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Antonio Garamendi, presidente de la patronal CEOE

Garamendi: “Relajar las reglas fiscales no significa barra libre, porque podemos tener un agujero de 70.000 millones en 2023”

Advierte que las reformas que defienden una parte del Gobierno "no van en la dirección que marca Europa" y pide que empresas y mutuas puedan vacunar a los trabajadores

Antonio Garamendi, presidente de la CEOE durante un momento de la entrevista con Cinco Días.
Antonio Garamendi, presidente de la CEOE durante un momento de la entrevista con Cinco Días.Pablo Monge

Las empresas y sus trabajadores están siendo las grandes paganas de la crisis económica derivada de la pandemia de Covid-19. El máximo líder patronal del país, el presidente de CEOE, Antonio Garamendi (Getxo, Bizkaia, 1958), es muy consciente de ello y por eso centra todos sus esfuerzos en conseguir todas las ayudas posibles para mantener la actividad y el empleo. Pero cree que si se de marcha atrás en las reformas, las ayudas no servirán de nada. Además lanza una advertencia al Gobierno: la relajación de la regla de gasto es para costes extras no estructurales o a partir de 2023 llegarán los recortes.

R.  ¿Qué escenarios de comportamiento de la economía baraja?
R. Al principio de la crisis sanitaria todas las empresas tuvieron un problema de liquidez y eso se resolvió con los ERTE y los créditos ICO. Pero tras esos primeros tres meses con problemas de liquidez, pasamos a un problema de solvencia. Sobre todo en algunos sectores especialmente castigados. El efecto en el turismo es dramático. En los hoteles, los bares, las lavanderías industriales, el ocio nocturno o el transporte están el 70% de los ERTE. Esos sectores han pasado de tener un problema de liquidez, de pedir “préstame el dinero y te lo devuelvo en tres meses”, a “no me prestes nada porque no te lo puedo devolver”. Por eso nosotros pedimos ahora ayudas directas, especialmente a estos sectores. Habrá que ver cómo se otorgan y a qué actividades se dan, pero es la solución.
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R. Y, más allá de estas ayudas directas ¿Qué pueden hacer las empresas?
R. Ahora todo depende de dos conceptos claves. Uno es la prevención y la responsabilidad de cada uno de nosotros para cuidarnos. En eso los empresarios y los trabajadores hemos demostrado que no nos gana nadie, la enfermedad no viene de las empresas. Y la segunda clave son las vacunas, y es donde insistimos en que las empresas podemos y queremos colaborar porque tenemos una logística mucho más rápida que la Administración. Miles de empresas tienen servicios médicos. Y en los más de mil centros de mutuas colaboradoras de la Seguridad Social en toda España se podría vacunar a los trabajadores de las pymes. Los centros móviles podrían ir a ciertos polígonos más alejados.
R. Entonces, ¿sólo la mejora de la crisis sanitaria devolverá todo el vigor a la economía?
R. Sí, pero es verdad que tenemos algún riesgo y es que alguno se confunda y nos genere una crisis financiera y entonces si que tendremos un problema. Por tanto, hay que tener una ortodoxia muy importante, que no tiene que evitar ayudar ahora lo que se tenga que ayudar. Pero el hecho de que Europa haya anunciado que va a haber una relajación del gasto hasta el año 2023, no significa que aquí haya barra libre, ya que eso nos llevaría a un problema gordísimo. Podemos encontrarnos en 2023 con un agujero de 70.000 millones de euros y entonces veremos si hay recortes.
R. Podría ser que la bula de la UE para relajar la regla de gasto lleve a un problema financiero...
R. De lo que estamos avisando es de que lo que dice Europa es que esta relajación es para gastos extraordinarios, no para ordinarios. Es para ayudas a empresas y a su empleo. Pero no para subir el sueldo de los funcionarios el 0,9% con una inflación negativa en del 0,9% como se ha hecho, porque no tienen ERTE. Y lo digo reconociendo el trabajo de muchos. En la misma línea, igual habría sido más comprensible que este año solo se hubieran subido algo las pensiones más bajas.
R. ¿Teme que no se haga ni un solo intento de reconducir las cuentas y luego vengan los recortes?
R. El único sistema para que un país pague más impuestos es que haya más empleo. Y la segunda fórmula es que haya menos economía sumergida. Porque la diferencia es que en el resto de europa hay una economía sumergida del 13% y en España del 24%, casi el doble. Eso es de mirárselo, porque es una brecha de 70.000 millones.
R. ¿Saben ya cómo se van a repartir los 11.000 millones de ayudas que podría aprobar mañana el Consejo de Ministros?
R. No sabemos. Hay comunidades que están ayudando. Destinar una parte a la recapitalización nos parece bien, pero hay que tener cuidado en no dejarlo solo en eso. Porque voy a poner tres ejemplos: la empresa A pide un crédito del ICO y se lo perdonamos; la empresa B tiene un crédito de 15 días antes de la pandemia, no es del ICO y no se lo perdonamos; y la empresa C soporta la crisis con su músculo y se come las reservas. Las tres pierden 100.000 euros ¿y solo se ayuda a la empresa A?. Me parece muy injusto, sería competencia desleal. Las ayudas directas tienen que ser directas. Una fórmula, como creo que ha sido en Alemania, es pagarte una cantidad en función de lo que se ha facturado el año anterior, con datos de Hacienda. Así que lo que nos tendrán que dar es un porcentaje de lo que hubiéramos facturado el año antes. Eso es un criterio objetivo y de economía transparente.
R. El esquema que podría aprobar mañana el Ejecutivo quizás no incluya ayudas directas...
R. No lo sé, pero yo lo voy a pedir. Seguiremos reclamándolas porque es lo que tenemos que pedir y lo haremos. Luego la responsabilidad es del Gobierno no es mía.
R. Y la banca ¿se puede permitir quitas?
R. No, porque quiebra. Además, si te hacen una quita, la banca tiene la obligación de cerrarte todas las líneas restantes de financiación: se acabó el renting, el circulante…porque es obligatorio. Así que cuidado con las quitas.
R. En materia laboral parece que el Gobierno ya habría casi cerrado con Bruselas los cambios para cumplir los objetivos a los que se comprometió: endurecer la contratación temporal y crear un fondo para ERTE ¿Qué se ha hablado de eso?
R. No es algo que esté encima de la mesa… Si han llegado a un acuerdo, ya me lo comunicarán, pero entonces no hablemos de diálogo social. Tenemos que buscar fórmulas para que la dualidad del mercado laboral no se dé y seguro que con los sindicatos terminaremos llegando a acuerdos. Pero esto no tiene absolutamente nada que ver con la contrarreforma laboral. De lo comprometido con Bruselas, que son solo enunciados, no se está viendo nada aún.
R. Pero se tendrán que dar prisa en cerrar lo comprometido con la Comisión para poder recibir sus fondos porque ¿esas ayudas están o no condicionadas a las reformas que pide Bruselas?
R. Claro que están condicionadas. Lo que ocurre es que hay negacionistas de la enfermedad, pero también hay negacionistas de que exista condicionalidad por parte de Bruselas para que nos llegue el Plan Marshall 2. Si lo hacemos bien puede ser espectacular para España, pero que todo el mundo sea consciente de que viene como consecuencia de una condicionalidad. Si no se hacen las reformas que se tienen que hacer o se hacen mal, todo el dinero que venga igual sirve para poco. Lo que es verdad es que Bruselas las está exigiendo. Y hay otra cosa, que cualquier medida que tomes mal, no la vas a notar en el momento, porque nos guste o no, la economía Española está dopada. Porque el 50% de deuda española la está comprando el BCE y por eso los fondos están confiados. Pero la confianza no se mide por la deuda en una economía dopada por el BCE, sino por la inversión en sus empresas. Y ¿quien está pagando la no confianza en España cuando es hacen mal las cosas? Pues las empresas españolas porque necesitamos una nueva economía para que los fondos inviertan en nuestras empresas. No deben confiar en nosotros solo por la deuda, porque el país son las empresas que pagan los impuestos que son los que al final van a terminar pagando la deuda. Y luego confiemos en que los tipos de interés sigan estando como están. Por todo esto digo que junto con los fondos son claves las reformas y la condicionalidad de lo que está mandando Europa para que afrontemos problemas estructurales que tenemos y que no estábamos haciendo.
R. ¿Qué tres o cuatro reformas estructurales son imprescindibles?
R. Reformar no es cargárselo todo. Por ejemplo, con la reforma laboral, pues si funciona bien, déjala. También hay que dejar como está la reforma financiera o seguir la misma línea con las cuentas públicas. Y no digo que no haya que hablar de la dualidad, pero igual si hablas de la subcontratación pues te cargas la economía. Porque la economía moderna es de externalización, de actividad empresarial en cascada. También hay que estudiar las pensiones, pero no a costa de destoparlas, sino creando más empleo. En cuestión de reformas, hay que ser conscientes de que la condicionalidad que marca Europa tiene poco que ver con las propuestas de alguna parte del Gobierno. Las reformas que defiende esa parte del Gobierno no van en la dirección que marca Europa. Y solo hablo de una parte del Gobierno.
R. ¿Pero esa parte es la que manda o impone su criterio? ¿O diría que la parte del Gobierno que sí propondría esas reformas en línea con Bruselas está apocada?
R. No lo sé, cuando llegue el momento lo sabremos. Me gustaría quedarme con los resultados cuando vayan saliendo. Mi obligación es ser prudente y trabajar en las mesas sin cámaras y sin fotos para que puedan salir las cosas adecuadamente.

 

Natugy y el respeto a la propiedad privada

 

Naturgy. El Gobierno tiene que pronunciarse sobre la OPA de IFM sobre Naturgy. En este asunto Antonio Garamendi cree el Gobierno “debería pensar en poner la economía en alza para que las acciones de Naturgy valgan el doble, que es lo que está pasando en otros países como en Alemania, que se están capitalizando las empresas, y a mí no me gustaría ver la compra de empresas españolas porque tengan unos precios que estén por debajo de su valor real, que es lo que se está viendo. Ahora, decir que no (a la OPA) cuando el mercado es global es muy complicado en una economía de libre mercado y globalización”.

 

 

Daño a España. En este escenario añade que “cuestiones como las expropiaciones de vivienda en Palma de Mallorca hacen un daño terrible a España. Como empecemos a también a atacar la propiedad privada...”. Así retoma la OPA sobre Natugy para considerar que “empezar a poner vetos no sería bueno. Independientemente de la opinión sobre esa operación concreta, como filosofía no sería bueno”. A esto recuerda que hay normas que se han aprobado por el Estado de alarma, “pero eso termina” y añade: “No puedes usar esa excepcionalidad para meterse en todo, porque al final estás colisionando otros derechos que son fundamentales”.

 

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