Columna

El regreso de BP

Pasará mucho tiempo antes de que BP vuelva a la normalidad tras el desastre del golfo de México. La compañía petrolera británica ha subido su estimación de coste de la catástrofe en 7.700 millones de dólares, elevando la factura total a 39.900 millones. Pese al golpe, se ve el inicio de una recuperación. La revisión al alza de los costes del derrame fueron dos veces mayores de los previstos, pero las acciones subieron pese a la noticia. Esto no es tan extraño. El desastre ya ha restado unos 60.000 millones de dólares a la capitalización, mientras que en los mercados globales ha sufrido un pequeño cambio desde la explosión de Macondo en abril. Después de impuestos, el coste se estima en unos 27.000 millones. Los cargos por negligencia podrían elevar esa factura por las nubes. æpermil;stos podrían bajar si los socios asumen su 35% de cuota de responsabilidad.

Excluyendo los costes del derrame, las ganancias subyacentes subieron un 18% en el tercer trimestre, hasta 5.500 millones, muy por encima de lo previsto. Una menor tasa de impuestos ayudó y los altos márgenes de refino. Pero la producción cayó un 4% en el trimestre frente al 5% de Shell. Y puede deslizarse más, ya que BP sigue con la venta de activos para pagar sus cuentas. Aun así, su balance se ve fuerte. La deuda neta subió levemente a 26.400 millones, un apalancamiento del 23%. Si esa cifra se ajusta con la caja obtenida por compras completadas tras el cierre del trimestre, la ratio bajaría al 19%, según cálculos de Collins Stewart. Gracias a la fuerza de su flujo de caja, BP dice que podrá gastar más en inversión en 2011, e incluso podría volver a pagar dividendo. Bob Dudley, el consejero delegado, tiene aún mucho trabajo por delante para reconstruir la reputación y la cultura de seguridad de BP. Al menos, a partir de aquí, se vislumbra una mejora.

Fiona Maharg-Bravo

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