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Silken Hoteles prevé volver a beneficios en 2022 y prepara su salida al exterior para 2023

Augura tres nuevas aperturas el año que viene hasta completar una cartera de 35 activos

Javier Villanueva y Amado Jimenez, director general y director de Recursos Humanos de Silken Hoteles.
Javier Villanueva y Amado Jimenez, director general y director de Recursos Humanos de Silken Hoteles.

Las hoteleras empiezan a sacar de los cajones los proyectos que se habían quedado parados como consecuencia de la crisis del coronavirus. En el caso de Silken Hoteles se une además el efecto arrastre que tuvo la quiebra en 2015 del grupo constructor Urvasco, su principal accionista hasta ese momento. Recompuesto el capital con la entrada de un nuevo accionista (Inversiones JT, con un 55% del capital, que se unió a Escampa, que poseía el otro 45%), la compañía ha presentado esta mañana su nueva imagen corporativa (en la que Silken deja de ser apellido y pasa a ser nombre) y los planes de futuro que pasan por ir acelerando las aperturas. "Este año hemos incorporado un hotel en Durango y en Estepona y el ejercicio que viene esperamos incorporar otros tres, con los que cerraremos 2022 con una cartera de 35 hoteles", ha recalcado Javier Villanueva, director general de Silken Hoteles durante la presentación de la nueva marca.

De esa cartera, 18 estarán en régimen de arrendamiento, ocho en gestión, uno en propiedad y el resto son acuerdos para comercializar. Villanueva reconoce que la compañía, que el pasado ejercicio cumplió su vigésimoquinto aniversario, está a punto de dar el salto al exterior y que ultima dos contratos en el exterior, lo que sería el primer paso para la internacionalización. "En el pasado tuvimos hoteles en Bruselas, Londres o Berlín. Ahora no tenemos nada y tenemos muchas ganas de volver a salir. Si todo marcha bien en pocos meses anunciaremos un par de proyectos que estamos ultimando, con ubicaciones premium y arquitecturas diferentes. Uno será un proyecto urbano y el otro de ocio".

Villanueva ha reconocido que el objetivo inmediato de la compañía es volver a generar beneficios en 2022 y tratar de llegar a la facturación precrisis en 2023, fecha en la que también está prevista otra apertura en Platja de Aro. En 2019, la hotelera facturó 93,3 millones de euros y el precio medio por habitación se incrementó un 3,7% durante ese ejercicio gracias a la recuperación de tarifas en los hoteles madrileños.

De este modo para 2023 Silken Hoteles ya contaría con tres activos (Lekeitio, Estepona y Plajta de Aro), situados en entornos vacacionales. “También tenemos otro activo en Torla (Huesca), por lo que nos sentimos comodos ampliando la cartera en otros segmentos no urbanos”.

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