La tecnología baja los humos al tabaco

La tabacalera Philip Morris International avanza en su proceso de transformación con ayuda de la I+D. El objetivo es erradicar los cigarrillos y ofrecer alternativas sin humo, menos dañinas

Un grupo de personas fuma en la terraza de un bar en Madrid.Eduardo Parra / Europa Press (Europa Press)

“Fumar mata”, se destaca en los paquetes de cigarrillos, junto a otras advertencias sobre la nocividad del tabaco y las consecuencias de fumar, con fotos representativas de los daños provocados por su consumo. Pese a la rotundidad de los mensajes, recogidos en el Real Decreto 579/2017, de 9 de junio, y las sucesivas campañas de concienciación y prevención, son muchos los que no logran o no quieren dejar de fumar, que en España se calcula que son alrededor de 9 millones de personas. Para este grupo de población, y con el fin de minimizar los daños para la salud que tiene fumar, las tabacaleras están potenciando la maquinaria de I+D para desarrollar productos que reducen la nocividad, como los cigarrillos electrónicos con tabaco calentado y los vapeadores.

Este es un camino que emprendió ya en los años 90 Philip Morris y sobre todo desde 2008, cuando Altria escindió Philip Morris International (PMI) para gestionar el negocio del tabaco fuera de EE UU, remarca Miguel Coleta, director de sostenibilidad de PMI, compañía que tiene su sede en Lausana (Suiza). Desde esa fecha la inversión en I+D se eleva a 12.000 millones de dólares, y el 99% del total se destina al desarrollo de productos sin humo.

La empresa es conocida por sus marcas de cigarrillos (como Marlboro), producto de tabaco tradicional que se quema. Los nuevos productos están basados en tabaco, pero la esencia de estos productos es la tecnología, que al ser calentado permite generar aerosol con menos constituyentes nocivos.

PMI está experimentando, así, la mayor transformación de su historia, encaminada hacia un modelo más sostenible que busca como fin último abandonar los cigarrillos, un proceso que implica importantes retos no solo de negocio, sino también de sostenibilidad. “En 2015, cuando finalmente teníamos un producto que no tenía combustión, que tenía la capacidad de reducir significativamente los componentes nocivos del humo, iniciamos la decisión estratégica de dejar los cigarrillos atrás y hacer el cambio para un futuro sin humo. Hemos trabajado estos años para llegar donde estamos hoy, para llegar al punto donde el último trimestre ya el 38% de nuestros ingresos proceden de los productos sin humo”, explica Coleta.

El director de sostenibilidad de PMI incide en que “es una transformación tremenda, porque no es solo la transformación de un producto por otro, es una transformación de toda la cadena de valor, de la forma como la empresa ve su futuro”. “En esta transformación no podemos enfocarnos solo en el daño de salud de nuestros productos e ignorar el resto, tenemos que mirar a todos los puntos en los que podemos tener impacto. No podemos tratar del impacto en la salud a expensas de los derechos humanos de la cadena de valor o a expensas de las emisiones, o de otros factores donde nuestra cadena de valor tiene una huella importante, como la agricultura”, explica.

En ese proceso de transformación tiene un papel importante la regulación, considera Coleta. “Nuestro CEO [Jacek Olczak] ha afirmado que con el entorno regulatorio correcto, en el que los consumidores cuentan con información precisa y el producto está regulado, podemos hacer la transición en los próximos 10 años”, señala. El objetivo global de la compañía es que a 2030 dos tercios de los ingresos procedan de productos sin humo.

La regulación, clave

Coleta reconoce que las campañas de prevención y concienciación son imprescindibles, así como las medidas restrictivas de consumo de tabaco, pero remarca que los 9 millones de fumadores que hay en España hoy es una cifra similar a la que existía hace 10 años. Por eso cree que la cuestión de la regulación es clave: “Qué tipo de producto está en el mercado, cuál es la evidencia científica de estos productos, qué cualificaciones son necesarias para que los agentes económicos introduzcan estos productos en el mercado, con el fin de garantizar que desde un punto de vista de la salud pública estás introduciendo una solución y no creando otro problema”.

El ejecutivo de PMI reclama así una regulación específica para el tabaco calentado, porque uno tiene combustión y otro no. “No tiene sentido regularlos de la misma manera”, afirma. “Es natural que estos productos deban ser restringidos de cierta forma, como los cigarrillos, porque no son para la gente que no fuma, son alternativos para la gente que fuma. Las personas que no son consumidoras tienen que ser protegidas”.

PMI ve la sostenibilidad no solo como una forma de reducir el daño, sino también como una oportunidad para innovar y crear valor, y para ello necesita invertir en adquirir nuevas habilidades, en talento y en desarrollar nuevas tecnologías. Y en este sentido, solo en PMI, “a finales de 2023, las cinco oficinas de propiedad intelectual más grandes del mundo ya nos habían concedido más de 3.700 patentes sobre tecnologías sin humo”, apunta Coleta. “Entendemos el escepticismo hacia nosotros: no podemos cambiar el pasado, pero sí podemos actuar en el presente para cambiar el futuro, para que sea un futuro libre de humo”.

Los retos de la sostenibilidad

En la estrategia de sostenibilidad  de PMI, el análisis de materialidad ha identificado dos clases de impactos: el impacto asociado al producto (sociales y ambientales) y el asociado a las operaciones de negocio (sobre la cadena de valor). En lo social, el objetivo de la compañía es erradicar los cigarrillos y ofrecer alternativas sin humo, junto a programas de prevención. 

En lo relativo al impacto ambiental, “cuando hablamos de cigarrillos, hablamos de colillas, que deben ser desechadas junto a la basura general, y cuando hablamos de los nuevos productos, hablamos de electrónica y de boquillas (tips) y cargas”, comenta Miguel Coleta. Para los nuevos productos existe la posibilidad de la economía circular, de su reciclaje. La compañía tiene dos bases centrales para este proceso, en Japón y en Hungría, pero analiza soluciones locales por las cortapisas en el transporte de residuos electrónicos.  

Con relación a la cadena de valor, son cuatro los puntos de enfoque: tecnologías limpias (cleantech); protección de la naturaleza; diversidad y empoderamiento de los empleados, y los modos de vida de la agricultura y derechos humanos. “El agricultor español están en mejores condiciones para ayudarnos a cumplir los objetivos de protección de la naturaleza porque ya tiene prácticas de respecto con la biodiversidad que no encontramos en todos lados, está en una mejor posición para seguir haciendo negocio con nosotros”, destaca Coleta.


Sobre la firma

Archivado En