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Emprender en EEUU con España en mente

Conocer historias de emprendedores españoles en EEUU evidencia las diferencias entre ambos países a la hora de iniciar un negocio. También el esfuerzo necesario para comenzar, sea cual sea el lugar de origen y el sector de emprendimiento.

CINCO DÍAS

Cuando se habla de diferencias en emprendimiento entre Estados Unidos y España se analizan aspectos que afectan principalmente a los costes para iniciar una actividad y a la burocracia. Cuestiones que toman aún más relevancia cuando te las cuentan en primera persona, más allá de informes y análisis internacionales que las ponen de manifiesto.

Daniel Soberón es un informático cántabro afincado en Nueva York, que inició en Estados Unidos una aventura de emprendimiento que nada tenía que ver con su profesión. Conocer su historia evidencia los esfuerzos que hay que realizar para iniciar una actividad. Y también las diferencias entre ambos países, especialmente al comenzar. Cuestión que no le ha impedido volver a sus raíces y emprender desde allí pero con la mente siempre puesta en España.

- ¿Desde cuándo vives en EEUU y qué te llevó allí?

 Llevo 13 años viviendo en Nueva York. Conocí a mi mujer en Madrid y después de un tiempo viviendo juntos en España decidimos trasladarnos a su ciudad natal (Nueva York). Yo soy de Santander y por aquel entonces trabajaba en Madrid. En aquella época no tenía ninguna atadura y la aventura me pareció bien.

- ¿Qué diferencias a la hora de emprender encuentras entre ambos países?

La principal diferencia es la burocracia. En USA te lo ponen fácil a la hora de emprender. Los trámites administrativos no son tan pesados como en España y a la hora de pagar impuestos lo haces en relación de tu actividad.

No existe la figura fiscal del autónomo y ese pago mensual sin tener en cuenta la actividad.

Entiendo el sistema español y la cobertura hacia el trabajador/autónomo pero creo que frena el emprendimiento, especialmente en la gente joven que tienen nuevas ideas pero no se deciden por las cargas fiscales/administrativas.

- Uno de tus principales proyectos trata de fomentar carreras deportivas de estudiantes españoles en EEUU, ¿de dónde viene la idea?

Quería hacer algo relacionado con el deporte. La cultura deportiva de este país es muy grande y en consecuencia el negocio también. La familia de mi mujer está muy conectada al deporte universitario y desde que llegué a este país he estado en contacto con ese mundo, pero la idea de Next Play Sport va más allá de la obtención de becas universitarias, queremos realizar diferentes proyectos deportivos dentro de la misma estructura.

Por ejemplo. Queremos lanzar el próximo verano unos campamentos en Nueva York en los que se relacione el aprender inglés y la práctica de deporte a nivel competitivo.

- Aunque tu actividad está inicialmente relacionada con el mundo del vino, ¿cómo fueron los inicios y cuál es la situación actual?

Los inicios fueron bastante duros. Yo llegué a NY con un nivel de inglés muy básico, tuve que aprenderlo a marchas forzadas por pura necesidad. Yo era informático de profesión pero me di cuenta que no podía desarrollar mi trabajo por lo menos en ese momento. Decidí que quería seguir conectado a España laboralmente y vi una oportunidad con el vino español. Me especialicé en mi propio país y hace cinco años creé una importadora/ distribuidora de vino (Soberon Wines Inc.). Trabajamos con pequeños productores donde la calidad es lo más importante y distribuimos en los estados de Nueva York y Connecticut.

- ¿Por qué decides invertir en una bodega cántabra ahora (pandemia mediante), desde EEUU? ¿Cómo has dado este paso y cuál es la motivación?

Mi principal motivación en la bodega es poder estar más conectado a Cantabria. Tener una razón laboral por la que volver a mi tierra. Quería comenzar algo relacionado con lo que ya hago en USA y una bodega era algo que llevaba pensando desde hace tiempo. Encontré a mis socios de Bodegas Sel D'aiz (Asier y Miriam) un poco por casualidad pero desde el primer momento conectamos muy bien y creemos en el potencial de la bodega y el proyecto. En mi caso la pandemia ha sido positiva en algún aspecto, me ha dado tiempo de pensar y organizar mi vida y mis proyectos.

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