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Cómo deben actuar los CEOS ante una crisis sin precedentes

Los jefes apuntan a la seguridad y la positividad como factores determinantes

Getty Images
Ixone Arana

La pandemia ha puesto a prueba el modelo organizativo más tradicional de las empresas, que se adaptan como pueden a la nueva realidad pospandémica. Algunas plantillas han regresado a las oficinas, otras siguen teletrabajando y muchas se manejan entre las dos opciones. La incertidumbre ante lo que pueda pasar ha cambiado los hábitos de empleados, clientes y, por consiguiente, también lo ha transformado el papel del líder, a quien se le demanda confianza más que nunca.

Uno de los aprendizajes que han obtenido los jefes gracias a la crisis sanitaria es el de ser conscientes de la importancia de la seguridad de sus empleados. Así lo demostraron este martes los participantes en la sesión El CEO ante la gestión de la incertidumbre en un nuevo entorno, organizada por ISS y el Instituto de Innovación Social de Esade.

Garantizar la seguridad de los trabajadores, además, es fundamental para generar sentimiento de pertenencia, según aseguró el presidente ejecutivo de ISS España, Javier Urbiola. “Si has tratado con respeto y confianza a tu gente durante años, al final te lo devuelven con creces. Estamos acostumbrados a que la gente critique sus propias organizaciones, pero cuando suceden hechos como este te das cuenta de que todos se ponen a remar juntos y están al lado de ti, sienten la camiseta, y eso nos ha llenado de orgullo”, comentó.

Sin embargo, retener el talento parece un desafío cada vez más complicado por culpa de la fatiga pandémica. Un ejemplo de ello es El fenómeno que se ha bautizado como La Gran Renuncia, después de que cuatro millones de empleados (el 2,7% de la fuerza laboral) dejasen su trabajo en Estados Unidos durante el mes de abril, marcando un récord histórico. De hecho, más del 40% de las personas que respondieron al índice de tendencias laborales de Microsoft, una encuesta mundial realizada a más de 30.000 personas en 31 países, dijeron que están considerando dejar su empresa este año.

Por eso, para la presidenta de la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), Laura González-Molero, es imprescindible que, como jefes, su autenticidad no sea impostada. “Es importante buscar un modelo híbrido, que sin duda va a ser el futuro, en el que consigamos que esa nueva cultura corporativa permita que los empleados se sientan partícipes del proyecto. Que vean que les escuchamos, que su aportación es valorada en la organización y que son parte del propósito empresarial. Si no, se van a querer ir”, argumentó.

En ese sentido, los líderes apuntaron a la confianza como otra de las claves para salir a flote de la crisis. “La presencialidad se ha arreglado como un factor irrelevante cuando tienes personas comprometidas que siguen trabajando incluso más duro cuando están en sus casas”, sostuvo el director general de la empresa química Basf, Carles Navarro.

Futuro cercano

Pero más allá de salir a flote, ahora que la pandemia parece apaciguarse, los directivos discutieron sobre cómo afrontar la gestión de sus plantillas en el presente y futuro cercano. Urbiola considera que el mayor reto es el organizacional. “Nos toca hacer una organización mucho más plana gracias a la tecnología. Es decir, más deslocalizada, pero a la vez más conectada no solo en la línea jerárquica, sino en la transversal. Será mucho más abierta e innovadora”, explicó. González-Molero, por su parte, insistió en la importancia de ayudar a los jóvenes a no quedarse atrás en un año que, dijo, ha sido especialmente complicado para las nuevas incorporaciones a las plantillas por la ausencia de presencialidad.

Por otra parte, combatir el cambio climático, descarbonizar la economía, preservar la biodiversidad y circularizar la economía se han convertido, según Navarro, en unos compromisos que, si ya eran importantes para las empresas antes de la pandemia, ahora deben serlo con más intensidad. Además, entre las principales competencias que necesita un líder para conseguir ese cambio, destacó la de no bloquearse frente a situaciones de ambigüedad. “La capacidad de sobreponerse a esa sensación y de encontrar un camino razonable y válido para la organización es una cualidad que hay que cultivar”, añadió.

Aun así, por encima de todo, los líderes tienen claro lo que necesitan: positividad. “Es lo que te ayuda a mantener tu nivel de energía, de calma, de serenidad”, afirmó González-Molero. Su trabajo ahora, aclararon, es transmitírsela al resto de empleados.

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Sobre la firma

Ixone Arana
Es redactora de Estilo de Vida. Antes de incorporarse a EL PAÍS, donde también ha escrito para la sección de Madrid, trabajó en 'Cinco Días', principalmente en la sección de Fortuna. Graduada en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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