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Roberto Sánchez: “La fusión de Orange y MásMóvil tendrá un alto impacto y conllevará revisiones regulatorias”

“Crearán un segundo operador, líder en varios mercados” Destaca el acelerón del 5G y prevé que la banda de 26 GHz se licite este año “Acabaremos la negociación con Bruselas sobre ayudas públicas sin problemas”

Juan Lázaro

Roberto Sánchez, un veterano del sector (en 2011 ya fue director general de Telecomunicaciones), hace balance de los proyectos realizados y analiza algunas de las cuestiones de alcance a las que se enfrenta la industria.

R. Ha logrado hacer una renovación sin precedentes de la normativa sectorial de su competencia (telecos, audiovisual y ciberseguridad 5G). ¿Cuáles son las prioridades de desarrollo reglamentario de esta nueva regulación?
R. La casa ha estado trabajando de forma intensa. Ahora, cada una de las leyes tiene un desarrollo reglamentario. En ciberseguridad 5G lo más importante es aprobar el esquema nacional de seguridad 5G. En la parte audiovisual, vamos a sacar consultas públicas en torno a las comunicaciones comerciales o la protección de menores. Y en la ley de telecos, el más importante es el reglamento de servicio universal. Hemos acabado una consulta pública sobre la modificación en el cuadro nacional de frecuencias, para el uso de la banda de 26 GHz. Es la fundamental. Vamos a destinar parte a autoprestación, de tal modo que los usos industriales se van a dar acomodo en esta banda.
R. ¿Mantiene el objetivo de sacar a subasta esta banda este año?
R. Sí, ese es el calendario y seguimos con él. Al terminar la consulta pública nos da tiempo a analizar todo para preparar la licitación.
R. ¿Serán solo operadoras las que participen o, al hablarse de otros usos, habrá otros grupos?
R. No tenemos decidido todo 100%. Queremos ver las propuestas de la consulta pública, pero la intención es que habrá una parte de espectro para operadores y, por lo tanto, será sujeta a subasta. Otra parte se reservará para aplicaciones en autoprestación. Lo normal es que, para estas últimas, no haga falta acudir a una subasta porque en las autoprestaciones las frecuencias pueden ser usadas por varios al mismo tiempo, sin necesidad de tener que adjudicarse en exclusiva.
R. ¿Hay previsiones de ingresos?
R. Todavía no. El Gobierno no ha sido especialmente recaudador. Siempre hemos puesto por delante la importancia de que se desarrolle la tecnología y las redes, porque eso redunda en otro tipo de ingresos que vienen del aumento de la competitividad de las empresas. El mecanismo de subasta es el más transparente. En la subasta de 700 MHz, pusimos obligaciones de despliegue en lugar de precios altos.
R. ¿Cómo ve el despliegue de 5G en España frente a otros países?
R. En el último año hemos avanzado mucho. Habíamos tenido un año de ciertos retrasos, al principio de todo, coincidiendo con la pandemia. Ahora todo ha avanzado mucho más rápido. El informe de cobertura que acabamos de publicar, que coincide con junio de 2021, indica que se ha alcanzado el 58,98% de la población con cobertura en 5G. Estaremos cerca de un 75%, pero no puedo precisar. Ya estamos en el proceso de despliegue masivo de la red, y a final de año notaremos que tenemos 5G en muchos más espacios. Además, la mayoría de móviles de gama media que se venden ya son con 5G.
R. Se habla de la carrera por el 5G en todo el mundo, ¿penaliza la normativa europea a Europa en la carrera por el 5G?
R. No lo creo. El mercado europeo y el español son muy complicados, porque están muy fragmentados. Hay pocos incentivos para que haya operadores paneuropeos, como en EE UU o China, donde hay dos o tres operadores nacionales. Las telecos piden a los gobiernos, reguladores o Comisión Europea cambios en algunas normas que les perjudican, aunque creo que los cambios van más en la línea de que haya una mayor simetría en la regulación para telecos y OTT. Luego, hay otro problema. En los conceptos europeos se penalizan los despliegues de los operadores, que quieren tener el mayor retorno a la inversión en el menor tiempo posible, y despliegan primero en las zonas de mayor población. Los países queremos que el 5G sea también un elemento de transformación digital de la sociedad, y llegue a todos los sitios. Necesitamos facilitar el despliegue de 5G, no solo por el beneficio para los operadores sino por el que proporcionan a la sociedad. Y para hacer eso, hay que poder dar ayudas a los operadores para los despliegues. Aquí es donde tropezamos con algunas de las normativas europeas, como es el régimen de las ayudas de estado. Tenemos que convencer en estas actuaciones a la Dirección General de Competencia de la Comisión. Esto no se puede analizar solo desde el punto de vista de si beneficia o perjudica a los operadores, sino si sirve a otros ámbitos de la sociedad. Pienso que esto se podría resolver de una manera más rápida, mediante la modificación de algunas reglas para determinadas circunstancias.
R. ¿Cómo está el tema de las ayudas públicas a la red activa?
R. Tenemos algunas en negociación, y las concluiremos este año sin problemas. Hay una excelente relación con la Comisión Europea, y entendemos que ellos deben seguir una serie de procedimientos y normativa. Lo resolveremos sin duda. Hay algunas cosas del Programa Único que están bastante avanzadas, como el backhaul, creo que la resolveremos en un plazo muy breve. Con respecto al equipamiento puro, vamos avanzando, seguro que encontramos una solución.
R. Con respecto a la presión fiscal, las telecos se siguen quejando de que continúa siendo muy alta…
R. Entiendo que se quejen de que pagan muchos impuestos. No he hecho un análisis de los países de la UE, pero, este Gobierno ha resuelto temas fiscales a favor de los operadores que llevaban reclamando 20 años y no se había conseguido nunca. Hemos avanzado mucho. La tasa de RTVE ya se ha solucionado, aunque es verdad que entrará en vigor con los Presupuestos de 2023. Hay otro tema importante, que a ellos se les olvida, y es que a los operadores móviles les hemos ampliado las licencias de 20 a 40 años, que es como dar una licencia por tiempo indefinido.
R. ¿Cree argumentada la demanda de los operadores de crear algún mecanismo para que las tecnológicas financien las redes?
R. No quiero opinar, porque tenemos los argumentos de las telecos y de las OTT, y queremos hacer un análisis profundo antes de definir nuestra posición. Existe un debate interesante, y estamos a favor. Pero desde que llevamos un smartphone encima somos consumidores de los dos mundos, del que nos proporciona la red y del que nos da los servicios, que son las OTT, así que hay que analizar la sostenibilidad del sistema a largo plazo. Hay que dejar margen en los dos sitios para la innovación y la inversión en nuevas tecnologías, y si cercenamos por un lado u otro, perderemos esto.
R. Habla de complejidad del mercado español, y parece que empieza a haber fusiones. ¿Hace falta más consolidación?
R. No lo sé. Las operaciones de consolidación que se realizaron en el pasado al final no han consolidado el mercado, pues los remedies impuestos, generaron nuevos competidores. Ahora, el mercado se mueve en varias dimensiones. Con la operación entre Orange y MásMóvil sí se produce cierta consolidación, porque generará un segundo operador, que será el primero en algunos mercados importantes. Es una operación de alto impacto que posiblemente conllevará a revisiones regulatorias. Así que entramos en una dinámica de algunos cambios. Lo que, de momento es impredecible, es saber si los remedies que puedan derivar de esa operación servirán para consolidar a otro de los operadores entrantes, que lo están haciendo muy bien, como Adamo o Avatel. En cualquier caso, esa consolidación no va a ir en detrimento de la competencia. Los ciudadanos seguiremos disfrutando de unos servicios competitivos.
R. Decía que el mercado se mueve en varias dimensiones. ¿Cuál es la otra?
R. La desintegración vertical de los operadores. Hasta ahora, integraban desde la zanja hasta la última aplicación. Pero con el adiós de esa integración a marchas forzadas, con la externalización de los centros de datos, de las torres… se están generando operadores específicos de torres o fibra y los operadores tradicionales están desapareciendo. Es algo que está muy en las dinámicas del sector, y sucede por la presión de los mercados financieros. Las telecos se sienten un poco ‘obligadas’ a ir a estas operaciones para reducir deuda y porque el mismo activo, gestionado por otra empresa, vale más.
R. La ley de Ciberseguridad 5G prevé identificar proveedores de alto riesgo ¿Cuándo conoceremos la lista?
R. Hemos solicitado información a los operadores, que nos sirve para regular el esquema nacional de ciberseguridad y conocer qué tipo de proveedores utilizan en las distintas partes de la red. No haremos nada hasta entonces, porque sería muy duro estigmatizar a alguien sin ese análisis.
R. Todo el mundo mira hacia el mismo proveedor, Huawei.
R. Lo sé, pero de mí no lo van a oír.
R. ¿Ha rebajado EE UU las presiones que hizo en la era Trump?
R. No sé si puedo contestar a esa pregunta (sonríe). Pero si la contestase, yo diría que han cambiado las formas, pero no el fondo.

“Estamos en conversaciones para las fábricas de chips”

Ecosistema. Preguntado sobre el candidato o candidatos más probables para crear una gran fábrica de chips en España como parte del Perte chip, la mayor apuesta de proyecto estratégico del Plan de Recuperación, Roberto Sánchez explica que están en conversaciones con varias entidades. No desvela sus nombres para “no entorpecer las negociaciones”, pero reconoce que aún son “preliminares” y “llevarán tiempo”. Aunque entiende que el tema de las fábricas de chips es lo más mediático del plan, defiende que las otras tres líneas de trabajo del Perte, las dedicadas a I+D, diseño y generación de ecosistema de fabricación (la industria usuaria de esos productos), “son igual de importante. Es lo que dejará más poso, porque alimentarán esas fábricas. Y si no están aquí, alimentarán otras fábricas del mundo”.

Subvenciones. Frente a quien critica que se den ayudas públicas a fabricantes de chips con altos beneficios para que abran fábricas en EE UU o Europa, Sánchez admite que la reflexión es muy interesante, “pero en Europa tenemos que complementarla con otra visión, y es la de que aquí hemos perdido autonomía tecnológica y para recuperarla necesitamos dinero público. No basta con pedir a un fabricante que venga aquí; hace falta un incentivo extra”. Añade que entiende una crítica formulada por un senador de EE UU en el sentido de “¡Cuidado, no nos pasemos! Y, efectivamente, hay que tener cuidado. Hay que dar ayudas para atraerles de inicio, pero luego deben ser capaces de generar sistemas autosostenibles, no que tengan que vivir siempre de la ayuda. Deben generar negocio para poder invertir en los siguientes ciclos de innovación que se producen en el sector, porque son de costes altísimos”.

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