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Seaplace, una apuesta decidida por la eólica marina flotante

Han creado una tecnología propia para hacer plataformas más pequeñas, eficientes y un 10% más baratas

Buque de suministro 'offshore' Remas, diseñado por Seaplace.
Buque de suministro 'offshore' Remas, diseñado por Seaplace.

La energía eólica dejó hace años la tierra firme y se fue al mar. Primero se mojó un poco los pies y después se metió de cabeza en el agua, donde el viento es más constante ante la ausencia de obstáculos. Una turbina en el mar produce el doble de energía que en tierra.

Así surgió a principios de este siglo la eólica marina fija, que llega a los 50 metros de profundidad, e impulsada en los mares poco profundos del Norte y del Báltico, donde es fácil clavar las estructuras.

Luego vino la eólica marina flotante para aprovechar los mares más profundos. Es una industria que tiene un gran desarrollo y unos retos tremendos comparada con la fija. El primero es la rentabilidad. En la actualidad es entre un 50% y un 60% más cara. Se espera que ambas se igualen a finales de esta década.

En opinión de Manuel Moreu

 

Hay que apoyar una tecnología que será más barata con el tiempo, es una industria nacional y nos ayudará a lograr la independencia energética

 

A ese proceso de transición de la eólica fija a la flotante se sumó en 2005 la empresa española Seaplace SL, fundada en los años noventa por Manuel Moreu y Jorge Sendagorta, especializada en el diseño de buques y en la ingeniería offshore para el gas y el petróleo.

“Para nosotros ha sido una transición natural de lo que veníamos haciendo en el mundo del petróleo. Se trata también de estructuras que sean capaces de lidiar con las condiciones que impone el entorno marino: oleajes, corrientes y vientos”, explica Jaime Moreu, director de operaciones de Seaplace.

Proyecto Crown

Esta apuesta decidida por la eólica marina flotante se ha materializado con Crown, un proyecto Eurostar con el CDTI. Desarrollado entre 2019 y 2021 en colaboración con la empresa alemana Sowento y la Universidad de Stuttgart, contó con un presupuesto de 1,5 millones de euros. “Crown es un sistema de control de lastre que reduce los movimientos de la plataforma, las hace más estables y, como consecuencia, aumenta su rentabilidad”, describe Moreu.

Plataforma de eólica marina.
Plataforma de eólica marina.

Esta ventaja incide en el coste y en el proceso de fabricación: “Nuestra tecnología permite hacer plataformas más pequeñas. Estamos pendientes aún de establecer la cifra exacta, pero calculo que el ahorro en el coste estará en el orden del 10%”. Las turbinas son, además, un 1% más eficientes. “Parece poco, pero cuando tienes en cuenta el tamaño y su producción a lo largo del año y lo multiplicas por los 30 años de vida útil, el impacto en la cuenta de resultados es apreciable”, sostiene.

Líderes en el diseño marítimo español

Manuel Moreu (en la imagen inferior) sigue dirigiendo a sus 69 años la compañía que creó hace 40, primero como filial de la Seaplace originaria, fundada por el británico Chris Strickland, para trabajar en el entonces pujante negocio del petróleo offshore, y luego, cuando este se jubiló, ya con la actual Seaplace y en compañía de Jorge Sendagorta.

Desde entonces, este ingeniero naval, que quería ser oficial de la Armada española, como su padre, pero al que una sordera infantil apartó de este destino, ha impulsado el crecimiento continuo de una empresa que es en la actualidad un referente del diseño marítimo español. Emplea a 65 personas, de las que 55 son ingenieros navales. En 2021 facturó tres millones de euros y en 2022 esperan llegar a los cuatro millones.

Una industria nacional

Seaplace ha certificado ya su tecnología y creó una empresa en 2021, Brezo Energy, para su comercialización. “Nuestro producto nace con el objetivo de ayudar a fomentar la fabricación en serie. Lo tenemos ya en precio y plazo para fabricarlo en España”, dice Moreu.

Convertir a España en líder mundial de la industria eólica marina flotante es un desafío que Seaplace ve factible por tres condiciones. Las características del litoral español, donde la profundidad es grande, incluso estando cerca de la costa, es la primera. El 80% del potencial eólico mundial se encuentra en aguas profundas.

Turbina creada para aprovechar la fuerza de las corrientes marinas.
Turbina creada para aprovechar la fuerza de las corrientes marinas.

La segunda tiene que ver con los puertos y astilleros españoles, con capacidades de extensión y de profundidad que los hacen más fáciles y un buen clima para ejecutar estos proyectos.

Han construido una turbina para aprovechar la fuerza de las corrientes marinas

El tercer elemento es una capacidad de producción muy competitiva en relación con otros países europeos y tener otros sectores industriales muy avanzados tecnológicamente.

En 2050 la energía eólica flotante marina representará del orden del 3% global, 300 GW en el mundo, unos 100 GW en Europa. España aspira a lograr 3 GW mediante esta tecnología para 2030. “Hay que apoyar una tecnología que será más barata con el tiempo, es una industria nacional y nos ayudará a lograr la independencia energética”, concluye Moreu.

Petróleo, diseño de barcos e investigación

Seaplace se inició como compañía especializándose en el diseño de operaciones marinas y en todo lo que tiene que ver con la industria del petróleo que se desarrolla en el mar. Ha hecho trabajos de ingeniería relacionados con plataformas petrolíferas, buques de perforaciones e interviene en el diseño de todo tipo de barcos que dan servicio a esta industria.

Con el paso del tiempo fue, poco a poco, diversificando su actividad y entraron también en el diseño de buques de investigación. Para el Ministerio de Pesca de España hicieron dos: el Miguel Oliver, el primero que cumplía con la normativa más exigente respecto al control del ruido radiado al agua, un aspecto fundamental para este tipo de embarcaciones, y el Emma Bardán. Y para el  Instituto Oceanográfico Español, el Ramón Margalef y el Ángeles Alvariño.

En ese proceso fueron abriendo nuevos campos centrados en la investigación en torno a la eólica marina y en otros como el que desarrollaron también con el CDTI, para crear una turbina que busca aprovechar la fuerza de las corrientes marinas de tres nudos, la más habitual, y presente en zonas marítimas del mundo como los estrechos de Gibraltar o de Florida.

La inversión en I+D se ha convertido en otro de los objetivos de la empresa, que ha destinado a este capítulo desde 2015 una cantidad de tres millones de euros de fondos propios y otro millón de otras fuentes.

La empresa es un referente en el diseño marítimo tanto en España como en otros países como EE UU, Canadá, Brasil, Turquía, Reino Unido, Alemania o Noruega, donde también ha desarrollado proyectos.

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