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Mukesh Ambani, el nuevo amigo de Zuckerberg y rey indio del plástico

El dueño de Reliance Industries domina la petroquímica, las telecos y el comercio minorista, y va a por el ‘ecommerce’

Mukesh Ambani, dueño de Reliance Industries.
Mukesh Ambani, dueño de Reliance Industries.HOGUE
Carlos Gómez Abajo

Con el imperio chino vetado, Mark Zuckerberg ha buscado la mejor opción alternativa: India. Ha hecho un nuevo amigo, el indio Mukesh Ambani, al comprar el 10% de su filial de telecomunicaciones, Jio, que aspira a dominar el floreciente mercado del comercio electrónico del país.

Mukesh Dhirubhai Ambani (Adén, actual Yemen, 1957) es uno de los hombres más ricos de Asia, al nivel de Jack Ma (fundador de Alibaba), y de forma sistemática el que lo es más de la India, gracias a su emporio Retail Industries, valorado en 130.000 millones de euros, y que combina energía, comercio minorista y telecomunicaciones. A nivel mundial ocupa el puesto 21, según la revista Forbes, con 45.000 millones de euros de patrimonio.

A su mujer, Nita, la vio primero el padre de Mukesh, Dhirubhai, en una actuación de bharatnatyam, una danza clásica india, aunque ella trabajaba como maestra. Dhirubhai decidió concertar el matrimonio, aunque el amor surgió de forma natural, cuentan ellos. Nita siguió ejerciendo el magisterio algún tiempo incluso después de la boda, y describe a Mukesh como tranquilo, modesto y tímido. Juntos tuvieron dos niños, Anant y Akash, y una niña, Isha.

El dueño de Reliance Industries vive en Bombay, en Antilia, un edificio privado de 27 pisos, valorado en 2.000 millones de euros. El edificio requiere un personal de 600 personas para su mantenimiento, e incluye tres helipuertos, un garaje para 160 coches, cine privado, piscina y gimnasio. En 2007, Ambani regaló a su esposa por su cumpleaños un Airbus A319, valorado en 70 millones. Es vegetariano estricto y abstemio, además de muy aficionado a Bollywood: ve tres películas a la semana para desconectar. Además, en 2008 compró el equipo de críquet Mumbai Indians por 103 millones.

Nació en la excolonia británica de Adén, pero vivió allí solo brevemente porque su padre decidió volver a India para comerciar con especias y textiles. Su familia vivió en un modesto apartamento de dos dormitorios en Bombay hasta la década de los setenta. Son cuatro hermanos: un varón, Anil, con el que compartió hasta 2006 el imperio familiar, y dos féminas.

De pequeño, Ambani jugaba al fútbol y al hockey. A su padre le importaban las notas de sus hijos, pero sobre todo su conocimiento del mundo: les puso un instructor particular que les llevaba por la ciudad en autobús y tren. “Nos dejaban bastante libres”, recuerda en el portal indio Rediff. Los fines de semana pasaba horas en la oficina de su padre, un adicto al trabajo que reservaba los domingos para la familia (a menudo en la naturaleza), cosa que intentó imitar Mukesh con sus hijos.

El futuro del plástico

Todo el mundo esperaba que Mukesh estudiara Ingeniería Textil, a lo que se dedicaba la empresa familiar entonces, pero él optó por graduarse en Ingeniería Química por el Instituto de Tecnología Química de Bombay. "Se suponía que el sector iba a crecer mucho. Quizás se me quedó grabada la frase de la película El graduado: “El plástico tiene mucho futuro”. Y así fue.

Ya haciendo la carrera, Mukesh empezó a trabajar casi a tiempo completo con su padre. Se inscribió en un MBA en Stanford e incluso estuvo a punto de cursar un programa del Banco Mundial, pero lo dejó todo a medias para ayudar a desarrollar Reliance, que a principios de los ochenta era una empresa pequeña pero con muchos planes: Dhirubhai Ambani había aprovechado sus buenas relaciones para conseguir una licencia para fabricar hilo de poliéster al liberalizarse el sector, hasta entonces público. El grupo aplicaba la integración regresiva, comprando a sus proveedores.

En 1985, el año de la boda de Mukesh, murió el directivo de Reliance, Rasikbhai Meswani, y un año más tarde, el padre sufriría un derrame cerebral, por lo que el control pasó a los dos hijos varones, Mukesh y Anil. En los noventa, el grupo se expandió hacia la petroquímica, el refino de petróleo y las telecomunicaciones.

A principios de siglo, el padre murió sin testamento tras otro derrame, lo que provocó tensiones entre los dos hermanos que no se resolvieron hasta años después. Su madre intervino y dividieron la empresa en dos: Anil se quedó con telecomunicaciones (quebrada el año pasado), energía y servicios financieros, y no le va tan bien: su patrimonio es de 1.600 millones de euros. A Mukesh le tocaron la rama industrial y la petroquímica.

En solitario

El mayor de los Ambani, ya por su cuenta, creó Reliance Retail, ahora el mayor minorista del país en ingresos, y recuperó posiciones en energía y en telecomunicaciones. En 2011 se convirtió en el primer consejero no estadounidense de Bank of America. En 2016 lanzó su red 4G propia, bajo la marca Jio, que ha conseguido convertirse en la líder del sector en el país superando a Vodafone y cuenta ya con 390 millones de clientes, con ofertas casi regaladas de llamadas, datos y smartphones.

La alianza con Facebook tiene como objetivo, además de reducir sus 46.000 millones de deuda, aprovechar las sinergias de telecomunicaciones y comercio minorista. El gigante de Mark Zuckerberg pagará 5.700 millones de dólares por el 9,99% de Jio, que gestiona también los servicios de streaming de música, televisión y cine.

El proyecto principal es la expansión de su plataforma de comercio electrónico JioMart, que conecta a los clientes con las tiendas minoristas de toda la vida. JioMart fija precios estándar y los comerciantes pueden ofrecer descuentos. Los usuarios también pueden canjear cupones de otros negocios de Reliance. WhatsApp, que tiene 400 millones de usuarios en India, podría darle soporte tanto como red social como mediante su sistema de pago.

La operación fue recibida con casi un 10% de subida en Bolsa. La idea de Mukesh Ambani es convertirse en un Jeff Bezos al estilo indio, con control sobre las telecomunicaciones y el petróleo. Los plásticos siguen teniendo futuro en el mundo del Covid-19, pero los datos y las compras a distancia, más todavía. Y además tiene a Zuckerberg de amigo.

Sobre la firma

Carlos Gómez Abajo
Licenciado en Físicas, máster en Periodismo UAM-El País y posgrado en Información Económica. Es redactor de Opinión de Cinco Días, y también ha escrito en Mercados y en la sección de ocio/lujo. Ha trabajado en el portal de noticias científicas Tendencias 21 y ha hecho traducciones, la mayoría de tipo económico.

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