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Oportunidad para las empresas en tiempos de crisis

Desde el área de mercantil de los despachos, podemos observar cómo la actual coyuntura económica ha afectado muy desigualmente al mundo del emprendimiento y de las start-up

Como todos sabemos, el pasado ejercicio 2020 ha sido muy complicado desde todo punto de vista. Dejando a un lado la crisis sanitaria y la trágica pérdida de muchísimas vidas humanas, el mundo empresarial, tanto en su faceta productiva como de servicios, ha sido el gran afectado por el inédito escenario en el que estamos inmersos.

Esta situación de crisis ha tenido -y tiene- sus excepciones. Desde el área Mercantil de los despachos de abogados, podemos observar en primera línea cómo la actual coyuntura económica ha afectado muy desigualmente al mundo del emprendimiento y de las start-up.

El aforismo “toda crisis es una oportunidad” se hace más real que nunca en las actuales circunstancias. Si bien la situación es ya dramática para miles de empresas y trabajadores, estamos presenciando también un notable surgimiento de nuevos proyectos e iniciativas, gracias a fondos de venture capital o venture builders que continúan apoyando rondas de inversión en nichos y sectores de su interés.

A lo largo de estos meses, se han seguido financiando empresas aun cuando han sufrido un parón casi total, viéndose obligadas a reducir su nivel de actividad y plantilla. Debido a su potencial, se intenta que lleguen en buenas condiciones al momento, todavía lejano, en que se recupere la actividad económica del país. Hay que reconocer también que se está aprovechando el contexto actual para invertir en condiciones muy favorables, al poder presionar a la baja sobre las valoraciones de las empresas.

Frente a compañías a las que la incertidumbre económica les ha supuesto aplazar sus planes de lanzamiento, no conseguir financiación suficiente, posponer la ejecución de sus planes de negocio, o incluso el inicio de procesos concursales o directamente de disolución y liquidación voluntaria, se encuentran muchas otras a las que la actual crisis ha supuesto tierra abonada para su propia expansión, al descubrir nuevos nichos de mercado a los que dirigir su actividad. En otros casos, esta crisis también ha supuesto para muchos un cambio de rumbo empresarial, adaptando sus planes de negocio al nuevo escenario, acelerando el proceso de digitalización de su actividad, o mismo incrementando exponencialmente su cartera de clientes.

Asimismo, la cruz del cierre de miles de sucursales bancarias ha tenido la cara de un importante impulso de empresas del sector fintech, ya sea dedicadas a la gestión o asesoramiento de carteras, como las roboadvisors, o a la externalización de servicios a través de starts-up, hasta hace poco, un rubro tradicional y exclusivamente bancario.

Si las insurtech ya estaban pisando fuerte, ya no hay duda de que a medio plazo veremos operaciones corporativas de las grandes aseguradoras invirtiendo en este tipo de empresas, que tienen como campo de actividad la comercialización de pólizas de seguro mediante vías alternativas a las tradicionales, la externalización y automatización de procedimientos internos, o el desarrollo de plataformas de gestión de sus redes de profesionales.

Por otro lado, las e-health han prestado un servicio encomiable en los momentos más duros de la pandemia, y están teniendo un rápido crecimiento y penetración en un mercado en el que les estaba costando crecer.

Cabe destacar también el gran número de iniciativas empresariales relativas a la energía verde que están surgiendo en los viveros de empresas españolas, algunas de ellas, muy prometedoras.

También el sector de la hostelería en todos los niveles, y en concreto el de los grandes chefs, que tan duramente está siendo golpeado, ha encontrado una oportunidad de mercado, aunque sea por pura razón de supervivencia. Me refiero al ‘delivery’, algo hasta hace poco reservado exclusivamente para la fast food, que sin duda permanecerá una vez superada la actual situación.

Empresas y plataformas de logística, especialmente las de última milla, están haciendo su particular agosto durante el último año, a pesar de las difíciles circunstancias en las que realizan su labor, debido al incremento del e-commerce. Dentro de este nicho podemos destacar la creación, por parte de pequeños empresarios, de plataformas de venta online de productos locales de todo tipo. Estos comerciantes, hasta hace poco tiempo no se habían planteado su incursión en este terreno, conformándose con un mercado exclusivamente local.

Una razón de la coyuntura favorable para el emprendimiento la encontramos en la inyección de fondos europeos, vehiculizados tanto como préstamos o como financiación no reembolsable, que se esperan para el segundo semestre de 2021. Estos fondos, están diseñados para apoyar especialmente la digitalización de la actividad empresarial, área donde las start-up se mueven cómodamente cualquiera sea su nicho de actividad.

Bien aprovechados, y sin negar la dura crisis sanitaria, económica y social que ya padecemos, estos fondos podrán suponer un importantísimo espaldarazo al emprendimiento español, al que tenemos que ver con optimismo y como una gran oportunidad de desarrollo para el país.

Pablo Santaella es abogado of counsel de López-Ibor Abogados.

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