Restauración

La dueña de Telepizza reduce un 84% las pérdidas en 2021 y se acerca a las ventas pre Covid

Food Delivery Brands alcanzó unas ventas sistema de 1.133,6 millones, un 13,6% más que el año pasado

Jacobo Caller, consejero delegado de Food Delivery BrandsJuan Lázaro

Food Delivery Brands, la compañía dueña de Telepizza y que también explota los restaurantes de Pizza Hut en España y varios países de Latinoamérica, cerró el ejercicio 2021 con una pérdida neta de 27,1 millones de euros, una mejora del 84% respecto a su resultado del año anterior, marcado por los impactos de la pandema.

La relajación de las restricciones a la hostelería y restauración, sobre todo en la segunda mitad del año, jugaron a favor de la compañía, cuyos restaurantes pudieron recuperar niveles de ventas más próximos a los que registraba antes de la pandemia. Las ventas sistema, que aglutinan las de los locales propios y franquiciados, alcanzaron los 1.133,6 millones de euros, una mejora anual del 13,6%, y un 9,5% menos que en 2019. Sin embargo, la compañía fue recortando distancias respecto a las cifras pre Covid según avanzó el año, y el último trimestre lo cerró con unas ventas de 316,9 millones, un 4% menos que en el mismo periodo de 2019.

Lo que sí mejora respecto a aquel año son los ingresos de la compañía, es decir, aquellos generados por los restaurantes propios, y también por los royalties o las operaciones con franquiciados, y que son los que constan en la cuenta de resultados de Food Delivery Brands. Estos fueron de 391,1 millones, un 12,6% más que en 2020 y un 1,7% más que en 2019. Hay que tener en cuenta que al cierre del pasado año, el grupo contaba con un total de 556 restaurantes propios, por encima de los que operaba entonces. En España los ingresos fueron de 203,4 millones, un 5,5% más que en 2020, pero un 12,3% inferiores a los de 2019. La mejora respecto al año pre-Covid se explica por el mayor negocio en Latinoamérica, que generó 129,2 millones, un 14% más que hace dos años.

Pese a esa mejora, el ejercicio se saldó con una pérdida de 27,1 millones por el incremento registrado en sus costes financieros, hasta 38,3 millones, que decantaron el resultado del ejercicio hacia cifras negativas. Esos mayores costes se deben a un préstamo ICO por 30 millones que firmó en enero del año pasado, además del nuevo préstamo subordinado sellado con Santander a finales de 2020.

El ebitda ajustado, incluidos los efectos de la nortmativa IFRS16, fue de 69,3 millones de euros, un 38% más que en 2020 y un 20% inferior al de 2019.

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