De todas, la que más información recopila y exhibe de sus usuarios es Facebook
Otras precauciones son menos obvias. “Debemos ser cuidadosos con qué decimos o mostramos sobre nuestro desempeño laboral para evitar disgustos. Igualmente, es recomendable ser cautos con el contenido relacionado con lo que pensamos y sentimos. Todo aquello que tenga que ver con política, religión y algún que otro tema controvertido puede suponernos un disgusto a la hora de buscar trabajo”, mantiene.
Además, es aconsejable que, si la red lo permite, mantengamos la cuenta en privado, y tener muy claro qué personas tienen acceso a ella. “Deberíamos poder poner nombre y cara a todos ellos”, insiste Torres. Sobre todo, en el caso de publicar contenido sobre nuestros hijos o menores. “Hay que reflexionar sobre si queremos que a nuestros hijos les reconozcan por la calle, y decidir si queremos mostrar sus caras, y en caso de que vayan a un colegio que tenga uniforme, asegurarnos de no subir fotos en las que se vea, porque estaríamos dando su localización, además de su nombre, cara…”, expone.
Y siempre ser conscientes de que, aunque podamos borrar la información, no podemos evitar que alguien haya hecho un pantallazo de lo que hemos publicado y que más tarde lo dé a conocer.
Cuánto nos expone cada cuenta
Facebook. Es la red que más datos obtiene: lugar de residencia, trabajo y estudios, situación sentimental, familiares, teléfono y mail, creencias religiosas, sexo o la fecha de nacimiento. A través de su Messenger se puede comprobar la última actividad del usuario: si lo primero que hace por la mañana y lo último que hace al terminar el día es comprobar sus mensajes, podrían llegar a deducirse sus horarios de sueño y hábitos nocturnos.
Twitter e Instagram. Las dos plataformas actúan de forma similar. En Instagram, si la cuenta está configurada como privada, no se puede acceder a la información. Ambas obtienen el número de seguidores y de seguidos, menciones, foto de perfil y la geolocalización desde donde se publica un contenido, lo que posibilita conocer hábitos, fechas y direcciones exactas, además de los gustos personales.
TikTok. En esta red no existe tanta metainformación como en otras. Sus vídeos no poseen geolocalización y tampoco metadatos, pero pueden ser fácilmente descargados con el fin de utilizar otro tipo de técnicas de ataque por parte de los piratas informáticos, como el deepfake.
LinkedIn. Elabora un perfil del puesto de trabajo, ofrece la foto, localización, nombre de la empresa o estudios de una persona. Además de la obtención de un listado de todos los trabajadores de una organización. Por ello es la red favorita de los piratas informáticos para llevar a cabo ataques de phishing.