Las ayudas energéticas provocan la mayor subida del déficit en la UE desde la pandemia
El déficit se deterioró en 1,4 puntos hasta el 3,2% en la Unión Europea, una subida solo equiparable a las del confinamiento y la crisis financiera de 2008
La factura de la crisis energética impacta en las cuentas públicas. El dato de déficit público en proporción al PIB de la Unión Europea en el tercer trimestre se situó en el 3,2% y el de la Eurozona en el 3,3%, un deterioro del 1,4 puntos porcentuales y del 1,3 puntos, respectivamente, que no se observaba desde la pandemia o la crisis financiera de 2008. Desde Eurostat indican que el salto de gasto viene provocado por las medidas para paliar la covid, que, aunque en descenso, todavía estaban en marcha durante el año pasado, y por los paquetes de ayudas que comenzaron a aprobarse durante el verano del año pasado para afrontar la subida de los costes energéticos.
Los altos precios energéticos empujaron a los Estados a tomar medidas de contención de costes. A finales de septiembre, el observatorio europeo Bruegel estimó que Europa -sin contar con Reino Unido- desembolsó en torno a 350.000 millones de euros en ayudas para placar la crisis energética. En el dato más reciente de noviembre, esa cuantía ya ascendía a los 577.000 millones.
España empeora sus cifras
En líneas similares al resto de Europa, España fue el quinto país que más dinero puso sobre la mesa para contener el encarecimiento energético hasta septiembre. El déficit, que había mostrado estabilidad desde finales de 2021 hasta mediados de 2022 en el entorno del 3,7%, también mostró un revés al alza hasta situarse en el 4,2% en el tercer trimestre. En concreto, el Gobierno dispuso 35.500 millones hasta esa fecha, que han aumentado hasta los 38.500, según los últimos datos disponibles de Bruegel.
Aunque los programas anticrisis en España comenzaron a desplegarse a finales de 2021, con un primer paquete de 2.600 millones para mitigar la escalada de precios, no fue hasta marzo, ya comenzada la invasión de Ucrania por parte de Rusia, que los estados comenzaron a movilizar la mayor parte de las partidas. En concreto, entre marzo y septiembre de 2022 España aprobó paquetes por valor de casi 33.000 millones de euros, más del 90% de lo dispuesto hasta el cierre del tercer trimestre.
España también es el cuarto país de la Unión con mayor porcentaje de deuda pública sobre el PIB, pese al leve descenso que la situó en el 116% del PIB en el tercer trimestre, según los datos del Banco de España. La misma senda ha seguido la Eurozona, que la redujo hasta el 93%. Eurostat indica que esta diferencia en la deuda pública se debe al aumento nominal del PIB, una tendencia que, al igual que en España, se ha consolidado a lo largo del año pese a las previsiones de grandes instituciones internacionales y nacionales de análisis económico, que estimaron que las economías europeas entrarían en contracción leve durante la segunda mitad del año.
Como consecuencia de ello, la relación deuda pública por PIB también ha disminuido en 4,3 puntos en la eurozona en el último año y en 4,8 puntos en la UE (del 89,7% al 85,1%). Pese al descenso, hay todavía países con tasas de deuda pública por encima del 100%, como Grecia, con un 178,2%, Italia (147,3%), Portugal (120,1%), España (116%, según el Banco de España) y Francia (113,4%).
En 2024 se reactivarán las reglas fiscales. Si bien la propuesta de la Comisión Europea modificará el objetivo de ratio de deuda del 60%, el objetivo de déficit público seguirá inalterable en el 3%. Dentro de las propuestas de la Comisión, el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, advirtió de que las nuevas sanciones serían de menor cuantía, pero más "creíbles", por lo que también más habituales si se inquiere en incumplimientos de déficit.
"Lo que importa para la sostenibilidad de la deuda es que los Estados miembro reduzcan los elevados ratios de deuda pública de forma realista, gradual y sostenida”, explicó Gentiloni el pasado noviembre, cuando se anunció la propuesta.
Alemania, en negativo
Una de las naciones con ayudas más generosas, Alemania, aprobó planes por valor de unos 100.000 millones de euros en septiembre y su salto en el déficit ha sido, de la misma forma, generoso: desde el 1,1% al 3,8% en cuestión de tres meses, como indican los datos de Eurostat. Una subida anómala en el caso alemán que, aunque desde la pandemia lleva encadenando un trimestre tras otro en cifras negativas, llevaba desde el año 2013 en superávit.
Alemania ha sido una de las naciones que más ha sufrido el impacto energético, ya que su economía es la más expuesta a las limitaciones del gas ruso. Antes de ayudas, las facturas eléctricas alemanas han sido las más altas de la Unión Europea. 4,2 millones de hogares vieron aumentar su factura eléctrica un 63,7% de media en 2022, como indica el think-tank europeo.
Además, el país liderado por Olaf Scholz ha llevado a cabo una serie de nacionalizaciones y tomas de control de empresas gasísticas y energéticas dependientes del gas ruso, como Rosneff, Uniper o Schwedt; que provocaron un gasto al Gobierno alemán de 68.000 millones de euros en septiembre, ofreciendo garantías de préstamo a las empresas energéticas en quiebra o interrumpidas por los cortes de suministro ruso.
Rusia también se endeuda
Petróleo ruso.
Las cuentas del estado ruso están amenazadas por el desplome del indicador del crudo ruso, llamado urales, por la caída de su cotización. El petróleo ruso, una de las principales exportaciones de Moscú, se ha desplomado casi un 20% desde diciembre, según el portal Investing.
Déficit.
Según informa EFE, las cuentas del Estado ruso para 2023, que ya contemplan un déficit de 2,9 billones de rublos (unos 42.000 millones de dólares), equivalentes al 2% de su PIB, han sido calculadas con un precio promedio de 70,1 dólares por barril de Urals. En estos momentos, se encuentra 59,25 dólares el barril.
Activo vital.
Las autoridades rusas esperan este año que los sectores del gas y el petróleo aporten al presupuesto federal 8 billones de rublos o unos 117.000 millones de dólares, que constituyen el 30 % de la partida de ingresos. "Pero para ello el precio promedio del petróleo ruso debe ser de 70,1 dólares por barril y el nivel de las extracciones debe mantenerse cercano a 10 millones de barriles diarios", explicó el experto en el sector ruso Mijaíl Krutijin. Según el experto, es muy poco probable que se cumplan esas condiciones, por lo que consideró que el déficit presupuestario será bastante superior al 2% calculado por el Gobierno.