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El camino hacia la transición ecológica ya no tiene vuelta atrás

Entrecanales dice que el modelo económico actual es insostenible La nueva economía solo admitirá inversiones que sean verdes

Una mujer camina entre los paneles de una instalación fotovoltaica.
Una mujer camina entre los paneles de una instalación fotovoltaica.Endesa

Cuando se cumple un año de la celebración de la COP25 de Madrid, y a pesar del impacto que la crisis del Covid-19 ha tenido en todos los ámbitos de la economía, se puede decir que las empresas energéticas están dando pasos firmes hacia la transición energética, la sostenibilidad y las energías renovables. Todas muestran en mayor o menor grado un compromiso claro en sus respectivas agendas, inversiones y datos con los que miden su vinculación con un camino que ya no tiene vuelta atrás.

También se han dado cuenta, como dijo el presidente ejecutivo de Acciona, José Manuel Entrecanales, en la última junta de accionistas, de que “tenemos un modelo de desarrollo a punto de descarrilar por insostenible” y de que solo la inversión “en las infraestructuras sostenibles tiene cabida en una economía descarbonizada”. Es la llegada de estos planteamientos a su núcleo de negocio una de las razones que explican este cambio.

Una realidad que ha llevado a muchas empresas a reaccionar y a incorporar estas modificaciones en planes estratégicos o de inversión revisados que acaban de presentar o bien lo harán en próximos meses. Endesa y Repsol lo hicieron en noviembre; BP, en febrero; Naturgy y Cepsa lo tienen previsto para 2021; Iberdrola lanzó este año un plan de inversión de 75.000 millones para 2020-25, y Enagás trabaja en 12 proyectos de descarbonización en 2021-23, según fuentes de estas compañías.

El reto es mayor para compañías petroleras y de gas como Repsol, BP, Cepsa y Enagás

La transición energética supone un reto mayor para las empresas petroleras y de gas como Repsol, Enagás, Cepsa y BP. En el caso de la primera, y según un informe de Carbon Tra­cker, un laboratorio de ideas que investiga el impacto del cambio climático en los mercados financieros, asegura que se encuentra mejor preparada que las norteamericanas para hacerlo. En esa línea está la transformación de sus centros industriales a través de proyectos de economía circular y la producción de ecocombustibles, con la intención declarada de ser líderes en hidrógeno verde y biocarburantes.

Otro informe, en este caso de la ONG Carbon Disclosures Project, que hace calificaciones de la eficiencia ecológica, ha concedido a Enagás la puntuación más alta por su transparencia y acción medioambiental. La evolución en este caso se centra en el uso de gases renovables, como el hidrógeno y el biometano, o el gas natural licuado como combustible para la descarbonización del transporte, especialmente el marítimo.

La misma distinción ha sido otorgada a Red Eléctrica de España, REE, que destaca asimismo por su labor en el control de sus emisiones en su cadena de valor. Lo hacen desde 2019 con un programa de colaboración con proveedores en el que participan 23 de los más relevantes y que representan en torno al 57% de las emisiones de la cadena de suministro. En 2021 fijarán objetivos de reducción, informan fuentes de REE.

Endesa y Naturgy se despiden del carbón. Iberdrola tendrá en 2030 95 GW renovables

Por su parte, BP “ha dado el salto definitivo hacia su reinvención desde una compañía petrolera a una empresa de energía integrada”, afirman fuentes de la sociedad. Ese salto se ha concretado en 2020 en la carga eléctrica ultrarrápida, el hidrógeno renovable, los biocombustibles, la energía eólica y la fotovoltaica y el biogás.

Cepsa pasa por considerar la transición energética como estratégica. En 2020 ha creado una joint venture con Masdar Clean Energy para desarrollar proyectos de energías renovables en España y Portugal.

Adiós al carbón

No menos complicado es el viaje que hace Endesa: desde el carbón a ser “la compañía eléctrica integrada con menos emisiones de CO2 en la Península”. Su clave es “la apuesta por las renovables”, hasta alcanzar los 7.900 millones. En 2023 será de origen renovable el 62% del parque generador, frente al 45% actual.

Un viaje que para Iberdrola empezó en 2001, con una inversión hasta hoy de 120.000 millones en renovables, y que tiene como hito alcanzar en 2030 los 95 GW de capacidad instalada. O Naturgy, que cierra en 2020 todas sus centrales de carbón y canaliza sus inversiones, “las más altas de nuestra historia”, a las energías renovables.

Más iniciativas empresariales

Ferrovial. La multinacional, propietaria del carsharing Zity, cerró con Iberdrola un acuerdo para la recarga de los coches con energía renovable certificada.

Telefónica. Lanzó en enero de 2019 el primer bono verde del sector de las telecomunicaciones por un importe de 1.000 millones de euros. El objetivo era sustituir el cobre por el despliegue de fibra óptica. Se logró evitar así la emisión de 93.297 toneladas de CO2.

Coca-Cola. Acelerará la descarbonización de su negocio reduciendo las emisiones de gases invernadero en su cadena de valor en un 30% en 2030 y se marca para 2040 convertirse en una empresa cero emisiones.

Nestlé. La compañía ayudará a agricultores y proveedores a promover la agricultura regenerativa y el uso de electricidad 100% renovable para 2025. Además, se centrará en potenciar marcas neutras en carbono.

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