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Benito Berceruelo: “España debe tender a la armonización fiscal con Europa”

El CEO de Estudio de Comunicación cree que el recorte a la exención de dividendos y el impuesto a las transacciones financieras disminuyen el apetito por la Bolsa

Benito Berceruelo, CEO de Estudio de Comunicación.
Benito Berceruelo, CEO de Estudio de Comunicación.Juan Lázaro

El consejero delegado de Estudio de Comunicación, organizadora del Spain Investors Day por undécima vez consecutiva, adelanta las claves de una edición que estará marcada, indudablemente, por el Covid. Este foro se celebrará el 13 y 14 de enero y se presenta como una oportunidad, más que nunca, para atraer al inversor internacional y dar optimismo a la economía española.

R. ¿Cómo se presenta esta edición?
R. El Covid va a hacer que este año tengamos una edición muy distinta, con una vertiente muy importante online. Creemos en la vertiente positiva de esta oportunidad porque va a facilitar a los inversores extranjeros entrevistarse con las compañías desde sus propios países. Muestra de ello son las 950 entrevistas que tenemos ya cerradas, frente a las 700 de 2020, y las 46 empresas confirmadas, frente a las 40 de la pasada edición. Además, contaremos con una presencia institucional fuertísima, con el respaldo pleno del Gobierno y la presencia de todos sus ministerios económicos, que explicarán nuestra realidad con transparencia. También contaremos con el gobernador del Banco de España [Pablo Hernández de Cos], el presidente de la CNMV [Rodrigo Buenaventura] y el alcalde de Madrid [José Luis Martínez-Almeida] en un acto presencial reducido que se transmitirá online.
R. ¿Qué paralelismos existen entre la primera edición del foro y esta?
R. Aunque por razones muy distintas, la edición de 2008 y esta tienen muchos paralelismos. De nuevo, estamos en un momento comprometido para España y para la economía española, en el que tenemos que volver a demostrar nuestra capacidad de recuperación. Aquella primera edición sirvió para inyectar optimismo a los mercados y para explicar la realidad de nuestras compañías y esperamos que vuelva a ser así. Sin embargo, nuestras empresas han evolucionado muchísimo en estos 11 años y simbolizan uno de los grandes cambios de la economía española.
Cualquier medida fiscal discriminatoria no es buena para mejorar el atractivo de la economía y de las empresas
R. ¿Cómo ha sido su evolución?
R. Destacaría, en primer lugar, la internacionalización. En el primer trimestre de 2020, el 67,62% de la facturación de las empresas del Ibex 35 procedía de sus actividades internacionales, frente al 63,79% de 2015. En segundo lugar, su solidez, con instrumentos más internacionales y estables. A pesar de la dureza de la crisis económica, las empresas que cotizan hoy en España tienen un valor de 650.000 millones de euros, que son 150.000 millones más que cuando se terminó 2008. Además, ha conservado su rentabilidad mensual por dividendo, con un 4%.
R. ¿Y la de nuestra economía?
R. La economía española tiene unas bases más sólidas. Menos apalancamiento de las familias y empresas, menos coste de la deuda, un sector financiero en plena concentración que es más eficiente y más solvente que en 2008. Hemos mejorado la productividad, con sectores más competitivos como el de utilities, el farmacéutico, el biotecnológico, incluso el financiero, tras los cambios. Nuestra economía ha protagonizado una apertura económica con un nivel de exportaciones que cubren el 93% de las importaciones. Nuestra balanza corriente ya lleva siete años de superávit, frente a la balanza deficitaria de 2008.
R. ¿Cómo ha influido el Covid al interés del inversor internacional?
R. El Covid, en realidad, ha afectado poco a España como destino internacional. No ha habido una salida de capitales porque la economía española está presente de manera consolidada en los grandes inversores internacionales. En este momento representan el 50%, mientras que a nivel de negociación superan el 75%. Además, nuestros mercados han funcionado bien todos los días, al igual que nuestro regulador, la CNMV.
La primera edición de Spain Investors Day sirvió para inyectar optimismo al mercado y esperamos que vuelva a ser así
R. ¿Cuál es la previsión para 2021?
R. Es complicado realizar previsiones porque no sabemos todavía cómo puede seguir afectando la pandemia. La buena noticia es que nuestra situación económica es mejor que en la crisis anterior y que tenemos compañías más fuertes, con líderes mundiales en utilities e infraestructuras. Iberdrola ha sido una de las empresas con mayor rentabilidad del mundo. Además, en el momento en el que el turismo nos dé un respiro, nuestro potencial será mayor, con grandes referentes como IAG, Meliá o Amadeus. No podemos ser optimistas, pero tampoco pesimistas.
R. ¿Qué fortalezas y debilidades ­tienen nuestras empresas?
R. El proyecto, el modelo de negocio, una buena gestión, solvencia y la rentabilidad son nuestras fortalezas. Y el tamaño es nuestra debilidad. El reto es que nuestras empresas ganen tamaño para contar más en el panorama internacional.
R. A nivel país, ¿qué podemos hacer para potenciar su atractivo?
R. Al inversor le atraen los entornos políticos y económicos atractivos y para eso necesitamos estabilidad jurídica, administrativa y económica. España no tiene todavía el interés internacional de otros países de nuestro entorno, como Francia o Italia. Medidas como el recorte a la exención por dividendos, beneficios o plusvalías obtenidos por filiales en el exterior no animan a la inversión. Era una de las cosas que más valoraban y eliminarlo es un ejemplo del camino que no debemos seguir. No se trata de parecernos a Alemania, sino a países de nuestro entorno, como Portugal; y, sobre todo, no hacer inventos unilaterales sino de tender a la armonización fiscal con Europa.
R. ¿En qué deberíamos parecernos a Portugal?
R. Dos Gobiernos con una misma ideología, España y Portugal, siguen caminos muy distintos. Portugal ha impulsado medidas fiscales para favorecer la entrada de capitales internacionales, para que los expatriados tengan una fiscalidad atractiva y busquen vivir allí e invertir allí. Básicamente, Portugal baja impuestos para hacer más atractiva su economía y España, todo lo contrario. Cuando intentamos competir para atraer a las compañías que salían del Reino Unido por el Brexit, no tomamos medidas que igualaran el tema fiscal con el Reino Unido, Irlanda o Portugal y, por lo tanto, no logramos atraer a muchas empresas. En ese momento no fuimos capaces de presentar una alternativa fiscal competitiva y ahora, en lugar de mejorar, parece que hemos empeorado.
R. ¿Por qué hemos empeorado?
R. Cualquier medida fiscal compleja que sea difícil de aplicar o que sea discriminatoria no es buena para mejorar el atractivo de la economía española. Favorecer esquemas impositivos unilaterales como el impuesto de transacciones financieras no mejora el atractivo ni la competitividad de nuestras empresas. Me gustaría recordar a las autoridades, tanto fiscales como económicas, la enorme dependencia que tiene España de los inversores internacionales. El camino para España es la armonización con Europa. No podemos diferenciarnos de los países de nuestro entorno negativamente. Y repito, no hablamos de ideología.

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