España cierra una década perdida en la inversión destinada a I+D

En 2019, se invirtió el 1,25% del PIB, menos porcentaje que 10 años antes Los Presupuestos suben las partidas innovadoras para 2021 un 80%

El gasto realizado en I+D ascendió en España a 15.572 millones de euros en 2019, un 4,2% más que el del año anterior. A la vista de los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), se produjo una mejora en 2018 y 2019, ya que desde 2009 la inversión tecnológica fue cayendo, salvo algún pico que otro. La cantidad absoluta es positiva pero la alegría se desvanece al comprobar que el año pasado esos millones supusieron el 1,25% del PIB, indicador realmente relevante para medir la situación de la I+D. El porcentaje supone menos de la mitad del marcado por la estrategia Europa 2020, el 3% del PIB, y es menor también que el ratio de 2009, cuando fue del 1,32%.

“Esto significa que estamos estancados, que hemos perdido toda una década en actividad innovadora” declara Xavier Ferràs, profesor de Operaciones, Innovación y Data Sciences de Esade. Este experto afirma que el déficit tecnológico español asciende a 21.800 millones de euros, pues para llegar al objetivo de Europa 2020 se necesitaría invertir 37.372 millones. Y hace una reflexión todavía más inquietante: “Al ritmo de crecimiento de la inversión en el PIB de estos años, un 0,01% anual, vamos a necesitar 175 años para alcanzar a los países europeos punteros como Alemania”.

El problema se agudiza porque los países desarrollados sí que están cumpliendo con la agenda de Europa 2020. Alemania invierte el 3% del PIB, pero otros como Israel llegan al 4,9% o como Corea del Sur, al 4,5%. El indicador de esfuerzo innovador, elaborado por el Instituto de Estudios Económicos (IEE), con un valor base de 100 para la Unión Europea, otorga a España un 58,8, “más de un 40% inferior a la media de la UE y casi un 48% inferior al promedio de la OCDE”.

Los datos del INE indican que es el sector empresarial el que más invirtió el año pasado, un 49,1% del total, seguido de la Administración pública, con un 37,9%. El personal empleado por actividades de I+D fue de 231.413 personas.

A pesar del esfuerzo del sector empresarial, Xavier Ferràs considera que el gran déficit en nuestro país es “la I+D industrial, la I+D en las empresas que crean empleo”.

Aumento de la inversión

Los Presupuestos Generales del Estado para 2021 incluyen un aumento del gasto en I+D del 80% respecto a los últimos. Dicho gasto será de 11.483 millones de euros gracias al impulso del Fondo Europeo de Recuperación. Al profesor de Esade le parece que este incremento “es muy relevante y pone de manifiesto intenciones pero hay que advertir que lo importante es en qué se va gastar”. Hay que dirigirse, según él, a aquellos campos de la economía española “innovadores y conectados”. En definitiva, asegura, “al tejido productivo con efecto multiplicador en la economía” ya que, en su opinión, las escasas inversiones tecnológicas públicas que ha habido en España han pecado de ineficientes en ocasiones “posiblemente por excesiva complejidad burocrática e ineficiencia financiera de sus instrumentos”.

Una forma de avanzar en la carrera tecnológica es, a juicio del IEE, ayudar al sector empresarial con incentivos fiscales. Esta institución afirma que “en el promedio de la OCDE los incentivos fiscales en porcentaje del PIB casi triplican a los de España, mientras que en la Unión Europea más que duplican la ratio de nuestro país”.

Entre sus propuestas, se encuentra la de aumentar la deducción para estas actividades del actual 12% al 25% en el impuesto sobre sociedades, así como eliminar la obligación de mantener la plantilla media general durante dos años para poder acogerse al régimen opcional introducido en 2014 para monetizar la deducción en caso de insuficiencia de la cuota.

Asimismo, suscribe la recomendación de la Airef de establecer un mecanismo de acreditación de la I+D+i “ágil y semiautomático para empresas cuya inversión no supera un límite determinado”, lo que opina que ayudaría a muchas pymes.

Por último, el Instituto de Estudios Económicos insta a “reforzar y preservar la estabilidad jurídica y la estabilidad del sistema, algo esencial para el correcto funcionamiento de los incentivos, lo que ha estado ausente en los últimos años”.

En medio de la crisis económica generada por la pandemia y en relación con las inversiones en I+D surge una paradoja. El ejercicio 2020 va a ser, económicamente hablando, muy negativo pero no para la actividad innovadora. El profesor Ferràs explica que la innovación es de los campos que “menos están sufriendo la crisis, que está afectando a sectores más tradicionales”. “No sabemos lo que va a resultar este año, es excepcional e incluso puede resultar bueno para la I+D”, añade Xavier Ferràs. Además, la crisis es general en todo el mundo, con lo que lo ocurrido este año “no es lo que va descolgar a España”. Lo es la última década

Autonomías y países más innovadores

Por encima de la media. El ratio de 1,25% del PIB de inversión tecnológica es la media nacional. Hay comunidades autónomas como el País Vasco, donde este gasto supone el 1,97% de su PIB. La Comunidad de Madrid invierte el 1,71% y la Comunidad Foral de Navarra, el 1,67%. Cataluña, Castilla y León y la Comunidad Valenciana también están por encima de la media española, según los datos del INE. Por debajo de la media se encuentran Castilla-La Mancha, Canarias e Islas Baleares.

Líderes. China está invirtiendo en la actualidad un 30% más en I+D que hace una década, con lo que ya es la segunda economía del mundo, por detrás de Estados Unidos, en inversión bruta. “Destaca en campos estratégicos como la inteligencia artificial o semiconductores”, explica el profesor de Esade Xavier Ferràs.

Renta per cápita. El Instituto de Estudios Económicos (IEE) afirma que “existe una clara correlación entre I+D+i y el desarrollo económico medido en PIB per cápita”. Por ello, su presidente, Íñigo Fernández de Mesa, declara que “la innovación es uno de los principales motores de transformación y crecimiento de una economía”.