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Fin al culebrón Escobar Fold 2, el teléfono plegable barato que era una estafa

Penas de hasta 30 años de cárcel

Corría el año 2020 cuando recibimos una noticia increíble: el hermano del conocido narcotraficante Pablo Escobar había lanzado su propia línea de teléfonos bajo el nombre Escobar Fold. Sí, teléfonos plegables con la imagen del líder más importante del Cartel de Medellín.

Más allá de lo desagradable del caso, lo cierto es que no tardaron en saltar las sospechas. Principalmente porque el Escobar Fold 2 parecía un calco del Samsung Galaxy Z Fold. ¿Lo más sorprendente? Que costaba 400 dólares.

Pinta mal la cosa, ¿verdad? Pues sí, finalmente la familia de móviles Escobar Fold han sido una completa estafa, y un juez ya ha dictado sentencia, como han recogido desde The Verge.

Escobar Fold 2, el móvil que nunca existió

Fue el conocido Youtuber Marques Brownlee el que dio la voz de alarma. A la supuesta marca no se le ocurrió mejor idea que enviar muestras a YouTubers para que hablasen bien de su teléfono y aumentar sus ventas.

Pero a este conocido creador de contenido no le cuadraron las cosas, especialmente el diseño y aspecto. Por lo que, primero eliminó la pegatina trasera para demostrar que era un Samsung Galaxy Z Fold, como verás en el vídeo que hay sobre estas líneas.

Luego, investigando un poco llegó a nuevas conclusiones. Para empezar, supuestamente había sido el hermano de Pablo Escobar el que había lanzado estos dispositivos. Nada más lejos de la realidad. Y Marques Brownlee descubrió que detrás de la empresa estaba Olof Kyros Gustafsson, director ejecutivo de la empresa que comercializó los teléfonos de aspecto sospechoso.

Ahora, Olof Kyros Gustafsson se ha culpable de fraude y lavado de dinero, según el Departamento de Justicia de Estados Unidos. Su plan era sencillo pero efectivo.

Ofrecían la posibilidad de reservar el teléfono, y cuando el usuario pagaba, recibía una serie de productos publicitarios, como libretas y pegatinas. Aquí estaba el truco: cuando alguien reclamaba, mostraban el envío del merchandising como si fuera el teléfono. Claro está, no iban a salirse con la suya.

Como explican en la sentencia, “Gustafsson remitía fraudulentamente al procesador de pagos al comprobante de envío del Certificado de Propiedad u otro material como prueba de que el producto se había enviado y que el cliente lo había recibido, de modo que las solicitudes de reembolso fueran denegadas”.

Ahora, un juez ha programado una audiencia de sentencia para el 5 de diciembre, donde Gustafsson se enfrenta hasta 20 años de prisión federal por los cargos de fraude y hasta 10 por los de lavado de dinero, además de tener que pagar una indemnización de 1.3 millones de dólares.

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