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La banca sigue dispuesta a prestarle a las renovables, pero con más cautela

La pandemia pone en peligro el interés de los inversores Las condiciones de financiación se endurecieron al inicio de la crisis

Getty Images

La pandemia no ha tenido, por el momento, consecuencias para la inversión verde. Alexander Monk e Isabella Hervey-Bathurst, de Schroders, explican que una de las razones ha sido “una mayor financiación y apoyo político que en otras ocasiones”.

Los gestores destacan que, tras la crisis de 2008, la inversión mundial en renovables se redujo drásticamente a medida que las empresas reducían gastos y los bancos cerraban el grifo a los promotores. “Ahora los bancos están mejor capitalizados y los proyectos de fuentes limpias son una prioridad”, señalan. La inversión en nueva capacidad aumentó un 5% en el primer semestre, según la firma.

Miguel Ángel Amores, gerente de energías renovables de Triodos Bank, especifica el interés de los bancos por las renovables: “Tienen un gran recorrido gracias a que son, en la mayoría de los casos, más competitivas que los combustibles fósiles y a la decidida apuesta del Gobierno español y la UE por la transición energética. Pese a no contar con primas, se considera un sector relativamente seguro, especialmente en comparación con otros mucho más afectados por el Covid”.

Pero aunque el mundo se dirige hacia una vida más sostenible, no todos los proyectos son viables. “Creemos que es tan importante financiar el cambio sostenible como saber decir no o sí, pero...”, considera Wafaa Ermilate, directora de energía e infraestructuras de ING España y Portugal. Por ello, “el banco examina cada transacción, aplicando estrictos criterios sociales, éticos y ambientales”.

La capacidad de renovables financiada por ING en España asciende a 2.794 megavatios, principalmente plantas eólicas, solares y termosolares.

Para ING es tan importante apoyar el cambio sostenible como saber decir no

En este sentido, Miguel Ángel Amores subraya que “la ausencia de primas y con la incertidumbre sobre la evolución a largo plazo de los precios de la electricidad, es cierto que el nivel de apalancamiento y ciertas exigencias de la mayoría de bancos (como la firma de contratos de compraventa de electricidad a largo plazo con contrapartes muy solventes) dificultan la financiación de algunos proyectos, especialmente en inversores que cuentan con menores recursos propios”.

Daniel Machuca Reyes, director ejecutivo de Banco Santander, que participó la pasada semana en el VII Foro Solar de Unef (Unión Española Fotovoltaica), dijo que “el Covid impactó al principio en las condiciones de financiación, pero se ha ido reduciendo hasta valores cercanos al inicio de la pandemia”.

Subastas más completas

En cuanto al sistema de subastas, Daniel Barandalla, de UL Renovables, manifestó que “son útiles para un desarrollo estable”, pero advirtió de que “su diseño debe tener en cuenta que los proyectos deben ser financiables”.

Por su parte, Schroders apunta que “una pandemia prolongada con una caída de la demanda de energía y del uso del transporte podría hacer que los inversores se vuelvan más cautelosos”. Además, “aunque el actual entorno de bajos tipos de interés ha hecho atractivos algunos proyectos que de otra manera serían inviables desde el punto de vista financiero, existe el riesgo de que esto cambie en el futuro dados los actuales niveles de deuda pública”.

El volumen de proyectos en España supera los objetivos para 2030

Miguel Ángel Amores detalla qué podría hacerse para que todo tipo de inversor pudiera acceder a la financiación: “Serían de gran utilidad medidas que establezcan un precio fijo o mínimo razonable para estas tecnologías, avales que garanticen el cumplimiento de los PPA, pagos por capacidad, etc.; así como encontrar la manera de acelerar tanto los proyectos de eficiencia energética como la generación energética distribuida o el autoconsumo colectivo”.

En cuanto a la posibilidad de que haya burbuja en el sector, Amores reconoce que “es innegable que en España se promueven un volumen de proyectos muy relevante que supera ampliamente, especialmente en el caso de la energía fotovoltaica, los propios objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima para 2030”, pero cree que solo una parte llegará a ejecutarse por cuestiones de permisos, acceso a red o financiación, entre otras.

Proyectos viables y salidas a Bolsa

Cambios. Triodos Bank cree que “hay suficiente dinero, capital e interés disponibles, en principio, para invertir en la transición energética”. Pero, en su opinión, hay que hacer que haya más proyectos financiables, para lo que considera clave aspectos como un marco regulatorio coherente para los mercados energéticos, la eliminación de obstáculos legales, como el arrendamiento de contratos para proyectos de energía solar fotovoltaica en tejados, y un apoyo a la financiación a estos nuevos modelos de negocio.

Logro. Para que la instalación de un parque de energías renovables resulte atractivo Grenergy explica que además de tener en cuenta el recurso eólico o solar, y la posibilidad de cerrar un posible acuerdo de venta para la producción –algo capital–, recomienda analizar, especialmente dentro del aspecto ambiental, la flora y fauna de la zona, así como el impacto en las comunidades locales, que “necesitamos sea en todo caso positivo”, opina David Ruiz de Andrés, consejero delegado.

Balance. Grenergy dio el salto a la Bolsa hace casi un año, lo que le ha permitido, según Ruiz de Andrés, “crecer y tener mayor acceso a inversores institucionales”. En 2020 se ha revalorizado más de un 30%. Soltec, grupo español de equipamientos para fotovoltaicas, salió a cotizar el pasado miércoles 28 de octubre, en la que fue la primera incorporación al mercado en dos años. La colocación generó mucho interés.

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