La empresa inmobiliaria Urbas, propiedad de la familia Fiter, reconoció ayer estar al borde de la disolución. La principal causa es una deuda de 14,9 millones con Hacienda que la compañía arrastra desde 1996.
Urbanizaciones y Transportes (Urbas) reconoce estar a un paso de la disolución de la compañía, según consta en un hecho relevante enviado hoy por esta inmobiliaria, que controla la familia Fiter, a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La comunicación de este hecho relevante se ha producido después de que el órgano regulador hubiera suspendido cautelarmente la cotización de Urbas.
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Urbas reconoce que está en 'punto muerto'
Las pequeñas compañías están siendo presa de los especuladores. Tafisa fue la primera. Urbas, General de Inversiones, Fastibex, Ercros, Service Point e Inbesós han inflado después la burbuja.
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