Ir al contenido

El dispositivo IA de Jony Ive junto a OpenAI no arranca debido a problemas técnicos

Problemas de software son los que están poniendo en jaque el equipo del que hablamos y que, sobre el papel, puede ser una de las grandes apuestas de la inteligencia artificial a la hora de implementarse en un hardware dedicado.

En 2023, se conoció que Jony Ive, el legendario diseñador que definió la estética de Apple durante más de dos décadas estaba colaborando con OpenAI en el desarrollo de un dispositivo impulsado por inteligencia artificial. La noticia se confirmó a principios de 2025, cuando OpenAI anunció la adquisición de la startup de Ive, llamada “io”, por 6,5 mil millones de dólares (aproximadamente 6.1 mil millones de euros). Y, por lo que parece, hay problemas para avanzar como se esperaba.

Un dispositivo sin pantalla que plantea grandes retos

Según datos que han aparecido, el dispositivo más avanzado en esta colaboración es un aparato del tamaño de la palma de la mano, sin pantalla, diseñado para captar señales audiovisuales del entorno y facilitar la interacción con el usuario. La idea es que funcione como un asistente personal siempre activo, capaz de escuchar, observar y responder de forma contextual. Pero este enfoque está generando complicaciones importantes, especialmente en el ámbito del software y la infraestructura, más que en el diseño físico.

Esto sugiere que el equipo de Jony Ive, centrado en la estética y la experiencia de usuario, no es el principal responsable de los problemas actuales. Las dificultades se concentran en cómo dotar al dispositivo de una personalidad adecuada, garantizar la privacidad del usuario y, sobre todo, disponer de la capacidad de trabajo necesaria para que el sistema funcione de forma fluida en condiciones reales.

Los desafíos técnicos más relevantes

Entre los obstáculos que han surgido, destacan los siguientes según las informaciones que se tienen por el momento:

  • Capacidad de procesamiento insuficiente: OpenAI está teniendo problemas para escalar la infraestructura que da vida a ChatGPT, y mucho más para alimentar un dispositivo físico que funcione de forma continua. Como explicó una fuente cercana a Ive, “Amazon tiene la capacidad para Alexa, Google para sus dispositivos Home, pero OpenAI aún lucha por conseguir suficiente potencia de cálculo para ChatGPT, y mucho más para un dispositivo físico. Eso es lo primero que deben resolver”.
  • Diseño de la personalidad del asistente: el equipo está debatiendo cómo debe comportarse el asistente. ¿Debe ser amigable y conversador, o más sobrio y funcional? Encontrar el equilibrio entre empatía y discreción es clave para evitar que el dispositivo resulte molesto o invasivo.
  • Privacidad y contexto: al tratarse de un dispositivo “siempre encendido”, que escucha y observa constantemente, surgen preocupaciones sobre cómo se gestionan los datos del usuario. Además, el sistema debe ser capaz de entender cuándo es útil intervenir y cuándo debe permanecer en silencio, algo que ni siquiera ChatGPT ha logrado resolver del todo.
  • Interacción sin pantalla: el equipo se basa únicamente en cámaras, micrófono y altavoz. Esto obliga a repensar por completo la forma en que los usuarios interactúan con la IA, sin botones ni interfaces visuales. La experiencia debe ser natural, fluida y no intrusiva.

Y, todo esto, teniendo en cuenta que hablamos de un proyecto potente, ya que la adquisición de “io” por parte de OpenAI incluye el talento de Ive y más de 20 antiguos ingenieros de Apple. Además, la compañía propietaria de ChatGPT ha reclutado personal de Meta y otras empresas tecnológicas para reforzar su división de hardware. La producción del dispositivo podría estar en manos de Luxshare, uno de los principales proveedores de Apple, y también se ha contactado con Goertek para el suministro de componentes como altavoces.

¿Cuándo se espera al dispositivo en el mercado?

Aunque no hay una fecha oficial de lanzamiento, se espera que el dispositivo esté disponible a finales de 2026 o principios de 2027, si se superan los obstáculos actuales. El ritmo de desarrollo en el sector de la IA es vertiginoso, por lo que no sería extraño que Ive y Altman consigan resolver los problemas en los próximos meses.

El caso es que el mercado de dispositivos IA ahora mismo es muy complicado. Un ejemplo es lo sucedido con dispositivos como el Humane AI Pin o el colgante Friend, que prometían revolucionar la interacción con la tecnología, pero fracasaron por su complejidad y falta de utilidad clara. OpenAI y Jony Ive son conscientes de estos errores y buscan evitar los mismos tropiezos. Su objetivo es crear un dispositivo que sea útil, discreto y emocionalmente inteligente. ¿Lo conseguirán?

Más información

Archivado En