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IBIL, montar un negocio de electrolineras, todo incluido

La empresa, de Repsol y EVE, provee la puesta en operación completa de redes de recarga para vehículos eléctricos

El primer punto de recarga en España que incorpora almacenamiento de energía, en la estación de servicio de Repsol situada en la N-I, en su paso por Tolosa (Guipúzcoa).
El primer punto de recarga en España que incorpora almacenamiento de energía, en la estación de servicio de Repsol situada en la N-I, en su paso por Tolosa (Guipúzcoa).

Llegar a la estación de servicio, enchufar el coche eléctrico al punto de recarga y, en el tiempo que se tarda en tomar un expreso en la cafetería, llenar por completo la batería.

Si una de las barreras de la adopción del vehículo eléctrico es su peculiar repostaje, cuya duración depende de varios factores (entre ellos, la potencia del punto de recarga), IBIL la abatió en 2019, al desarrollar y operar para Repsol la primera electrolinera ultrarrápida en la península ibérica, y una de las pocas en el sur de Europa por aquel entonces.

Ha sido la primera en implantar el repostaje de electricidad ultrarrápido en la Península Ibérica

Con esta instalación, que permite recargar en tan solo seis minutos, y que se encuentra en la carretera A-1 a su paso por Lopidana (Álava), IBI –surgida una década antes de un acuerdo de colaboración entre la petrolera y el Ente Vasco de la Energía (EVE)– se consolidó como referente en tecnología, servicios y gestión de recarga de vehículos eléctricos en España y Portugal.

“Este sistema, con una potencia de 350 kW, supuso un gran avance para el uso del coche eléctrico, al permitir, además, el enlace entre Madrid y Francia a través de la frontera de Irún”, rememora su director general, Aitor Arzuaga

Todos nuestros clientes están en la Península Ibérica y el 100% de la tecnología, el desarrollo y los proveedores son españoles

Aitor Arzuaga, director general

Al principio, el objetivo de ambos fundadores, que siguen siendo socios de IBIL al 50% cada uno, era desarrollar soluciones de entrega de energía para Repsol y maximizar la captura de valor derivado de la evolución de la movilidad sostenible por parte del tejido industrial local.

Esta compañía fue el primer gestor de recarga registrado en España y, hasta 2019, operó con su propia marca la primera red de este tipo, con unos 200 puntos en lugares públicos y estaciones de servicio Repsol.

Una usuaria enchufa su coche a un punto de recarga operado por IBIL.
Una usuaria enchufa su coche a un punto de recarga operado por IBIL.

Este fue el año del cambio estratégico. “Una vez desarrollados tecnología, servicios y capacidades técnicas y humanas, y viendo que la movilidad eléctrica estaba destinada a convertirse en una parte relevante del mercado, tenía sentido que Repsol adquiriera la red para integrarla en su propio portafolio, como parte de su proceso de transformación en empresa multienergética”, explica Arzuaga. Lo que redundó en el reposicionamiento de IBIL como prestador de servicios para la petrolera y otras empresas.

De esta forma, hoy la firma puede facilitar a cualquier empresa la puesta en operación completa de un negocio de recarga eléctrica. Para ello, despliega la infraestructura, la opera y la mantiene, desarrolla los sistemas de información, proporciona la tecnología informática que está detrás, las apps, los centros de atención al cliente, comercial y de soporte, los terminales de recarga, la plataforma de gestión, y las soluciones a medida que el cliente pueda requerir. “Todo ello a través de tecnología, desarrollos y proveedores 100% españoles”, subraya Arzuaga.

Más hitos

Pero 2019 se caracterizó también por otro importante hito. En otoño, IBIL inauguró las que fueran las instalaciones de recarga ultrarrápida de mayor potencia en Europa en su momento (400 kW), en la estación de servicio de Ugaldebieta (Vizcaya).

“Este punto no solo presenta la tecnología necesaria para que la experiencia de usuario sea similar a la que podría tener si repostara combustible, sino que cuenta también con una arquitectura muy novedosa que facilita la integración de soluciones de almacenamiento y generación distribuida”, destaca Arzuaga.

A la fecha, ha entregado más de 10 GWh de energía para la movilidad en 3.000 puntos

Sucesivamente, en diciembre de 2020, la empresa puso en servicio la primera electrolinera que incorpora almacenamiento de energía como respaldo en España, en la estación de servicio de Repsol situada en la N-I, a la altura de Tolosa (Guipúzcoa). Se trata de un proyecto de economía circular, ya que el sistema de almacenamiento está desarrollado a partir de módulos de baterías de segunda vida, procedentes de autobuses eléctricos de la firma Irizar.

En palabras de Arzuaga, “esta solución permite implantar recargas rápidas allí donde la red eléctrica no tiene potencia disponible, o la obra necesaria para llevarla al lugar elegido tenga una complejidad o un coste que la hace inviable. A su vez, el almacenamiento distribuido confiere flexibilidad al sistema eléctrico, lo cual permitirá incorporar un mayor porcentaje de generación primaria renovable”.

Crecimiento

Actualmente IBIL presta sus servicios a una decena de empresas, más allá del accionista Repsol. Algunos clientes, como Ferrovial Servicios, tienen presencia en toda la geografía española. Otros, como Mobilize Power Solutions, filial del grupo Renault, está también en Portugal.

Y si U Energía está arraigada en Baleares, y Canaluz, en Canarias, hay compañías que prestan servicio en distintos puntos de la península, como Unieléctrica, Aduriz Energía, Digamel, Epresa, Crece Energía, Digamel, Galuresa o Grupo Oeste.

Duplicó en 2020 la facturación con respecto a 2019, hasta los 4 millones de euros

La expansión de IBIL le ha llevado a gestionar hasta ahora más de un millón de recargas y entregar unos 10 GWh de energía para la movilidad a través de los más de 3.000 puntos que opera desde su centro de control, instalado en la Torre BEC en Barakaldo (Vizcaya), donde se encuentran también la sede de la organización y, en un búnker situado en el sótano, la plataforma de control.

El director general de IBIL, Aitor Arzuaga.
El director general de IBIL, Aitor Arzuaga.

Después de varios años en los que las cifras de negocio seguían en fase de arranque, la facturación de la compañía se duplicó en 2020 respecto a 2019, hasta situarse en unos cuatro millones de euros. “Este año esperamos multiplicar también por dos este último resultado”, augura Arzuaga.

Señal del incremento de la actividad de negocio que la empresa está registrando, la plantilla de IBIL, que en los últimos años se había mantenido de forma estable en alrededor de las 30 personas, cuenta ahora con 40 empleados, cuyas tareas, en tres cuartas partes de los casos, guardan relación con la tecnología, los sistemas de información y el despliegue de la red.

el centro de control de la empresa en Barakaldo (Vizcaya).
el centro de control de la empresa en Barakaldo (Vizcaya).

Desarrollo de sistemas más eficientes y sencillos

Parkings. IBIL, que destina alrededor del 10% de su facturación al I+D, ha participado en numerosos proyectos de este tipo. Entre ellos, su director general, Aitor Arzuaga, destaca el desarrollo, junto con la firma vasca ZIV, de una solución de recarga inteligente para parkings en edificios de viviendas o de residentes, que permite una gestión eficiente de la potencia disponible, de forma que se reduzcan los costes de operación y se optimicen las necesidades de infraestructura de acometida eléctrica.

Pago. Junto con el Banco Santander, la empresa ha desarrollado también un sistema de pago sin app, que utiliza mecanismos sencillos a los que suelen estar acostumbrados los usuarios, como la tarjeta de crédito o Bizum, y que se puede incorporar a puntos de recarga ya existentes sin necesidad de añadir hardware.

Simplicidad. De entre los proyectos de tecnología en los que se encuentra involucrado IBIL, desde la empresa destacan el Plug and Charge Europe, en el que participan 15 grandes actores del sector de automoción y movilidad en Europa, entre ellos, BMW, BP, EDF, Grupo Renault, Porsche, Shell, Total y Volkswagen. Su objetivo es que recargar sea tan sencillo como conectar la manguera al coche, sin más estorbos. Todo lo demás, es decir, la autenticación, la validación del contrato, la transferencia de energía o la facturación se procesará de forma transparente para el usuario. “Ello implica un gran desarrollo en infraestructuras de sistemas y seguridad, que debe ser reconocido como confiable por todos los agentes del mercado”, explica Arzuaga. Con la implementación de este nuevo sistema, la recarga de vehículo eléctrico será posible sin necesidad de tarjetas o aplicaciones específicas de cada operador, y de manera totalmente fiable.

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