La Reserva Federal se adelanta en busca de un aterrizaje suave

Hay riesgos

El esperado ciclo de flexibilización en EE. UU. se ha iniciado con un recorte de tipos de interés del 0,5 %, en lugar del más tradicional 0,25 % que esperábamos. Sin embargo el presidente de la Reserva Federal, Powell, rechaza la idea de que 0,5% vaya a ser la tónica.  De momento las proyecciones de la institución monetaria siguen mostrando un aterrizaje suave, con una senda gradual de normalización de la política monetaria.

Pero hay un cambio en la función de reacción. Powell está siendo más precavido, en lo que parece una tolerancia bastante baja respecto a la debilidad del mercado laboral. Ha indicado que el momento de apoyar el mercado laboral es cuando está fuerte y no esperará a ver despidos.

Dado que el tipo de interés de la Reserva federal está en 4,875%, muy por encima de la estimación del tipo neutral de 2,875 % -que no estimula ni contrae la economía-, esperamos otro recorte de 0,5% en noviembre, seguido de 0,25% en diciembre y un total de 1 % en 2025, hasta llegar a 3,125%, probablemente con recortes adelantados. De hecho, si se da un aumento significativo del desempleo, el tipo de interés terminal puede llegar a situarse muy por debajo del neutral.

En cuanto al BCE, nuestro escenario base es una pausa en su rebaja de tipos de interés en octubre y un recorte de 0,25 % en diciembre, con posibilidad de que sea del 0,5 %. Dada la determinación de la Reserva Federal y aceleración de la desinflación en la eurozona, probablemente la flexibilización del BCE sea más rápida de lo que se preveía anteriormente en 2025.

El caso es que la rebaja de tipos de interés en EE. UU., datos económicos optimistas de fabricación y ventas minoristas, mejora de la inflación y el desempleo, son favorables y han dado impulsó a los mercados de renta variable, con el índice S&P 500 en récord histórico.  Las acciones más beneficiadas son de sectores cíclicos y pequeña capitalización. Además, ha aumentado la pendiente de la curva de rentabilidades a vencimiento de la deuda de EE. UU., al mantenerse estable a dos años pero aumentar a diez años.

Hay riesgos

Ahora bien, hay algunas revisiones negativas de beneficios empresariales en empresas de consumo discrecional y más débiles en industriales de alto perfil, lo que plantea riesgos.  Las previsiones de beneficios parecen demasiado optimistas y cualquier dato en contra de un “aterrizaje suave” de la economía estadounidense puede afectar a los mercados de renta variable.

De hecho, infra ponderamos renta variable estadounidense y de la euro zona, aunque estamos neutrales en renta variable japonesa -nuestro escenario base es que la próxima subida de tipos de interés en Japón se produzca en enero de 2025-.

Las valoraciones y reducción de los tipos de interés nos hacen ser menos pesimistas respecto a acciones de pequeña capitalización globales.  Por otra parte, el abundante flujo libre de caja permite a las grandes tecnológicas continuar sus inversiones. pero continúa el debate sobre monetización de la IA y una disminución de estas inversiones puede hacer mella en las grandes empresas fabricantes de chips.

Aunque esperamos que el impulso económico en China se recupere hacia el objetivo de crecimiento del PIB de 5 % este año, la recuperación es irregular. Hay repunte en infraestructuras, gracias a los estímulos gubernamentales, pero el gasto de los hogares sigue languideciendo y todavía no hay estabilización real de los precios inmobiliarios.  Por otra parte, en función de cómo evolucione la economía mundial, hay margen para que los bancos centrales asiáticos recorten sus tipos de interés los próximos meses, siendo las acciones de mercados de Corea del Sur y países ASEAN ((Indonesia, Tailandia, Singapur, Malasia, Filipinas, Vietnam, Myanmar, Camboya, Laos y Brunei) más sensibles a la relajación monetaria y el debilitamiento del dólar.

Mayor sensibilidad a variaciones de tipos de interés

Además, somos partidarios de pasar posiciones de efectivo a renta fija.  El atractivo del efectivo disminuye a medida que se reducen los tipos de interés y los bonos a corto plazo son una alternativa. Al mismo tiempo, el empinamiento de la curva de rentabilidades a vencimiento proporciona punto de entrada en deuda de mayor sensibilidad a variaciones de tipos de interés, cuyo cupón proporciona colchón frente a episodios de volatilidad.

En este estado de cosas tenemos preferencia por bonos del Tesoro de EE. UU. en vencimiento de hasta cinco años.  Por su parte la deuda empresarial ha disfrutado de una buena racha lo que va de año, con la tasa de impagos baja.  Con los recortes de tipos de interés mejoran la calidad de la deuda de alta rentabilidad de EE. UU., activo en el que estamos tácticamente neutrales, como una alternativa a la renta variable estadounidense, de mayor preferencia en la estructura de capital de las empresas. En cuanto a crédito asiático, es buen diversificador y en conjunto la deuda soberana de mercados emergentes en moneda local ofrece rentabilidades atractivas ajustadas al riesgo.

En todo caso, sobre ponderamos el oro, dadas las tensiones en Oriente Medio y riesgo de guerra abierta entre Hezbolá e Israel.


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