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Nissan apuesta por GWM para ocupar sus plantas de Barcelona

La propuesta de la belga Punch no se va a negociar de momento y quedará de reserva

Planta de Nissan en la Zona Franca de Barcelona.
Planta de Nissan en la Zona Franca de Barcelona.

Nissan ya tiene "finalistas" para reindustrializar las plantas que opera en Barcelona. A las opciones que se han venido trabajando durante todos estos meses, se suma la del fabricante chino Great Wall Motor, que se ha interesado directamente por la factoría de la Zona Franca.

Según han informado fuentes sindicales a CincoDías, la compañía asiática también baraja la posibilidad de utilizar el centro de Montcada i Reixac. La candidatura ha sido oficializada este viernes en la undécima reunión de la comisión de trabajo integrada por la empresa, sindicatos, Gobierno y Generalitat de Cataluña.

Fuentes de las negociaciones citadas por El País explican que estudia una inversión inicial de 150 millones, que aprovecharía las actuales instalaciones con ciertas reformas y que la producción se situaría en torno a las 100.000 unidades, cuando la planta admite un máximo de 200.000.

Los sindicatos aseguran que, a partir de ahora, se inicia una negociación "preferente" con la compañía china. La propuesta del fabricante catalán de motocicletas eléctricas Silence y el Hub de Descarbonización de Barcelona (D-hub) liderado por la catalana QEV Technologies se sitúan como "proyectos complementarios", mientras que el proyecto de la belga Punch no se va a negociar de momento y quedará de reserva.

Según los representantes de los trabajadores, esta fase debería ser "rápida" y para finales de octubre se debería alcanzar un acuerdo. "No descartamos como opción futura si algún proyecto no se ajusta a nuestro objetivos abrir nuevas vías de negociación con el resto de alternativas presentadas, como pudiera ser Punch", matizan.

Punch había ofrecido producir 46.000 vehículos en las plantas barcelonesas para 2025. Esta cantidad se elevaría a más de 75.600 para 2030. La compañía prevé una inversión de hasta 650 millones de euros hasta 2027, que se convertirían en 1.000 en 2030, para la producción de vehículos de hidrógeno reutilizando los modelos de Nissan, y aprovechando la misma plantilla.

El plan de QEV Technologies consiste en un consorcio en el que ella misma ejercerá como empresa tractora y del que formarán parte empresas como las suecas Inzile y Volta Trucks. Asimismo, plantea la posibilidad de desarrollar y producir un coche eléctrico pequeño, orientado al uso privado, carsharing y reparto de última milla.

También prevé establecer una segunda línea de producción para desarrollar plataformas de tracción eléctrica alimentadas con pilas de hidrógeno para camiones, autobuses y autocares. Y añadiría la fabricación de plataformas para autobuses eléctricos urbanos e interurbanos de 8 y 12 metros, que actualmente fabrica en China, y la producción en serie de una nueva marca de furgonetas eléctricas, para cambio de flotas y reparto de última milla, en colaboración con una marca asiática. De su lado, Silence podría fabricar el modelo S04 para Seat.

"Nissan está totalmente abierta a esa negociación con un único objetivo: conseguir la reindustrialización de las plantas de Nissan en Barcelona. Estamos convencidos que podremos encontrar soluciones beneficiosas para todas las partes", ha señalado Frank Torres, responsable de las operaciones industriales de Nissan en España.

Más de un año de lucha

Nissan anunció el cierre de las factorías catalanas en mayo del año pasado bajo su plan de reestructuración mediante el cual prevé volver a la competitividad con unos ahorros 2.530 millones de euros en costes, y dejando Europa para centrarse en China, Japón y Norteamérica.

En este contexto, los trabajadores comenzaron una oleada de protestas y consiguieron, tras más de 36 horas de mediación y meses de huelga, que la empresa se comprometiera a no realizar “despidos traumáticos” hasta finales de 2021. La cifra total de despidos es de 2.525 personas, después de que la multinacional decidiese mantener el centro de recambios de El Prat, donde trabajan unas 110 personas, y se abriera a dejar fuera del expediente a otras 400 personas: 300 del centro de I+D y 100 del área de compras.

La firma asiática sí sigue operando en los centros de Ávila y Cantabria, que fabrican componentes para la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi y entre los dos suman unos 1.000 trabajadores.

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