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Un fondo de EE UU podría ser la salvación de los All Blacks

La selección nacional de rugby de Nueva Zelanda ha perdido un 60% de sus ingresos debido a la pandemia

La Selección de Rugby de Nueva Zelanda.
La Selección de Rugby de Nueva Zelanda.AFP

La crisis económica derivada del Covid está causando estragos en todo el planeta y en todos los sectores. El deporte no se queda atrás, con las pérdidas causadas por la falta de público en sus estadios, y, al igual,que la ya fracasada Superliga proponía un fondo para paliar los efectos de la pandemia en el futbol europeo, en Nueva Zelanda buscan ayudas para su deporte estrella.

La Federación de Rugby de Nueva Zelanda (NZR) ha dado un paso más en la venta de una participación del 12,5% de los All Blacks al fondo de capital riesgo estadounidense Silver Lake por 387,5 millones de dólares neozelandeses (230 millones de euros). Esto supone que la operación valoraria los derechos comerciales de la Selección Nacional de Rugby del país en 2.230 millones de dólares (1.330 millones de euros): una oportunidad para "transformar" el rugby y una inyección de dinero "inesperada para el deporte neozelandés", subraya Brent Impey, presidente de la NZR.

Sin embargo, no todos ven la operación con tan buenos ojos. Aunque ha sido aprobada de forma unánime por las 26 federaciones provinciales, los aficionados y los propios jugadores miran con recelo que su gran tesoro -o una parte de él- pase a manos extranjeras.

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El pasado mes de enero, la NZRPA (el sindicato de jugadores), con el apoyo de Sam Cane, capitán de los All Blacks, manifestó a la federación su intención de bloquear la venta por la pérdida de control que conllevaría así como el riesgo de "apropiación cultural indebida" que supondría. Y es que el equipo es también conocido a nivel internacional por la danza o haka que realizan al comienzo de los encuentros.

Frente a estos temores, el director ejecutivo de la selección pone sobre la mesa el golpe económico que la pandemia ha supuesto: alrededor de un 60% de sus ingresos y unas pérdidas operativas de 18,7 millones de dólares neozelandeses (11 millones de euros). "Estamos convencidos de que esto -la operación- puede beneficiarnos", asegura.

Por el momento, la negociación entre el sindicato y federación han sido paralizadas, pero ambas partes saben que la única solución pasa por un acuerdo. El Gobierno ha decidido mantenerse al margen y dejar en manos del sindicato y el equipo la decisión. "Hemos animado a que se tengan en cuenta las conversaciones de los jugadores y la federación, así como el interés de las federaciones provinciales", ha apuntado la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern.

Para Silver Lake, esta adquisición no sería la primera en el mundo del deporte. Aunque el fondo invierte principalmente en tecnológicas, en 2019, compró por 500 millones de dólares -400 millones de euros- un 10% del City Football Group, dueño, entre otros equipos, del Manchester City.

La operación llega una semana después de que 12 de los clubes de fútbol más poderosos de Europa, entre ellos el Manchester y tres equipos españoles, intentaran iniciar su propia competición continental. Una iniciativa que prácticamente horas después de darse a conocer públicamente quedó descartada tras las críticas de aficionados así como de la UEFA y la FIFA, que llevaron a que los equipos fundadores abandonaran la iniciativa.

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