La ‘b’ y la ‘v’ juntas en el teclado, ¿a quién se le ocurrió?

Escribir correos electrónicos forma parte de nuestro día a día laboral. Redactamos tantos, que las probabilidades de equivocarnos son elevadas, más aún si tenemos en cuenta ciertos caprichos de los teclados y de ciertos proveedores de correo electrónico.

Debido a ello, en ocasiones conseguimos el efecto contrario, y el correo electrónico enviado, en lugar de éxito comercial, nos coloca en una situación complicada o embarazosa. Recopilamos algunas de las situaciones más comunes que se dan en las oficinas de las pequeñas y medianas empresas españolas, en relación con la redacción y envío de correos electrónicos:

  • La b y la v juntas. ¿Quién no se ha preguntado en alguna ocasión por qué la v y la b están juntas en el teclado? Como si de una maléfica conspiración se tratara, la b y la v se alinean una al lado de la otra en nuestro teclado para 'enBiar' correos con faltas de ortografía que hacen daño a la vista. Muy común en correos dirigidos a otros compañeros de trabajo con los que hay cierta confianza y que no se revisan. A pesar de ello, el error es embarazoso, y puede hacer dudar del nivel cultural del emisor del mensaje.
  • 'Un salido'. ¿Una nueva forma de despedirse? No. La ubicación de la i y la u juntas vuelven a jugar una mala pasada en la redacción, en este caso en la despedida. En lugar de "un saludo" muchos escriben "Un salido". Una despedida demasiado común que se debe a que justo esa parte de los correos electrónicos es una de las menos leídas, puesto que aparentemente no hay nada que corregir.
  • El adjunto sin adjuntar. Tan común era olvidarnos de adjuntar los archivos, que Google ideó un aviso cuando en el texto escribes la palabra "adjunto" y posterirmente no adjuntas nada. Si usas gmail habrás disminuido tus errores de adjunto en un 100%. Pero una gran parte del resto de proveedores de correo siguen sin avisarnos del error, lo que nos obliga en ocasiones a enviar dos correos. Un primer mail avisando de que le envías un adjunto, y un segundo correo con el adjunto, porque se te ha olvidado ponerlo en el primero.
  • Responder a todos. Las cadenas de emails con decenas de correos, en ocasiones, también pueden dejarnos en evidencia. Revisa bien ese correo y las direcciones, para no decir cosas que no debes frente a receptores que no deberían leer lo que escribes.
  • Los textos predictivos en la barra de dirección. Equivocarnos de emisor y enviar un mensaje a otra persona distinta es un error muy común. Se ha desarrollado a raíz de las recomendaciones que te realizan algunos servidores de correo de forma predictiva. Tecleas "jo" y la barra de direcciones te recomienda la dirección de "jose@jose.es" cuando realmente quieres escribir a "jonas@jonas.es" Mientras no critiques a Jose en el correo que prentendías escribir a Jonas no hay problema. Si lo has hecho, probablemente perderás el favor de Jose.
  • La multicuenta con multifirma. Los profesionales autonomos trabajan con diversos clientes y marcas que, a su vez ofrecen servicios a otros clientes. Muchos proveedores de servicios intentan reunir en un sólo programa de correo multitud de cuentas. Esto genera que, en ocasiones, la persona que reciba un correo tuyo no sepa de quién proviene, puesto que no has cambiado el remitente correspondiente a ese cliente.

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