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Incendios, un lastre más para la economía y el cambio climático

Este verano en Europa generaron 6,4 megatoneladas de dióxido de carbono, el valor más alto en 15 años La superficie dañada en España en 2022 roza las 300.000 hectáreas

Incendios
Infografía: Belén Trincado

La lucha por el cuidado y la conservación del medio ambiente tiene otra vertiente más aparte de la mitigación del cambio climático y la transición energética. Los incendios forestales se están intensificando año tras año y sus consecuencias son nefastas para el entorno y para la economía.

Manuel Merchán, biólogo, colaborador de OBS Business School y presidente de la Fundación Chelonía, resume el impacto que producen: “Desde el punto de vista medioambiental, suponen la pérdida de biodiversidad y de especies de animales, y el aumento de contaminación porque el fuego libera carbono. Por otro lado, hay una fuerte repercusión en el gasto de las Administraciones por los medios que se emplean para sofocarlos, como hidroaviones o helicópteros, y de personal (Unidad Militar de Emergencias, bomberos y otros profesionales), con el consiguiente riesgo humano que supone”.

El problema de los incendios se acrecienta porque la solución es muy a largo plazo y, a veces, ni siquiera es posible: “Se pierden cultivos, infraestructuras, dañan la agricultura y la ganadería. Pueden modificar las condiciones del suelo y quizás no permita que se regenere o que lo haga en mucho tiempo; un bosque puede tardar 100 años”, destaca Merchán.

Las catástrofes incrementan los precios y el gasto y afectan al sector turístico

Los datos acumulados a 2022 en España son preocupantes. Según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico se han producido 2.690 incendios hasta el 11 de septiembre y 6.093 conatos. Lo peor es que se han contabilizado 55 grandes fuegos, que es un número récord.

A nivel europeo, las cifras no son mejores. Los incendios forestales producidos durante el verano en la UE en el Reino Unido causaron las emisiones más altas en 15 años, con 6,4 megatoneladas de carbono, de acuerdo con los registros recopilados por el Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copernicus (CAMS), que ha implementado la Comisión Europea. “Las emisiones estuvieron impulsadas, principalmente, por Francia y España, que sufrieron la mayor contaminación por incendios forestales en los últimos 20 años”, resalta el organismo.

La CAMS ha detectado que en España se han quemado casi 300.000 hectáreas a lo largo de 2022, lo que significa el 0,59% de lo que consideran área rural, y es una cifra histórica. La diferencia es alta frente a años anteriores; en 2021 la superficie afectada fue de 84.800 hectáreas, y entre 2019 y 2020 no se superaron las 64.000 hectáreas.

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El problema de los incendios se incrementa cuando se combina con la sequía. Moody’s había advertido en ese sentido, y señala a nuestro país como uno de los mayores perjudicados, además de Francia, Italia y Portugal. “Los precios más altos de la energía y los alimentos ejercerán más presión sobre la inflación y erosionarán el gasto gubernamental, lo que a su vez ralentizará el crecimiento económico”, añaden desde la agencia. Además, apuntan que “pueden producirse importantes consecuencias para el turismo”.

PIB y deuda

Ante una situación para la que no se vislumbra solución inmediata, Moody’s aventura que “la intensidad y la duración de las sequías y los incendios forestales en los próximos años probablemente tendrá efectos crediticios negativos a largo plazo en algunos países”.

La Comisión Europea ya ha hecho un cálculo de este hipotético escenario. Un estudio realizado recientemente por la institución indica que la consecución de situaciones climáticas extremas que produzcan un aumento de 1,5 ºC en la temperatura supondrían un coste fiscal anual adicional del 4,5% del PIB en el caso de España, y del 2,1% para Portugal; del 1,7% para Italia, y del 1,2% para Francia.

Moody’s ha advertido de un impacto negativo a largo plazo en los rating

Otra probabilidad que contempla la Comisión Europea está relacionada con el efecto en la deuda. En nuestro país, en una situación normal, dicha deuda se situaría en el 120,3% del PIB en 2024, pero se elevaría hasta el 126,2% ante un desastre natural que produjera un aumento de la temperatura de 2 ºC.

El cambio climático es una de las causas claras de los incendios forestales, “donde periodos de fuertes sequías se combinan con otros de lluvias torrenciales”, comenta el biólogo y colaborador de OBS Business School Manuel Merchán. Pero también es cierto que a veces pueden ser provocados por fenómenos naturales, como puede ser el rayo de una tormenta, y también de forma intencionada o no por el hombre”, agrega el experto. En su opinión, “la concienciación y la sensibilización” de la sociedad pueden ser parte de la solución al problema actual.

Nuevos planes de prevención

Decreto-ley. El Gobierno acaba de concretar en un decreto-ley “nuevas medidas urgentes” en materia de incendios forestales. La normativa obliga a las comunidades autónomas a elaborar y publicar sus planes de prevención de incendios antes del 31 de octubre de cada año y a aplicarlos de manera ininterrumpida durante los 12 meses en todos los territorios.

Colaboración. Sobre el mantenimiento y la restauración de los terrenos afectados por los incendios, el decreto ley consolida el mecanismo de colaboración entre la Administración General del Estado y las comunidades autónomas. Las autonomías financiarán hasta un máximo del 50% de los costes, salvo que se trate de terrenos de titularidad estatal.

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