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España suspende en electromovilidad con tan solo 7.600 puntos de recarga públicos

Apenas el 7% de los puntos que hay a lo largo del país permite una carga de, al menos, 40 kW

Coche eléctrico.
Coche eléctrico. Thomas Peter (Reuters)

Europa continúa avanzando hacia la movilidad de cero emisiones con vehículos eléctricos y España es de lo países que lo hace más lento, lo que complica mucho alcanzar los objetivos planteados tanto por el Gobierno como por el propio sector de la automoción.

Las principales trabas para que este tipo de vehículos acabe de explosionar son el precio y la falta de infraestructura de recarga, porque la de la autonomía ya ha desaparecido con modelos que pueden alcanzar más de 500 kilómetros.

Según el barómetro que elabora la patronal de fabricantes de vehículos en España, Anfac, el indicador global de electromovilidad del país tan solo creció 0,8 puntos en el primer trimestre del año frente al último de 2019, situándose en una media de 17,2, por detrás de países como Hungría (24,3), Italia (25,8), Francia (27,2), Alemania (32,5), Portugal (32,8), Reino Unido (37,5) o República Checa (54,9). Ya ni hablamos de Noruega y Holanda, que se disparan del resto con 241,8 y 111,4 puntos, respectivamente.

Así, mientras la Unión Europea incrementa en cuatro puntos la penetración de vehículo electrificado, España tan solo lo hace en 1,6. Con dichos datos será difícil lograr los cinco millones de vehículos eléctricos a los que aspira el Ejecutivo bajo el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, que marca la hoja de ruta para el período de 2021 a 2030. En 2019 había unos 25 millones de turismos en España, de los cuales solo unos 53.850 eran eléctricos o híbridos enchufables, lo que supone el 0,21% sobre el total del parque móvil.

Falta de infraestructura

“El despliegue de la infraestructura de recarga a lo largo del territorio nacional es claramente insuficiente”, así de tajante se muestra Anfac.

Según la patronal, los 7.607 puntos de recarga públicos que hay en España distan mucho del objetivo mínimo de 110.000 para 2025 y de 340.000 para 2030 que establece su plan ‘Automoción 2020-40. Liderando la movilidad sostenible 2020-40’ para conseguir las cuotas de mercado de vehículo eléctrico necesarias para la descarbonización del transporte.

Además, la asociación destaca que las “debilidades” de la red de recarga son más notorias a medida que aumenta la potencia de carga: apenas el 7% de los puntos que hay a lo largo del país permite una carga de, al menos, 40 kW. Tan solo hay ocho puntos con una potencia de más de 250 KW y se reparten entre Cataluña y País Vasco. Anfac explica que existen numerosas trabas administrativas que retrasan (o directamente paralizan) su instalación. En su opinión, esto se arreglaría reconociendo de utilidad pública los puntos de alta potencia.

Asimismo, apenas el 35% de la infraestructura es interurbana, un problema que se agranda si se tiene en cuenta que menos del 1% de esta permite la carga a una potencia superior de 250 kW. El barómetro de la patronal también pone de relieve que casi la totalidad de la infraestructura disponible en los principales corredores del país no permite cargar en tiempos razonables

El coronavirus y la falta de ayudas complican el impulso al eléctrico

La crisis del coronavirus ha provocado una caída generalizada en todo el mundo de las ventas de automóviles, pero sobre todo de los modelos alternativos, mucho más caros que los de gasolina o diésel.

Entre enero y mayo, las matriculaciones de modelos eléctricos en España se situaron en 4.941 unidades, lo que se traduce en una bajada del 6% en comparación con el mismo periodo del ejercicio precedente, mientras que, por el contrario, las de modelos híbridos acumulan una subida del 34%, con 4.126 unidades. Por su parte, las de híbridos no enchufables descendieron un 14,67% en dicho periodo, con 35.097 unidades, y un 72,59% las de modelos de gas, con 3.895 unidades. De este modo, las entregas de vehículos alternativos se redujeron un 24,5% hasta mayo respecto a los mismos meses de 2019, hasta 48.060 unidades.

Moves. El Gobierno tenía previsto dar luz verde la semana pasada a la segunda edición del Moves, de impulso a la movilidad eléctrica y alternativa, con 65 millones de euros y ayudas de hasta 5.500 euros a la compra de coches eléctricos, pero parece más que probable que finalmente lo incluirá en el paquete de ayudas al motor que planea aprobar mañana el Consejo de Ministros.

Según la patronal de la distribución, Ganvam, y la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (Aedive), la activación de este plan en junio permitiría que las ventas de eléctricos aumentaran un 55% este año en comparación con el curso pasado, hasta unas 38.000 unidades. Antes del estallido de la pandemia, estimaban una subida del 170%.

A expensas de lo que anuncie mañana el Ejecutivo referente al plan para relanzar el automóvil, el Moves II elimina la obligación de entregar un vehículo de más de diez años para obtener las ayudas, que oscilarán entre los 4.000 y 5.500 euros. También incluirá una serie de mejoras técnicas y de gestión, aunque continuará el criterio de reparto empleado en la anterior edición, basado en el censo de población de cada territorio. También será gestionado por las comunidades autónomas en coordinación con el IDAE.

Inversión europea. La inversión en el desarrollo de vehículos eléctricos y baterías registró una cifra récord de 60.000 millones de euros el año pasado en Europa, lo que supone multiplicar por 19 la cantidad de 2018, según datos de la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E, por sus siglas en inglés). Por países, Alemania se situó a la cabeza con unos 40.000 millones de euros, principalmente del grupo Volkswagen y de Tesla, que construirá una planta en Berlín, mientras que España recibió cerca de 300 millones de euros de Opel, del Grupo PSA, para ensamblar el Corsa-e en Zaragoza

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