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Bancos Centrales

Con la mirada puesta en la normalización de la política monetaria

Las perspectivas económicas son mucho más optimistas que hace alunos meses y toca que los bancos centrales vayan retirándose poco a poco

Algo más de un año ha pasado desde que los principales bancos centrales del mundo entraran con toda su artillería pesada al rescate de unas economías paralizadas por la pandemia del Covid. Ahora, tras varias fases de levantamiento y reimposición de restricciones, y con gran parte de la población occidental vacunada o en proceso de hacerlo, las perspectivas económicas son mucho más optimistas y les toca a los bancos centrales ir retirándose poco a poco.

 Así, hace unas semanas la Reserva Federal (Fed) estadounidense sorprendía al mercado con un mensaje mucho más restrictivo de lo esperado. Aunque no anunció cambios en su política monetaria, hubo importantes cambios en el diagrama de puntos (dot plot) donde se reflejan las expectativas de niveles de tipos de los miembros del Comité de Mercado Abierto (FOMC), responsable de la política monetaria de la institución, y que se publica trimestralmente. Ahora, la proyección mediana apunta a dos subidas de 25 puntos básicos en 2023, mientras que en marzo la proyección mediana era de tipos de interés sin cambios. Además, la Fed indicó que ya había comenzado a hablar sobre la retirada de estímulos, cuyo primer paso será la reducción de su programa de compra de activos, paso sobre el que esperamos más indicaciones en el simposio de Jackson Hole en agosto o ya en la reunión de la Fed en septiembre.

No obstante, estos comentarios, que se reflejaron con subidas de las partes cortas de la curva, al adelantarse en el tiempo las subidas de tipos proyectadas, permitieron una relajación de los tipos más a largo plazo, que se habían disparado por el temor a que la Fed estuviese siendo demasiado complaciente ante un repunte de la inflación. Repunte que por ahora parece ser debido a factores transitorios pero que, con un Gobierno que continúa echando leña a la caldera con políticas de estímulo fiscal, podría hacerse más persistente a medio plazo. Por ello, en los próximos meses, en los que el mercado irá calibrando el proceso de retirada de la Fed, esperamos que pueda haber cierta volatilidad en la deuda pública estadounidense.

Por su parte, en Europa, a pesar de un primer trimestre en el que la situación de la pandemia y las campañas de vacunación dejaban mucho que desear, el segundo trimestre ha venido con muy buenas noticias, tanto en el ámbito sanitario como en el macroeconómico y las perspectivas para lo que queda de año apuntan a una fuerte recuperación. No obstante, el Banco Central Europeo (BCE) no se la quiere jugar, y esperará antes de mover ficha, por lo que esperamos que su primer paso, posiblemente en septiembre, se limite a dar marcha atrás en la aceleración del programa de compra de activos que implementó en marzo, con el objetivo de contener el movimiento al alza que estaban registrando los tipos a largo plazo, en su determinación en no dejar que se endurezcan las condiciones de financiación.

El BCE no se la quiere jugar, y esperará antes de mover ficha, su primer paso, posiblemente en septiembre, se limite a dar marcha atrás en la aceleración del programa de compra de activos"

Por ello, esperamos un mercado de deuda pública europea muy soportado por el banco central en lo que queda de ejercicio. Igualmente, los programas de compra del banco central apoyarán la deuda corporativa grado de inversión, en la que a pesar de las valoraciones muy ajustadas vemos poco riesgo a la baja. No obstante, sí tenemos preferencia por los plazos cortos ya que consideramos que la duración no está bien pagada.

Finalmente, en cuanto a la deuda high yield, que no tiene el apoyo de los bancos centrales, creemos que hay que ser selectivos, a pesar de que parece que hemos superado ya el pico en las tasas de default. Por tanto, favorecemos la inversión en modelos de negocio resilientes ante el ciclo y con fortalezas competitivas que les permitan enfrentarse a los cambios económicos. Igualmente, favorecemos especialmente entrar en esta categoría mediante subordinación, esto es deuda subordinada high yield de emisores grado de inversión. Dentro del sector bancario vemos oportunidad en los bonos legacy, bonos que por cambios en la regulación van dejando de computarse como capital bancario y por tanto van siendo recomprados por sus emisores.

Esperemos que la variante Delta del virus y el actual repunte de los contagios que estamos presenciando en los últimos días no retrasen más la tan ansiada salida de esta crisis.

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