Un informe apunta al liderazgo de las empresas europeas frente a las estadounidenses en gobernanza climática

El estudio de IE y A&O Shearman analiza 25 cotizadas, incluidas algunas españolas

Las grandes compañías cotizadas de la Unión Europea están a la vanguardia de la gobernanza climática, como consecuencia de una mayor y más exigente regulación en esta materia, frente a las compañías energéticas de Estados Unidos, donde la normativa es más laxa. Esta es una de las conclusiones del estudio Gobernanza Climática Corporativa y el camino hacia ‘Net Zero’: relevancia, desafíos e impacto, elaborado por el despacho de abogados A&O Shearman junto con IE Law School de IE University, en el que se han analizado los sistemas de gobernanza climática de 25 empresas cotizadas en cinco jurisdicciones (España, Alemania, Francia, Estados Unidos y Reino Unido), con un enfoque integral y multidimensional que evalúa un conjunto de indicadores que reflejan diferentes aspectos de su estrategia corporativa, normativa interna, remuneración, supervisión, gestión de riesgos, reporte y auditoría relacionados con los objetivos climáticos.

La comparación revela que, si bien existen sistemas de gobernanza climática en todas las jurisdicciones, en aquellas donde la regulación es más exigente, como es el caso de la Unión Europea, las empresas muestran mejores resultados en esta materia, sobre todo Francia y España, frente a otras jurisdicciones como EE.UU, donde la muestra incluye una mayoría de empresas productoras de petróleo y gas.

Entre las empresas españolas analizadas, cabe destacar que todas ellas cuentan con mecanismos de gobernanza relevantes como la identificación de los riesgos climáticos como factores críticos, o la definición de un plan o política que abarca diversos aspectos de la sostenibilidad, entre ellos el cambio climático y la transición energética, y que se actualizan periódicamente. Pero las mejores prácticas corresponden a aquellas empresas que, por ejemplo, informan además de la evaluación realizada para determinar la consecución de los objetivos climáticos que determinan el devengo de la retribución, utilizan métodos reconocidos para evaluar la materialidad de sus riesgos climáticos, o, como solo hace una de las compañías analizadas, cuentan con un sistema de gobernanza que vincula el interés social de forma estratégica con la creación de valor sostenible, por ejemplo en cumplimiento del compromiso asumido en los estatutos sociales.

La gobernanza climática es una buena brújula del desempeño de las empresas en relación con su impacto en el clima, así como un factor clave para reducir riesgos y mejorar su sostenibilidad. Sirve para que cada compañía pueda definir y dar a conocer sus propios objetivos, planes e instrumentos de medición del impacto ambiental, con el fin de que los grupos de interés y toda la sociedad podamos valorar su posicionamiento y sus aportaciones. En concreto, la gobernanza climática de las empresas nos permite comparar sus respectivos compromisos y su contribución efectiva, examinando sus respectivas normas internas y políticas corporativas, que a su vez se concretan en acuerdos específicos de los órganos sociales e informes anuales.

El desafío global que representa el cambio climático impacta de lleno en la estrategia y en el modelo de negocio de las empresas. De las 250 mayores compañías por ingresos a nivel mundial, el 96% reporta sobre temas de sostenibilidad y el 64 % reconoce que el cambio climático es un riesgo para su negocio. La regulación y las políticas nacionales e internacionales destinadas a combatir el cambio climático impulsan a las empresas a tomar medidas para reducir su impacto ambiental y contribuir a la salud del planeta. Todas ellas son cada vez más conscientes de que su involucración en la lucha contra el cambio climático les puede reportar ventajas como la implicación a largo plazo de los inversores, menor nivel de riesgo, mayor resiliencia y buena reputación, además de oportunidades económicas derivadas del acceso a tecnologías verdes.

“Las empresas juegan un papel clave para alcanzar los objetivos de descarbonización. Construir un buen sistema de gobernanza, con objetivos concretos y medibles, compromiso a todos los niveles y procesos de soporte como los que describimos en el informe, debe ser prioritario para aquellas empresas que quieran liderar este reto. Además, les permitirá, como vemos en el análisis, diversificar su negocio con nuevos productos, servicios y fuentes de financiación alineados con su estrategia de descarbonización. El informe facilita este camino, ofreciendo un análisis detallado de regulación, práctica empresarial e indicadores ESG, resultado de un magnífico equipo multidisciplinar que ha sido un placer dirigir”, asegura Paloma Baena, responsable del informe y profesora de IE University.

“La gobernanza climática no es solo una cuestión de cumplimiento normativo, sino también de estrategia empresarial. La incorporación de consideraciones climáticas en su toma de decisiones puede dotar a las empresas de una ventaja competitiva y una mayor capacidad de adaptación y resiliencia ante los desafíos del cambio climático. Con nuestro informe queremos poner en valor todos los esfuerzos que se están realizando en esta materia, pero también ayudar a entender la importancia de la regulación y de anticiparse a todos los retos futuros en esta materia” afirma, Reka Palla, Asociada Senior de A&O Shearman y especializada en gobierno corporativo.

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