“Hemos elegido a uno de los otros”: el fango político llega al Banco de España

Feijóo bendice la renuncia de su propio candidato a consejero del organismo por haber apoyado en una carta a la académica independentista Ponsatí

Belén Trincado Aznar

Tras conocerse que PP y PSOE habían llegado a un acuerdo para el relevo de los dos consejeros del Banco de España, que habían agotado su mandato, una inyección de tranquilidad se impuso sobre la arena política, ya de por sí curtida en mil batallas. El acuerdo para el relevo de Carmen Alonso, que entró a formar parte del Consejo en 2011 a propuesta del PSOE, y de Fernando Eguidazu, promovido por los populares en 2017, iba camino de convertirse en uno de los pocos bálsamos que se han vivido en el presente curso político entre Gobierno y oposición.

Todo estaba dispuesto y acordado para llevar a cabo un relevo relativamente modélico, en el que la exjefa de Gabinete de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, Judith Arnal y el doctor en Economía por la Universidad de California, Antonio Cabrales, completarían el sexteto del órgano de Gobierno de la entidad reguladora.

Nada más lejos de la realidad. A las pocas horas de su nombramiento en el Consejo de Ministros, Cabrales renunció al puesto presionado por sectores del mismo partido que le había propuesto debido a que en 2018 había firmado una carta de apoyo de la académica Clara Ponsatí, fugada de la justicia tras el referéndum catalán del 1 de octubre de 2017. Esta adhesión, publicada por The Objective, encendió la mecha.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, calificó ayer de “correcta” la retirada. “Desconociendo exactamente algunos antecedentes que para mucha gente son incompatibles con formar parte de un organismo del Estado; esto se ha producido”, señaló, y continuó: “Cuando se tuvo conocimiento de estos antecedentes, el propio interesado, entendiendo que no quería en ningún caso producir con su presencia tensiones en el órgano regulador, presentó a las pocas horas su renuncia al cargo: me parece que es correcta esa renuncia”, dijo.

Fuentes populares señalaron a Cinco Días que desde el minuto en que se supo que los populares iban a dar su apoyo a Cabrales como consejero independiente, surgieron las dudas. Pese a tener una trayectoria profesional intachable, los mensajes de whatsapp circularon con el mensaje: “Hemos elegido a uno de los otros”. La queja que subyacía es que los populares estaban avalando a un candidato que profesionalmente es perfectamente válido, pero que políticamente no concordaba en absoluto con el grupo que le prestaba su apoyo, pese a que el de consejero ejecutivo es un puesto independiente en el que la cercanía política no debe ser un baremo

Y, como sostiene el viejo refranero español que, del árbol caído, todos hacen leña, no faltaron los críticos que defendían que el perfil, pese a ser válido, no era suficiente para el cargo, al ser un especialista en economía de la educación, no adecuado para el Banco de España.

Estas fuentes populares en lo que si fueron especialmente críticas es a la hora de referirse al nombramiento de Judith Arnal, quien hace unos meses era la jefa de gabinete de la vicepresidenta Calviño. “A nosotros nos han criticado siempre porque dicen que utilizamos las puertas giratorias (nombramientos de ex cargos políticos en la cúpula directiva de empresas, muchas de ellas públicas)” y ahora, se quejan, sin ningún recato, “nombran consejera a una persona, que, por otro lado, cuenta con la formación y conocimientos adecuados, pero que ha sido la mano derecha de Calviño”.

Improvisación

Otras fuentes señalan que detrás del nombramiento de Cabrales pudo haber una importante dosis de improvisación, explicando que se recibió el aval de elevadas instancias, para su propuesta, sin entrar en un análisis profundo del candidato que pasó los controles sin peros, aunque también sin que el propio Cabrales mencionase su firma en apoyo con Ponsatí y con el que fue conseller de Economía de la Generalitat, Andreu Más-Collel, con quienes había compartido labores profesionales a lo largo de su dilatada carrera universitaria.

Esta improvisación, señalan estas fuentes, también puede ser una consecuencia de la descapitalización y la falta de nombres de peso en el partido tras la marcha del Gobierno del equipo de Mariano Rajoy, que Casado fue incapaz de recomponer.

Feijóo defendió el origen de la propuesta. “Cabrales es un catedrático de la Universidad Carlos III, con una formación incuestionable desde el punto de vista académico, que cumple con los requisitos que se exigían para el cargo como consejero del Banco de España”, añadió.

Ahora se impone un plazo mínimo de una semana, en la que el PP deberá buscar candidato a consejero ejecutivo que no le salpique políticamente y no perjudique la reputación de una institución como el Banco de España. Pese a que en este asunto no tiene una decisión directa, estos cargos se sentarán en la mesa de su consejo de gobierno, presidida por el gobernador, Pablo Hernández de Cos.




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