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Infraestructuras

El largo camino de ACS para crear la mayor plataforma global de autopistas

ACS ya intentó con La Caixa en 2006 la integración de Abertis y Atlantia. Si triunfa la oferta por ASPI, el grupo de Pérez tendrá 12.700 kilómetros

Tramo de la autopista italiana A1, entre las ciudades de Milán y Nápoles, operada por Austostrade per l’Italia.
Tramo de la autopista italiana A1, entre las ciudades de Milán y Nápoles, operada por Austostrade per l’Italia.
Javier Fernández Magariño

Florentino Pérez busca simplificar la estructura de ACS, focalizarla en autopistas y renovables, y asegurar la entrada recurrente de dividendos. Y para ello, pocos negocios se han mostrado más seguros a largo plazo que el del peaje. La millonaria oferta por la italiana ASPI, de 10.000 millones, no hace más que confirmar la apuesta por un sector en el que ACS tiene ya la mitad del capital de Abertis y desarrollos propios a través de la filial Iridium. Año tras año, el grupo madrileño no ha dejado de liderar el ranking mundial de inversión en concesiones. Y va a mucho más. Si falla la vía italiana, el presidente Pérez asegura tener otras opciones.

Recién logrado el acuerdo de venta del área de Servicios Industriales a Vinci, por casi 5.000 millones en metálico y la opción de cobrar otros 600 millones, el ejecutivo salió el martes ante analistas e inversores para reiterar su intención de crear dos grandes plataformas de crecimiento: una en renovables con la propia Vinci, y una segunda en autopistas. Siempre promotor de descomunales proyectos, el presidente de ACS se refirió ese día al plan de intregrar en su empresa el mayor conglomerado de gestión de autopistas del mundo.

Un sueño largamente perseguido y que ya intentó hacer realidad en 2006, cuando ACS compartía Abertis con La Caixa. Florentino Pérez e Isidro Fainé, movieron a la concesionaria catalana a intentar la jugada de absorber Atlantia y, posteriormente, la portuguesa Brisa. Una jugada que frenaron en seco el Gobierno italiano y la negativa a vender por parte de la familia De Mello. Pero Abertis tuvo serias opciones y lo intentó durante años entrelanzando participaciones con ambas.

ACS abandonó la catalana en 2012 y fijó el objetivo en los negocios de energía, volviendo a la misma Abertis en 2018 en el marco de la opa lanzada por Atlantia. Tras casi un año de competencia, ambas compartieron una oferta final de 18.200 millones de euros por la mayor concesionaria del mundo por kilómetros en operación.

La relación en Abertis no es sencilla. Atlantia es una concesionaria pura y ACS no ha cejado en su intención de dirigir a Abertis hacia proyectos que incluyan construcción. Pero Pérez y los Benetton se juraron fidelidad y el pacto goza de salud, como muestra el desembarco de Abertis en México, con la toma de Red de Carreteras de Occidente, y en en EE UU con la adquisición de Elizabeth River Crossing.

El trágico punto de inflexión

La profunda crisis en que entró Atlantia en agosto de 2018, con el hundimiento del viaducto Morandi en Génova y posteriores informes que ponían en entredicho el mantenimiento de sus infraestructuras en Italia, hizo que la fuerza de Atlantia frente a ACS se desequilibrara a favor de la segunda. Se pasa del asalto de Atlantia sobre Abertis, a la ofensiva de ACS por una parte significativa de Atlantia. Todo mientras las dos conviven en el capital de Abertis y de Hochtief.

Los 3.000 kilómetros de autopistas de la filial Austostrade per l’Italia corrían serio riesgo de revertir a manos públicas y Atlantia aceptó impulsar un plan de desinversión como castigo menor. El único ofertante hasta el momento, CDP junto a Blackstone y Macquarie, ha valorado ASPI en 9.000 millones. ACS puja con 10.000 y abre la mano a las tres entidades para compartir la macroinversión. Como mínimo, habrá puesto la operación en ebullición.

De cristalizar el interés español por los peajes italianos, ACS tendrá 12.700 kilómetros: los 3.000 de ASPI; un 100% de Iridium, con 1.100 kilómetros y casi 15.000 millones de invesión agregada en carreteras, y el 50% de Abertis, con 8.600 kilómetros en 16 países.

Pérez alumbró Abertis en 2003 con la aportación de Aurea, mientras La Caixa ponía Acesa. Hoy su sueño vuela mucho más alto. “Es lo que sabemos hacer y lo que vamos a seguir haciendo”, suele decir el también presidente del Real Madrid refiriéndose a las concesiones.

Cifras para la historia

La semilla de ACS en el negocio del peaje. Abertis se estrenó en 2003, con la integración de Aurea y Acesa, con un valor de 5.300 millones y unos ingresos de 1.100 millones. En 2018 triunfó una opa por la catalana de 18.200 millones. Aurea había sido creada por Dragados con la integración de Valora 2000 y Aumar. La entrada de Dragados en el perímetro de ACS impulsó a esta última en el tablero de juego concesional.

Visión europea. Abertis intentó fusionarse con Austostrade (hoy Atlantia) en 2006. La compañía iba a tener sede en Barcelona y un valor en bolsa de 25.000 millones de euros. Su red sería de 6.713 kilómetros en 16 países. Tras la fusión, los principales accionistas de la nueva Abertis iban a ser ACS y La Caixa, cada una de ellas con más del 13% del capital, y la familia Benetton a través de Schemaventotto, que se quedaba con el 25%.

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Sobre la firma

Javier Fernández Magariño
Es redactor de infraestructuras, construcción y transportes en Cinco Días, donde escribe desde junio de 2000. Ha pasado por las secciones de Especiales, Cinco Sentidos, 5D y Compañías siguiendo la información de diversos sectores empresariales. Antes fue locutor de informativos en la Cadena Cope, además de colaborar en distintos medios de Madrid.

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