La deuda pública
es uno de los principales indicadores para medir la salud financiera de un país. España se caracterizó por mantener un bajo nivel de deuda pública antes de la crisis económica, lo que ofreció un colchón importante cuando la situación se torció. El incremento del déficit público, el rescate bancario y los mecanismos de liquidez son tres factores que han disparado el nivel de deuda pública. El pasivo llegó a rebasar el nivel del 100% del PIB en 2014 para regresar al 95,5% al cierre de 2019. Ahora, las estimaciones del FMI apuntan a que la pandemia del Covid-19 disparará el montante por encima del 110%, algo inédito en más de un siglo.
Acción de deuda publica española de 1870 en escudos (moneda de oro española anterior a la peseta).
1909.
España llega al final del siglo XIX con la guerra de Cuba y Filipinas, la derrota frente a Estados Unidos y la pérdida de las provincias ultramarinas. El país pierde peso en el escenario internacional
Al acabar la guerra en 1898, el volumen de deuda interior es enorme. Con la deuda cubana, asumida por España en la paz de París, alcanza el 123,6% del PIB.
El 4 de marzo de 1899, se forma un gobierno presidido por Francisco Silvela, con Fernández Villaverde como ministro de Hacienda. Acometen una reestructuración de la deuda que logra reducirla al 76,7%.
Raimundo Fernández Villaverde y Francisco Silvela.
1915-1920.
Crisis de la monarquía constitucional. La neutralidad española durante la Gran Guerra origina un auge económico y empresarial. Crece el comercio exterior gracias a productos como el hierro vasco, el carbón asturiano o el transporte por mar. Saldo muy positivo en la balanza comercial. El excedente se aprovecha para nacionalizar deuda exterior. Crece la banca, que empieza a intervenir en la industria.
Al mismo tiempo, la exportación dispara la inflación de bienes básicos. Los salarios crecen, pero por debajo del IPC, dando lugar a tensiones sociales.
La deuda pública baja a mínimos.
Obreros de La Hispano (Guadalajara) en 1920.
(Foto: La Alcarria Obrera).
1923-1930.
Crecimiento (PIB: +3% anual) y modernización (la agricultura pierde peso). Más población (+1% anual). Expansión industrial (+5,5% anual). Protagonismo de la banca. Más importaciones. La política económica de la Dictadura, proteccionista e intervencionista, intensifica los nacionalismos. Ambicioso plan de obras públicas (ferrocarril, carreteras, obras hidráulicas). Más gasto público. Fracasa la reforma fiscal de José Calvo Sotelo (Impuesto de Rentas y Ganancias); la subida salarial no aumenta el poder adquisitivo. El creciente déficit presupuestario se cubre con emisiones de deuda pública (más de 4.500 mill. de 1923 a 1930).
El 13 de septiembre de 1923, el general Primo de Rivera
lideró un golpe de Estado que fue apoyado por el rey Alfonso XIII.
1931-1936.
Gran inestabilidad política. Impacto de la crisis económica internacional, reducción de las exportaciones, retorno de emigrantes y reducción de las remesas recibidas del exterior. Caen las inversiones extranjeras. Malas expectativas empresariales.
Reformas fallidas: La reforma fiscal de Carner (20-12-1932) para lograr una mayor equidad en la carga fiscal y aumentar la recaudación. El cambio político da al traste con ella.
La reforma agraria (14-9-1932) para lograr un reparto más equitativo de la tierra, mejor nivel de vida para los jornaleros y más estabilidad social.
La depresión es débil y corta (en 1934 ya se había recuperado el PIB de 1930) y sus efectos son atenuados. La economía española se ve protegida de la crisis por su atraso (gran influencia de la agricultura tradicional), su relativo aislamiento, la no adscripción al patrón oro, la depreciación de la peseta, y el incremento del consumo privado.
Manuel Azaña, presidente del Gobierno (1931-1933,
1936) y de la Segunda República (1936-1939).
1939-1941.
Tras la Guerra Civil, José Larraz López, Ministro de Hacienda en el Segundo Gobierno nacional (primero tras el conflicto), restablece el pago de la deuda y logra una relativa normalidad presupuestaria.
Entre 1940 y 1942.
Déficit elevado, por el pago atrasado de gastos incurridos durante la guerra. Política de fuerte restricción del gasto. La deuda pública en circulación cae de los 12.556 a los 11.369 millones, pero se dispara la inflación.
En 1945.
Drástica caída de la deuda por el intenso proceso inflacionista y el consiguiente exceso de dinero en el mercado.
Cola de racionamiento en la década de 1940. (Foto: Agustí Centelles Ossó).
Decada de 1960.
España es, con Portugal, el país más pobre de Europa. En 1959 el gobierno elabora el Plan de Estabilización para lograr estabilidad económica, equilibrio de la balanza de pagos y fortalecer la moneda. El plan supone la salida de la autarquía. A la vez, recorta el gasto público con una política de austeridad. Se frena la inflación y se recuperan las reservas de divisas, pero, entre 1958 y 1960, se frena el crecimiento, se congelan los salarios, caen el consumo y la inversión y aumenta el paro. Ésto causa la emigración en busca de trabajo. A partir de 1964, se suceden los Planes de Desarrollo, para favorecer el crecimiento de la industria.
Un Seat 600 de 1963.
(Foto: Amigos del Seat 600 de Cantabria)
1973.
Primera crisis del petróleo. Fin del crecimiento iniciado en 1960.
Octubre de 1975.
Marruecos ocupa el Sahara y España cede para evitar el conflicto.
20 de noviembre de 1975.
Muere el dictador Francisco Franco. El Consejo de Regencia asume las funciones de la jefatura del Estado. El endeudamiento público alcanza mínimos históricos.
22 de noviembre.
Juan Carlos I es coronado rey de España.
3 de julio de 1976.
Adolfo Suárez (UCD) es nombrado el primer presidente de la Democracia.
Adolfo Suárez jura su cargo ante el rey Juan Carlos I y Landelino Lavilla.
1977.
Depresión. Se estanca la actividad, sube la inflación y la deuda exterior. La deuda pública se triplica en dos años.
Julio de 1977.
Se devalúa la peseta un 24,87% frente al dólar y se consigue un saldo exterior positivo que desaparece con nuevas subidas del petróleo (1979)
25 de octubre.
Pactos de la Moncloa del Gobierno y los principales partidos políticos del Parlamento, con el apoyo de las asociaciones empresariales y CC OO y el rechazo de UGT y CNT.
29 de diciembre de 1978.
Entra en vigor la Constitución Española.
Pactos de la Moncloa: Adolfo Suárez con los representantes de los grupos políticos del Congreso.
29 de enero de 1981.
Dimite Adolfo Suárez. La economía española sufre los efectos de la segunda crisis energética (1979-1980), pero también de la oposición de los sectores menos progresistas a las reformas del Gobierno.
23 de febrero.
Intento de golpe de Estado perpetrado por mandos militares.
26 de febrero.
Leopoldo Calvo-Sotelo (UCD), es nombrado presidente del Gobierno.
En estos años, aumenta el gasto: social, de la Administración, por el desarrollo del Estado de las Autonomías; y en intereses sobre la Deuda Pública emitida para financiar el fuerte déficit.
Adolfo Suárez, durante su discurso de dimisión.
28 de octubre de 1982.
El PSOE gana por mayoría absoluta. Felipe González, presidente del Gobierno. Se acentúa el carácter restrictivo de la política monetaria. Sin embargo, en esto años crece el déficit y, en consecuencia, la deuda para financiarlo.
23 de febrero de 1983.
Expropiación de Rumasa.
Guerra y González celebran en la terraza del Palace la victoria del PSOE.
1986.
España entra en la Unión Europea. Se acelera el crecimiento de la economía. Fuerte incremento de la inversión extranjera. Crece la inversión pública en infraestructuras, sobre todo a raíz de las Olimpiadas de Barcelona y la Exposición Universal de Sevilla de 1992. Aumenta el consumo. Baja la deuda.
Felipe González firma el Tratado de adhesión a la UE en 1985.
1993.
Crisis económica originada en 1990 por la burbuja inmobiliaria en Japón y agravada por la Guerra del Golfo. La recesión tarda en llegar a España por la gran inversión pública realizada entre 1990 y 1992. A partir de 1993, crece el desempleo hasta al 24% y caen los beneficios y la inversión de las empresas. La deuda pública, impulsada por la inversión en los fastos del 92, se acerca a los 30 billones de pesetas.
13 de mayo.
Se devalúa la peseta por tercera vez en 9 meses. Se dispara el déficit.
28 de diciembre.
El Banco de España interviene Banesto, que tiene un agujero patrimonial de 600.000 millones de pesetas.
Mario Conde, presidente de Banesto.
1996.
La deuda crece desde 1993 debido a la crisis económica. España soporta las tasas de paro y de morosidad más altas de su historia.
4 de mayo.
José María Aznar (PP), es nombrado nuevo presidente del Gobierno. Durante su mandato se sistematizan las privatizaciones, lo que reduce la deuda desde el 67,4% hasta el 63%. Ésta bajará hasta el 60%, condición para entrar en el euro en 1997.
Durante este año se privatizan compañías como Repsol, Argentaria, Gas Natural o Telefónica, a las que seguirán muchas otras en los años siguientes.
Juan Villalonga fue nombrado Consejero Delegado de Telefónica con el apoyo del Gobierno.
1999.
España adopta el euro. Bajan los tipos de interés y aumenta la confianza de los inversores europeos. Se dispara la demanda de crédito para inversión inmobiliaria lo que dará lugar a la burbuja inmobiliaria.Durante este año, se rebaja el IRPF.Se reduce el gasto en protección social un 9%, hasta el 20% del PIB, frente al 27% de la media europea.
Desde 2002.
La entrada masiva de inmigrantes atraídos por la buena marcha económica alimenta el consumo, pero también refuerza aún más el crecimiento de la burbuja inmobiliaria. Entre 2000 y 2007, la aportación de los inmigrantes al PIB anual se estima en un 33% del total.
Durante los años de la burbuja inmobiliaria, se construyen viviendas por encima de la demanda.
17 de abril de 2004.
José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE), nuevo presidente. se encuentra unas cuentas públicas muy saneadas, el desempleo en mínimos e ingresos elevados para el Estado.
La deuda pública sigue reduciéndose.
Foto de familia del primer gobierno de Zapatero (20 de abril de 2004).
2007.
En 2007 el PIB de España crece un 3,8%, más que los demás países del G-7, y que la media de la UE (2,9%) y de la zona euro (2,7%). El boom inmobiliario y la fuerte expansión económica de los últimos años hacen bajar la deuda a la mitad en quince años, hasta el 36,3%, con un superávit en las cuentas del 1,9%. A finales de este año, sin embargo, la economía empieza a deteriorarse.
El boom inmobiliario cubrió de ladrillos gran parte de la costa española.
En la imagen, casas junto al mar en Benalmádena. (Foto: Julián Rojas, 'El País').
15 de septiembre de 2008.
Quiebra de Lehman Brothers, fuertemente afectada por la crisis de las hipotecas de alto riesgo ('subprime'). Comienza la crisis financiera. En España crece el gasto. Se desarrolla el 'Plan E', que trata de impulsar la actividad económica del país haciendo frente a la crisis con inversión, movilizando gran cantidad de dinero público. La reactivación resulta insuficiente. Ésta y otras partidas de gasto público impulsan la deuda. La disminución de los ingresos del Estado serán el detonante de la crisis de deuda soberana que arranca en 2010.
El destino de los fondos del 'Plan E' lo decidían los ayuntamientos. El Tribunal de Cuentas concluyó en 2012 que no hubo control y que el 70% de las obras efectuadas eran innecesarias. Las inauguraciones por cargos púbicos fueron una imagen frecuente.
Año 2008.
Se alcanza el 40,2%
2014.
En 2014 la deuda pública en España fue de 1.041.624 millones € (63.352 millones más desde 2013, cuando fue de 978.272 millones). Esta cifra supone que la deuda en ese año alcanzó el 100,4% del PIB de España, una subida de 4,9 puntos respecto a 2013, en el que la deuda fue el 95,5% del PIB. Es uno los países con más deuda respecto al PIB del mundo.
2015.
En el último año del Gobierno de Mariano Rajoy, la deuda llegó al 99% del PIB, tres décimas más de lo previsto por el Ejecutivo en el último cuadro macroeconómico que presentó (98,7%) y equivalente a 1.070.279 millones de euros. El Gobierno ha ido apuntando a causas como:
1. Los elevados déficit públicos acumulados durante estos años.
2. Medidas específicas como el pago a proveedores o el Fondo de Liquidez Autonómico para que las comunidades autónomas paguen sus deudas.
3. El programa de asistencia financiera para los bancos españoles.
Mariano Rajoy (PP), presidente del Gobierno español desde el 21 de diciembre de 2011 hasta el 20 de diciembre de 2016.
Tercer trimestre de 2016.
La deuda pública se resiste a bajar del 100%. Durante el mes de septiembre, el pasivo creció 2.822 millones €, hasta alcanzar 1,104 billones €. En agosto ya se había incrementado otros 1.378 millones de euros. La deuda pública ha pasado de suponer un 36,3% del PIB en 2007 a rondar el 100% actualmente. La primera vez que superó esta barrera psicológica fue en el primer trimestre de 2015, cuando llegó al 100,2% del PIB.
Luis de Guindos y Cristóbal Montoro, ministros de Economía y de Hacienda respectivamente.
Año 2017.
La deuda pública cerró 2017 en 1.144.425 millones, una cifra que equivale al 98,1% del PIB. Se trata del tercer año consecutivo en el que España reduce su nivel de pasivo. Se aleja así del umbral del 100% que rebasó en 2014. Aun así, la reducción de la deuda se produce muy lentamente. Según la Ley de Estabilidad Presupuestaria, España debería rebajar su nivel de pasivo al 60% en 2020, un objetivo que resulta inviable.
2018.
La deuda pública en España fue de 1.173.988 millones de euros, nuevo récord. Creció 29.563 millones desde 2017, cuando fue de 1.144.425 millones. España es uno los países con más deuda del mundo. Supone el 97,2% del PIB, una caída de 0,9 puntos respecto a 2017, cuando fue el 98,1% del PIB. Según el último dato publicado, la deuda per cápita en España en 2018, fue de 25.121 euros por habitante. Se ha incrementado en 593 € desde 2017 (en 2008 la deuda por persona era de 9.511 euros). Por administraciones: Estado, 1.033.000 mill. €. Comunidades, 292.566. Corporaciones locales, 26.010. El mayor aumento de la deuda fue el de la Seguridad Social (+13.801 mill. €), que alcanzó los 41.194 millones.
2019.
El dato provisional a cierre del año es del 95,5%. De confirmarse el dato en marzo, sería el más bajo desde 2012 y se cumpliría el objetivo de terminar el año por debajo del 95,9%. Según el Banco de España, la deuda asciende a fin de año a 1.188 billones, un 1,3% más que en 2018. Por administraciones e interanualmente, la única que baja es la de los Ayuntamientos, y aumentan la del Estado, las comunidades autónomas y, sobre todo, la de la Seguridad Social.
2020.
El coste de la pandemia de Covid-19 elevó la deuda a su nivel máximo desde 1902, casi 1,35 billones €, equivalente al 120% del PIB, 24,5 puntos porcentuales más que en el último trimestre de 2019. Este incremento de la ratio se debió tanto al aumento de la deuda en valor absoluto como al descenso de la riqueza del país. Esta cifra, 1.345.570 millones, es también la más alta de la serie histórica que arranca en 1995. La previsión del Gobierno era cerrar el año en el 118,8%. En febrero el dato avanzado de cierre fue de 117,1% del PIB, pero la decisión de Eurostat de incluir la Sareb (el llamado 'banco malo') en el cálculo supuso añadir 34.182 millones € a la deuda y dispararla al 120%.
Tercer trimestre de 2021.
En el tercer trimestre, el crecimiento de la economía (+2%) permitió reducir el porcentaje de deuda a 122,1% del PIB, desde el 122,5% del trimestre anterior. En cifras absolutas, sin embargo, la pandemia de covid-19 siguió pasando factura: ´1,432 billones € frente a los 1,425 anterior. Es la cantidad más alta de la historia y equivale a más de 30.000 € por habitante. El Gobierno prevé cerrar 2021 en el 119,5%. Por administraciones, la mayor parte corresponde a la Administración Central (1,28 billones). Le siguen las comunidades autónomas (312.000 millones), la Seguridad Social (92.000 millones), cuyo pasivo crece un 22,7% respecto del año pasado; los Ayuntamientos (22.000 millones) son los únicos que redujeron su deuda, (-5,9%).
Fuente: Banco de España y elaboración propia
ALEJANDRO MERAVIGLIA / CINCO DÍAS