La hora de las fusiones bancarias también para el resto de Europa

La unión de CaixaBank y Bankia es un primer paso para un proceso de consolidación pendiente en la zona euro que tiene a bancos italianos y alemanes como grandes candidatos.

Sede de Unicredit en MilánReuters

Para bien o para mal, la banca española es pionera en tendencias dentro de Europa. Lo fue hace unos años con la resolución y simultánea venta de Banco Popular, y ahora también con las fusiones tras el acuerdo entre CaixaBank y Bankia. Sin embargo, el gran problema de la banca española no difiere mucho del de sus colegas europeos: una muy baja rentabilidad que no cubre el coste del capital. Todas las entidades comparten la política monetaria de tipos cero que imparte el BCE.

Tan baja rentabilidad de momento solo tiene solución en la reducción de costes y es un reto común para el conjunto del sistema bancario de la eurozona. “El índice del sector bancario cotiza a mínimos de 2009 o incluso de 1996. La destrucción del valor para el accionista parece interminable. El sector nunca se recuperó de la crisis de la deuda soberana en la eurozona. A su vez, las provisiones para riesgos crediticios avisan sobre el deterioro de la calidad de los activos”, explica el estratega de Ostrum (Natixis IM) Axel Botte. “Más que nunca, la consolidación parece necesaria en el sector bancario europeo”, añade.

El presente y el futuro no son mucho más halagüeños para la marcha de la banca europea ya que a medida que disminuya la marea de apoyo fiscal por la crisis de la Covid-19, los expertos esperan una sacudida en la calidad de los activos. Esto puede ocurrir a finales de 2020 o principios del próximo año, dependiendo del país, momento en el que se producirá un nuevo aumento en desempleo e insolvencia empresarial. Por eso, el Banco Central Europeo ha decidido facilitar el camino de las fusiones bancarias en Europa.

Luigi Motti, responsable de análisis de instituciones financieras de S&P Global Ratings, lo explica: “El BCE asegura que no pondrá impedimentos innecesarios frente a las posibles fusiones. El tratamiento regulatorio del fondo de comercio negativo (la diferencia entre el valor en libros y el precio de adquisición) permitirá reconocerlo en el capital de la entidad resultante, y los requerimientos de solvencia no se incrementarán por el simple hecho de que haya una fusión”.

Pese a que los expertos consultados creen que habrá fusiones en los bancos europeos, se muestran reticentes a hacer pronósticos de boda concretos. Morgan Stanley considera que la unión de UniCredit-BPM sería el principal escenario de fusiones y adquisiciones de bancos italianos, aunque recuerda que el Gobierno de este país dijo que sondearía la unión de UniCredit con Monte dei Paschi. De momento, solo se han conocido intenciones o rumores de fusiones como la de Credit Suisse y UBS, o la posibilidad de alguna transnacional como la de Deutsche Bank y UBS después de descartarse un acuerdo entre el banco alemán y el Commerzbank que parecía casi hecha.

Francisco Uría, socio responsable del sector financiero de KPMG, apunta que las fusiones bancarias tendrían más lógica en los países con mayor número de bancos y que también (y la coincidencia no es casual) tienen peores ratios de rentabilidad y eso no sucede en el mercado español, sino en los centroeuropeos. “Existen grandes países del centro de Europa en los que no se ha producido todavía la reestructuración que sí se produjo en Italia y en España”.

Sin embargo, Luigi Motti explica que las fusiones se producirán en “aquellos países donde el sector bancario va a tener más presión en su rentabilidad operativa, donde las estructuras operativas y de costes son más elevadas y donde los niveles de fragmentación del mercado son más altos. Puede ser el caso de Italia y de Alemania, pero también de otros”.

En cuanto al tamaño, los más proclives a la fusión serían los bancos medianos y pequeños, ya que son los que más presión pueden tener en sus márgenes operativos y por sus necesidades para acometer las inversiones en digitalización e infraestructuras de sistemas necesarias para poder seguir compitiendo.

Pero el proceso de fusiones bancarias en Europa no es un camino de rosas. Un reciente informe de Bank of America destaca la prohibición del BCE de repartir dividendo a la banca como problema, a pesar de que el veto quizá podría levantarse el año próximo. “Simplemente no es posible que la gerencia juzgue el rendimiento de la inversión a menos que conozca las reglas y se pueda pagar el efectivo liberado o ganado. Si las reglas son que el capital empleado no se puede distribuir, el rendimiento de la inversión es cero”.

Donde sí existe consenso de los expertos es en que las fusiones transnacionales aún no llegarán. Francisco Uría explica que “no consiguen la reducción de costes y las sinergias que sí se producen en las domésticas. Encuentran además dificultades por motivos regulatorios, jurídicos y culturales”. Nuria Álvarez, analista bancaria de Renta 4, recuerda que “sin una unión bancaria como tal, las fusiones transnacionales son complicadas, y no las veremos”.

Cuando hay capital público en el accionariado

La presencia mayoritaria del Estado en Bankia a través del FROB no ha impedido el acuerdo de fusión con CaixaBank. Francisco Uría, de KPMG, explica que la experiencia pública de la gestión de bancos no ha sido positiva. No obstante, insiste en que si los bancos cumplen con la regulación, sus dueños tienen derecho a tomar sus propias decisiones. Nuria Álvarez indica que lo importante no es quién esté en el accionariado, sino la gestión. En el caso de Bankia, el Gobierno lleva años como accionista y la entidad se gestionó de forma independiente.

Las uniones transnacionales son complejas y generan menos sinergias

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