Un piloto español muere en el accidente de un avión de carga en Lituania
El aparato B737 de Swiftair cayó a las 4:44 horas de la madrugada con cuatro tripulantes a bordo durante la operación de aterrizaje en el aeropuerto lituano de Vilna
Accidente aéreo en Lituania con un fallecido que involucra a la aerolínea española Swiftair y a un avión de Boeing, un B737-400 con matrícula EC-MFE. En el aparato siniestrado, dedicado al transporte de carga, viajaban cuatro tripulantes. Fuentes policiales afirman que dos de ellos tienen nacionalidad española, un tercero es alemán y el cuarto, lituano. La víctima mortal es el piloto español, que fue localizado “sin ningún signo de vida”, ha explicado el responsable del Centro Nacional para la Gestión de Crisis de Lituania, Vilmantas Vitkauskas y ha confirmado el Gobierno lituano.
El suceso se ha producido a las 4:44 horas de la madrugada, según ha informado Swiftair, cuando el aparato operado para DHL se disponía a aterrizar en su destino, el aeropuerto de Vilna. La aerolínea, con base en Madrid-Barajas, señaló a primera hora, a través de un escueto comunicado, que “no se tiene información confirmada sobre el estado de los pasajeros y la tripulación, ni sobre el alcance exacto de lo sucedido y sus causas”.
El vuelo ED-5960 cubría la ruta entre el aeropuerto germano de Leipzig, donde DHL tiene uno de sus mayores centros logísticos, y el referido aeródromo de Vilna. La investigación va a concernir a los reguladores de aviación europeos y estadounidenses, además de a las empresas implicadas y al aeropuerto. Las autoridades lituanas de seguridad aérea y aviación civil han abierto ya las pesquisas, lideradas en los primeros instantes por la Comisaría de Policía del Condado de Vilnius.
Este nuevo accidente relacionado con una aeronave de Boeing se produce en medio de una larga crisis para el fabricante estadounidense por una serie de siniestros relacionados con aviones 737.
Se investiga desde el fallo humano hasta un ataque
Fuentes extraoficiales comentan que la aproximación a la pista de aterrizaje se estaba produciendo con normalidad hasta que la torre de control perdió la comunicación con la tripulación. Entonces se habría iniciado una maniobra de aterrizaje de emergencia, pero este extremo está por esclarecerse. El impacto se ha producido contra el suelo y, tras una fuerte explosión, los restos han alcanzado una vivienda desencadenando un incendio. La zona residencial y comercial, con amplios espacios verdes, en que ha caído el B737 está situada un kilómetro y medio al norte de la infraestructura.
Los servicios de rescate han relatado que el avión se partió en varias partes cuando tocó tierra, deslizándose más de 100 metros antes de que distintos fragmentos se estrellaran contra el inmueble. Los habitantes de la casa han resultado ilesos, con una docena de evacuados, mientras que operarios de los servicios de emergencia han trasladado a varias personas que viajaban en el avión a centros sanitarios.
El jefe de la Policía, Arunas Paulauskas, ha aludido a “un fallo técnico o un error humano” como principal línea de investigación, pero sin descartar cualquier otro motivo. Un portavoz del órgano de Gestión Nacional de Crisis de Lituania ha afirmado, según recoge Reuters, que no hay indicios de que se produjera explosión alguna en el avión antes del accidente. Pero con este siniestro han saltado todas las alarmas. Uno de los responsables de Inteligencia, Darius Jauniskis, ha insistido ante los medios en que “no puede rechazarse la posibilidad de un acto terrorista, pero de momento no tenemos esa información”.
La alerta ante un eventual sabotaje o ataque se debe a que en Alemania se investigan desde primeros de año distintos hechos relacionados con explosivos camuflados en paquetes, precisamente en un almacén de Leipzig, punto de partida del avión que se ha estrellado. Por ello, la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV) y la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA) habían lanzado una advertencia a las empresas de logística y transporte aéreo a finales de agosto por “artefactos incendiarios no convencionales” enviados por desconocidos a través de proveedores de servicios de paquetería.
También se registró un incendio en una nave logística en Reino Unido el pasado mes de julio por uno de estos artefactos. Durante los últimos meses, según informa Reuters, se estaba investigando si los casos pueden estar relacionados entre sí, y con acciones de complot ruso para desencadenar accidentes en vuelos de carga a Estados Unidos.
Un aparato con 31 años en servicio
El sitio web especializado en operaciones aéreas Flightradar ha señalado que la unidad siniestrada de Boeing fue estrenada en 1993 y, posteriormente, reconvertida para la actividad de transporte de mercancías. La compra del aparato por parte de Swiftair se habría producido en 2015.
La compañía aérea española indica en su página web que opera una flota de 47 aviones de distintos modelos: B737, ATR y EMB120. Su plantilla está formada por más de 600 empleados y atiende a una treintena de clientes en el transporte de carga y de viajeros tanto en Europa como en África. Sus ingresos anuales son de 140 millones.
Swiftair nació en el 1986 como rama de la empresa de mensajería Seur. Su primer cometido fue atender la ruta entre Madrid y Balares. Uno de sus directivos, Salvador Moreno González-Aller, se hizo con la aerolínea en 1996 y ha mantenido desde entonces el control y el puesto de primer ejecutivo.