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Elecciones 14-F

Dos posibles coaliciones que podrían formar gobierno en Cataluña y un pacto imposible

El pacto independentista o bien el acuerdo de izquierdas son las dos únicas opciones viables

Miembros de las mesas protegidos con Equipos de Protección Individual (EPI) a la llegada de uno de los electores contagiados
Miembros de las mesas protegidos con Equipos de Protección Individual (EPI) a la llegada de uno de los electores contagiadosDavid Zorrakino - Europa Press (Europa Press)

Los resultados de las elecciones de Cataluña del 14 de febrero de 2021 han dejado un escenario abierto para la formación de gobierno, en el que ERC, segundo partido en votos pero empatado con el PSC en escaños, tiene todas las bazas. Además de los 33 escaños, su posición en el tablero político hace que el camino de la investidura pase, casi necesariamente, por los republicanos. Así, aunque las fuerzas independentistas sumen la mayoría absoluta necesaria para formar gobierno, el crecimiento del PSC (con su mayor capacidad para alcanzar pactos transversales que Ciudadanos), el giro a la izquierda del electorado y las tensiones entre ERC y Junts pueden dar opción a alguna alternativa. El papel decisivo será de ERC.

Opción 1: el bloque independentista se pone de acuerdo

Los partidos independentistas suman 74 escaños, cuatro más que en 2017, que dan mayoría absoluta y les permitiría mantenerse en el Gobierno... si llegan a un acuerdo. Los 33 de ERC más los 32 de Junts suman 65, pero necesitan a la CUP  para superar la barrera de los 68. En total, sumarían 74 escaños. Eso sí, la presidencia pasaría a manos de los republicanos, concretamente a Pere Aragonès, líder de ERC.

Aunque en principio este acuerdo es el que tiene mayores opciones de salir adelante, las tensiones entre los principales socios del Govern pueden dar al traste con la formación de Gobierno independentista. Y quedan por ver las exigencias de los anticapitalistas sobre el proceso independentistas, habitualmente muy ambiciosas.

Ya en legislaturas anteriores el Govern ha estado en manos de las asambleas de la CUP (que votan las decisiones de alcance) que, de hecho, hizo presidente a Puigdemont tras vetar a Artur Mas. A diferencia de entonces, con los datos actuales, basta la abstención de la CUP: si los nueve diputados no votan, la suma de ERC y Junts alcanza los 65 escaños, por los 61 del resto de partidos.

Opción 2: un pacto de "izquierdas" entre PSC y ERC, más los Comunes

La opción más verosímil para hacer presidente a Salvador Illa sería el pacto de izquierdas, una reedición del tripartito que presidió en su día José Montilla sumando PSC, ERC y los comunes. Esta combinación sería, también, reflejo del apoyo de ERC a los presupuestos del Gobierno de PSOE y Podemos, y sumaría los escaños de PSC (33), más los de ERC (33) y los votos a favor de los de Podem (8) para alcanzar una cómoda mayoría de 74 escaños.

No obstante, poco antes de las elecciones, Catalans per la indepèndencia, una organización promovida por exdirigentes de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), logró que todos los partidos independentistas, incluidos Esquerra Republicana, Junts per Catalunya, la CUP y el PDeCAT, se comprometieran por escrito a no pactar con los socialistas la formación de Govern. Si bien los independentistas han acordado no negociar con el PSC, los comunes siguen apostando por un "gobierno de izquierdas", la fórmula que a su entender lograría la mayoría más amplia en el Parlament. La posibilidad de ERC de formar un gobierno alternativo y el hecho de que haya superado a JuntsperCat en escaños  complica, más allá de las posiciones políticas sobre la independencia, esta alternativa. 

Opción 3: pacto "amplio", independentistas y comunes

Los líderes de ERC se refireron anoche en repetidas ocasiones a la mayoría social de izquierdas en Catalunya y a la formación de consensos, en una clara apelación a sus dos formaciones más a la izquierda: la CUP y Podemos. Con la autodeterminación y la amnistía como ejes centrales de la oferta, tanto Junqueras como Aragonès hicieron claros guiños a estas formaciones. No obstante, en caso de recabar el apoyo de los comunes y de la CUP, ERC solo requeriría de la luz verde o de la abstención de Junts, pues el voto en contra impediría la suma aunque el PSC se abstenga.

Opción 4: pacto de partidos no independentistas (aunque no sumaría)

El voto conjunto de los partidos no independentistas no sería suficiente para gobernar, aun en el extraño caso de que las mismas formaciones que chocan a diario en Madrid lleguen a un acuerdo en Barcelona. Además, Illa ha dejado claro durante la campaña que está dispuesto a negociar con todos los partidos excepto con Vox. La ausencia del partido de ultraderecha del tablero deja esta opción fuera de las posibilidades, ya que PSC (33), más los diputados de Podem (8), Ciudadanos (6) y PP (3) se quedan muy por debajo de los 68.

Opción 5: el (difícil) juego de las abstenciones

La aritmética y la compleja situación del tablero político no han dejado mucho margen a soluciones intermedias, en las que la abstención de uno o varios partidos puede abrir la puerta a la formación de gobiernos sin necesidad de apoyo explícito. La opción más plausible es el apoyo tácito de la CUP al acuerdo de ERC y Junts. En todo caso, cualquier fórmula pasa por ERC. incluso aunque los de Junqueras validaran un eventual pacto de PSC y En Comú, esta opción solo se salvaría del bloqueo con la entrada en el acuerdo con pactos de imposible digestión: o la CUP o PP y Ciudadanos.

La abstención del PSC tampoco sería suficiente para garantizar un gobierno de ERC que libere a los de Junqueras del condicionante de Puigdemont: ERC, los comunes y la CUP sumarían 50 escaños, bloqueados por Junts, Vox, C's y PP (52). En caso de pacto de ERC y Junts, bastaría también la abstención de En Comú para sumar mayoría, incluso si las bases de la CUP señalan el voto en contra. Un pacto de ERC con CUP y los comunes (50 escaños) para gobernar en minoría estaría, por el contrario, sujeto a la abstención tanto de Junts como del PSC, ambos con capacidad de bloqueo.

Opción 6: repetición electoral

Si el candidato a la investidura no logra recabar apoyos y ser elegido, se activaría un plazo de dos meses, a contar desde la primera votación fallida, lo que podría llevar a la repetición de las elecciones, que se celebrarían aproximadamente a mediados de julio.

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