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En colaboración conLa Ley
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El ICAM pone en marcha un proyecto para cuidar la salud mental de los abogados

Vicente del Bosque, David Meca y Alejandra Vallejo-Nájera participan en una iniciativa abierta en su primera edición a más de 1.000 profesionales colegiados

Los procesos de ansiedad y estrés ante situaciones de miedo, incertidumbre y dificultades económicas afectan especialmente a los profesionales de la abogacía. Según una encuesta realizada entre más de 3.000 juristas por la International Bar Association (IBA), más de una tercera parte de los abogados creen que su trabajo afecta negativamente a su bienestar mental, y casi la mitad reconoce que el temor al efecto que pudiese tener sobre sus carreras les disuade de hablarlo en su despacho u organización.

El Colegio de Abogados de Madrid (ICAM) ha detectado a través del contacto directo con sus miembros que los problemas para conciliar la vida laboral y familiar, derivados o agravados por la pandemia, están afectando como nunca antes al equilibrio emocional de los profesionales de la abogacía. Para ayudar a los letrados, ha decidido poner en marcha el proyecto Bienestar ICAM, una iniciativa que pretende acabar con el estigma que habitualmente rodea la salud mental en el sector. “Vamos a romper un tabú y hablar del bienestar de los colegiados”, ha indicado Tato Guerra, diputado de la Junta de Gobierno del ICAM responsable del área de Desarrollo Profesional.

El proyecto, impulsado por el área de Desarrollo profesional del ICAM en el marco del programa Por un buen futuro, arrancará el próximo 24 de febrero con una primera fase con charlas motivacionales impartidas por el exseleccionador nacional Vicente del Bosque, el nadador David Meca y la psicóloga Alejandra Vallejo-Nájera, especialista en incidencia del estrés y la ansiedad en el cerebro y el organismo.

Centrado habitualmente en el desarrollo de medidas que garanticen y faciliten el ejercicio profesional, el impacto de la crisis sanitaria y económica en una profesión de por sí estresante y sacrificada ha llevado al colegio madrileño a cambiar el enfoque para poner en el centro de sus preocupaciones la estabilidad emocional de los abogados. En particular, de quienes se desempeñan por cuenta propia o trabajan en pequeños y medianos despachos. “Los despachos grandes ya han puesto en marcha sus propios programas, pero este Colegio tiene 77.000 colegiados y solo una minoría trabaja en grandes firmas. Por tanto, detectamos una necesidad y dijimos ‘vamos a atrevernos’”, recuerda Guerra.

Primera fase: talleres

La primera fase del proyecto, que arrancará el próximo 24 de febrero, consistirá en la realización de talleres y conferencias para los letrados.

“Lo primero es que la gente admita lo que le pasa, que sea consciente de sus emociones”, apunta Guerra, por eso las conferencias iniciales son para generar una cierta confianza de cara a abordar la parte más intensa del programa, que consta de una serie de talleres temáticos que se desarrollarán a lo largo de varios meses. Cada taller, a su vez, se desdoblará en dos sesiones: una teórica, en la que se indagará en las causas del malestar emocional, y una práctica para fomentar la salud física y mental a través de actividades que requieren concentración saludable y fomentan la distensión.

Las actividades que los letrados podrán realizar en estos talleres son diversas: desde el yoga y la meditación hasta el coaching grupal.

“Vamos a hacer meditación, yoga, mindfulness, teatro y talleres de coaching grupales”, explica Mábel Fernández, responsable del área de Secciones y Desarrollo Profesional del ICAM. “El objetivo es dar a los abogados y abogadas las herramientas para mejorar la gestión emocional”. Por ello, destaca, la mayor parte de los colaboradores son abogados de formación, “para que puedan identificar los problemas específicos de la abogacía”.

Segunda fase: romper el hielo

La segunda fase comenzará el 7 de marzo con una sesión titulada Rompemos el hielo, seguida por el taller teatralizado De todo se sale, impartido por la abogada y coach profesional Mariola Quesada, colaboradora del ICAM en otras iniciativas y una de los artífices del proyecto. En cuanto al formato, se combinará la presencialidad con el acceso a distancia, de forma que las sesiones se celebrarán físicamente en el salón de actos del ICAM, con un aforo reducido, y serán emitidas en streaming a través de la plataforma Zoom, con una capacidad de hasta 1.000 asistentes. “Lo montamos de esta manera para que llegue a cuanta más gente mejor”, señala Fernández.

Concluidos los talleres, el Colegio de Abogados de Madrid evaluará los resultados con idea de ampliar y personalizar el programa en próximas ediciones. Una vez roto el estigma, el objetivo es dar continuidad al programa para seguir normalizando el acercamiento y la preocupación por la salud mental en el ejercicio de la abogacía. “Tenemos la íntima convicción de que va a ser un éxito, que va a tener una buena respuesta, porque hemos hablado con los colegiados, les hemos visto sufrir y creemos que es el momento de hacerlo”, concluye Guerra.

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