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Finanzas

La tensión financiera en España, en niveles solamente superados en 2008 y 2012

La CNMV investiga el impacto del veto a las apuestas bajistas sobre la liquidez en el Ibex

Un operador de valores, en Seúl.
Un operador de valores, en Seúl. AP

La tensión financiera en los mercados españoles se ha disparado en el primer trimestre del año, debido a la epidemia del coronavirus y a su fortísimo impacto en las economías. El indicador específico de estrés financiero que elabora la CNMV ha pasado de 0,19 puntos, considerado un nivel bajo de tensión, a 0,56, catalogado como alto y el tercer mayor registro histórico.

Con todo, sigue a cierta distancia de los récords previos: los 0,88 puntos que se registraron a finales de 2008, tras la quiebra de Lehman Brothers, o los 0,70 de mediados de 2012, cuando España pidió el rescate ante la escalada de la prima de riesgo y el miedo a la ruptura de la eurozona. Aunque la caída de las Bolsas ha sido también extremadamente violenta, e incluso más rápida que en las situaciones anteriores, la pandemia no ha tensado tanto el mercado.

La CNMV detalla las notables diferencias entre estos episodios. "En crisis sistémicas anteriores el desencadenante solía ser la existencia de algún desequilibrio en parte del sistema financiero, su traslación, con más o menos intensidad, a otras áreas de éste y, con un cierto retraso, a la economía real. En la crisis actual el desencadenante ha sido un shock totalmente exógeno que ha dado lugar a una crisis sanitaria sin precedentes y a la hibernación temporal de la mayor parte de las economías. En este contexto, los mercados financieros no han hecho más que reflejar el aumento de la incertidumbre existente".

El repunte responde a las caídas abruptas de los precios de los activos, junto con el deterioro de su liquidez y el incremento de la volatilidad. La volatilidad del Ibex 35 ha superado los niveles de 2012 y se ha acercado a los de 2008, si bien la presión sobre la deuda, particularmente acusada en 2012, ha sido menor.

No obstante, la posición de liquidez, es decir, la capacidad del mercado de renta variable para absorber las órdenes de compra y venta, ha sido peor que en los dos episodios precedentes. El diferencial medio entre el precio de compra y de venta para los valores del Ibex, cuya media histórica es de un 0,091%, se incrementó hasta el 0,25 % en la segunda mitad de marzo y llegó a situarse transitoriamente por encima del 0,4%. Un hecho que, según el supervisor, podría estar parcialmente relacionado con la prohibición sobre las posiciones cortas.

Como respuesta a la gran tensión del mercado, la CNMV introdujo el 12 de marzo, antes incluso de la declaración del estado de alarma, la prohibición de posiciones cortas sobre algunos valores, veto que se extendería posteriormente al conjunto del mercado. El impacto de estos vetos sobre la liquidez del mercado es el principal argumento usado contra estas decisiones. Si los inversores no pueden apostar por la caída de un valor, se corre el riesgo de que no operen en absoluto, afectando a la capacidad del mercado para fijar precios.

"Las restricciones a la operativa en corto, que pueden estar indicadas en situaciones excepcionales, afectan a la eficiencia de los mercados, al reducir la velocidad a la que se ajustan los precios a la información disponible y deteriorar algunas medidas de liquidez o el propio volumen de negociación", explica en otro apartado el supervisor, que asegura estar realizando un análisis específico para evaluar la repercusión en este caso de la medida adoptada.

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