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Cómo aprovechar las vacaciones en tiempo de teletrabajo

Desconectar es un reto cuando el lugar de descanso es también la oficina

GETTY IMAGES

Lograr desconectar es el gran reto de las vacaciones para muchos profesionales, especialmente en tiempos de teletrabajo, cuando el espacio en el que se desempeña la jornada laboral es el mismo en el que se descansa. “Hemos cogido el hábito de llevar la oficina en el bolsillo, sea el móvil, la tableta o el portátil. Estamos muy acostumbrados a estar siempre conectados y nos cuesta parar”, expone Elisa Sánchez, del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.

Un problema que se acentúa tras unos meses complicados y muy intensos. “Estamos entrando en las vacaciones en una situación en la que nunca habíamos estado: saliendo de un teletrabajo confinado en el que los límites entre la jornada laboral y el ocio estaban muy difuminados”, apunta Ximena Jarrín, gerente de PeopleMatters. Una rutina que podría continuar en verano. “Mucha gente no se va a ir de viaje por miedo al contagio, va a pasar mucho tiempo en casa y, aunque intenten desconectar, sí saben que adelantar tareas va a hacer que la vuelta sea más ligera, van a impedir ellos mismos esa desconexión”, desarrolla el profesor de recursos humanos de EAE Business School José Canseco.

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Para poder disfrutar del periodo de descanso, Jarrín recomienda realizar una buena planificación. “Querer hacer ahora lo que no hemos hecho en seis meses nos va a generar mucha ansiedad y, al final, hará que posterguemos las vacaciones”, expone. Frente a ello, la recomendación es empezar a organizarse hasta cuatro semanas antes y elegir cinco cosas que deben estar hechas antes de que empiece el periodo de descanso. “Tiene que ser algo realista y que se pueda cumplir en ese tiempo para no irnos con la sensación de que hemos dejado algo importante pendiente”, añade la portavoz de PeopleMatters.

La disposición al descanso también varía según las tareas a desempeñar. “Hay determinados trabajos que son infinitos, te puedes poner meses y no acabarías nunca la tarea, por eso es tan importante acotarlo”, apunta Sánchez. También lo cree así Jarrín, quien hace hincapié en que si se necesita dedicar cierto tiempo de las vacaciones al trabajo, este debe estar muy delimitado. “Se debe fijar un horario, máximo de dos horas a la semana, y cumplirlo. Si se deja muy abierto ese espacio, corremos el peligro de que se nos vaya de las manos”, insiste la portavoz de PeopleMatters.

En cualquier caso, si desconectar por completo se vuelve imposible, Sánchez llama a hacer una reflexión sobre si se trata de una exigencia externa o, por el contrario, está en uno mismo. “Puede ser que tengamos un problema de adicción al trabajo o a las nuevas tecnologías que utilizamos para llevarlo a cabo”, describe la psicóloga. Esta autoexigencia también responde al miedo al rechazo, al despido o a parecer malos compañeros, prosigue. La obsesión con el entorno laboral suele indicar, además, una insatisfacción con el resto de aspectos personales: pareja, familia, vida privada…

Debido a la delicada situación en la que se encuentran muchas empresas tras la pandemia, Canseco observa que parece que da apuro pedir unos días de reposo. “Pero a veces hay que hacerlo porque si no, llega un momento en el que dejamos de ser productivos”, añade. Conviene recordar que el descanso no es un capricho, sino una necesidad. Así insiste en tratarlo Jarrín, quien hace hincapié en que las vacaciones también son un acto de responsabilidad. “Como adultos, tenemos un compromiso con nuestro trabajo, pero también debemos asegurarnos de que tenemos un nivel de bienestar adecuado para poder continuar”, justifica. Un proceso que pasa por tratar de desconectar al mismo nivel que el resto del año y al que se exigen eficiencia y resultados.

Una buena planificación de las vacaciones también ayudará a que los días de asueto resulten más provechosos. “Hay que visualizar cómo queremos que sean, a qué y a quién queremos dedicarle nuestra energía y nuestro tiempo”, comenta Jarrín. Este periodo es el momento ideal, según expone Sánchez, para frenar los malos hábitos relacionados con el trabajo y prestar atención a amigos y familiares, especialmente cuando, debido a las circunstancias de los últimos meses, no se ha podido compartir demasiado tiempo con ellos antes.

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