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El Teatro Real estrena temporada

‘Un ballo in maschera’ inaugurará un curso marcado por las medidas de sanitarias

Joan Matabosch, Gianmaria Aliverta, Nicola Luisotti, Ignacio García-Belenguer y Rafael Fernández de Alarcón.
Joan Matabosch, Gianmaria Aliverta, Nicola Luisotti, Ignacio García-Belenguer y Rafael Fernández de Alarcón.

El próximo 16 de septiembre, el telón de terciopelo rojo del Teatro Real volverá a subir para inaugurar su nueva temporada –la 24ª desde su reapertura– con Un ballo in maschera, de Giuseppe Verdi. Lo hará con un pase especial para menores de 35 años en el marco de la apuesta de la institución por acercarse a un público más joven. Las entradas para esta gala oscilarán entre los 14 y los 34 euros y ya están a la venta. “Nos apetecía que este guiño fuera como un preestreno en exclusiva, con cuidado y con mucho cariño, para el público joven”, expuso el director general del Teatro Real, Ignacio García-Belenguer, este miércoles durante la presentación del nuevo curso.

Unos días más tarde, el 18 de septiembre, el telón volverá a subir, esta vez para inaugurar de manera oficial la temporada. Este estreno de Un ballo in maschera, que se ofrecerá en una producción procedente del Teatro La Fenice de Venecia y repuesta en colaboración con el Teatro de la Maestranza de Sevilla, se acompañará de una retransmisión en directo a través de dos pantallas instaladas en la Plaza de Oriente y, por primera vez, también en la Plaza de Isabel II (Plaza de Ópera), donde se colocarán 450 sillas separadas entre sí por dos metros. En total, se acotará para ello un área de 4.000 metros cuadrados con 8 entradas y diversas medidas de seguridad, como puestos de gel hidroalcohólico, para dar la bienvenida a un nuevo curso en un contexto excepcional.

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La pandemia del coronavirus ha obligado a adaptar la producción para cumplir con las medidas de seguridad. Así, los miembros del coro deberán estar a un metro y medio de distancia entre ellos, lo que se logra mediante unas plataformas ideadas para la ocasión, y los protagonistas no se podrán besar. “Vengo de Lombardía, la región más castigada de Italia, así que entiendo perfectamente que las vidas humanas están por encima de todo lo demás. Las medidas de seguridad deben ser lo primero, pero queremos que el público se olvide durante un rato de la pandemia”, explicó el director de escena, Gianmaria Aliverta, durante su intervención. Por ese motivo, con el objetivo de reducir en la medida de lo posible el impacto visual de las medidas sanitarias, los cantantes llevarán en todo momento una mascarilla que reproduce su rostro, similar a la que portó el propio Aliverta este jueves.

De vuelta al patio de butacas, también el público deberá cumplir estrictas medidas de seguridad. Se tomará la temperatura a la entrada, deberán hacer uso del gel hidroalcohólico y llevar la mascarilla en todo momento. Así mimo, el aforo se limitará al 65% de la capacidad, aunque la norma permitiría la venta del 75% de las localidades. “Pero queremos que la gente se sienta cómoda y no tenga sensación de agobio”, insistió García-Belenguer.

Los conflictos raciales del siglo XIX en EE UU, cuando las violentas luchas fratricidas enfrentaban los estados del Norte y del Sur, que se resistían a abolir la esclavitud y a perder otras prerrogativas abusivas adscritas a los propietarios de los grandes latifundios, son el marco de una ópera que dirigirá Nicola Luisotti. El director artístico del Teatro Real, Joan Matabosch, alabó la flexibilidad de Aliverta para adaptar al Covid-19 una producción que se podrá disfrutar hasta el próximo 14 de octubre, tras 15 representaciones.

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