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Tesla, cuando ser el pionero puede convertirse en una maldición

Si Pekín se mantiene firme en los confinamientos y la economía se resiente, Tesla será vulnerable, y no hay mucho que Musk pueda hacer

Elon Musk.
Elon Musk.

El jefe de Tesla, Elon Musk, tiene un “mal presentimiento” sobre la economía, y eso podría costar el 10% de los puestos de trabajo del fabricante de automóviles eléctricos valorado en 735.000 millones de dólares. Según Reuters, eso es lo que afirmaba Musk en un correo electrónico enviado el jueves [Musk aclaró el viernes que el recorte afectaría al personal de oficina, no a toda la empresa].

Ser el primero en acaparar un nuevo negocio desbaratando uno antiguo tiene algunas cosas buenas. Los consumidores estadounidenses se están viendo afectados por la subida de precios en todas partes, y las grandes compras de artículos como los coches podrían verse afectadas. Pero Tesla, el primero en el negocio de los vehículos eléctricos, tiene el 75% del mercado estadounidense, lo cual da a entender que podrá resistir algo de competencia. Pese a que la escasez de chips y la inflación de las materias primas han reducido la producción y aumentado los costes, los analistas esperan un aumento de más del 40% en el flujo de caja operativo este año, según Refinitiv. Se espera que el flujo de caja libre, incluso después de contabilizar las inversiones, sea más del doble.

Por el contrario, su rival de Detroit, Ford Motor, aún está en las primeras etapas de arranque de su negocio de vehículos eléctricos, y está invirtiendo mucho. El jueves, la empresa afirmó que sumaría 6.200 nuevos empleos y destinaría 3.700 millones de dólares a nuevas inversiones, en parte para apoyar la producción de su principal vehículo eléctrico, el F-150 Lightning. La tarea del jefe Jim Farley es coger los casi 16.000 millones de dólares de flujo de caja operativo que su negocio de motores de combustión produjo en 2021 y usarlos para construir una nueva empresa de vahículos eléctricos. Pero Farley no tiene ni cuota de mercado ni vientos de cola seculares para respaldar sus planes.

La capacidad de Tesla para recortar la plantilla es, en cierto modo, una validación de su negocio eléctrico más consolidado. Pero también es una especie de advertencia. El hacha afilada muestra que Musk solo tiene un número limitado de palancas de las que puede tirar. Mientras que Farley está empezando un negocio de vehículos eléctricos desde cero, Musk tiene costes fijos que no puede controlar. La fábrica de Tesla en Shanghai, responsable de más del 40% de su capacidad de producción hasta que las nuevas plantas se pongan en marcha, se enfrentaron a largos paros con la estrategia china de Covid cero. China también contribuyó a más de un tercio de las ventas de Tesla en 2021, según datos de Reuters. Si Pekín se mantiene firme en los confinamientos y la economía se resiente, Tesla será vulnerable, y no hay mucho que Musk pueda hacer.

Además, aunque Tesla se convirtió en líder de los vehículos eléctricos al dar la espalda a los motores de combustión, eso no significa que no tenga un negocio heredado al que recurrir. Esto hace que la empresa sea menos diversa en el caso de que las piezas e insumos para los vehículos eléctricos sean demasiado caros para producir coches a un precio razonable. Con Ford y GM tratando agresivamente de robar cuota de mercado, incluso recortando los precios, Tesla se convierte en el líder cansado al que es más fácil doblegar. Musk tal vez descubra que su posición de líder se convierte más en una maldición que en una bendición.

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