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Los bonos verdes se convierten en escudo frente al covid con emisiones masivas

La emisión de deuda ESG se dispara un 21% a 64.000 millones

Bonos verdes ESG
Belén Trincado / Cinco Días

La crisis sanitaria global que vive el planeta a causa del coronavirus se siente con fuerza. Pero, tras la debacle inicial, el mercado de financiación vuelve a funcionar con una gran estrella: la emisión de bonos verdes y sostenibles (con criterios ESG, en la jerga). Se habían colocado 64.000 millones de euros en este tipo de deuda entre el 1 de enero y el 14 de abril, con un crecimiento del 21,1% frente al mismo periodo de 2019, según los datos de Thomson Reuters.

“Los bonos verdes están siendo un escudo adicional ante la complicada situación de los mercados”, explica Ángel Tejada, responsable de bonos verdes y sostenibles de BBVA. Un ejemplo es la emisión realizada por Iberdrola el 1 de abril. Fue la primera empresa española en salir al mercado en plena crisis con la colocación de 750 millones en un bono verde a cinco años. El interés por este tipo de títulos quedó reflejado en la demanda que fue “de casi 12 veces el importe colocado frente a otras emisiones que, aun siendo un éxito, se situaron en el entorno de las 2,5 o tres veces la cantidad vendida”, explica Tejada.

También se han producido emisiones verdes de otras utilities europeas, como la lusa EDP, la francesa Engie o la alemana Eon, las tres con potente demanda. En el terreno de los bonos sostenibles, que a diferencia de los verdes no están destinados a financiar específicamente proyectos relacionados con el medio ambiente, han salido con éxito la tecnológica holandesa Philips y la farmacéutica estadounidense Pfizer.

El experto de BBVA señala que “la avidez por estos productos es más pronunciada que por los bonos tradicionales”. “El hecho de que los bonos sean verdes anticipa una mejor acogida por parte de los compradores y resta riesgo de ejecución”, añade. Así, el interés adicional de los inversores socialmente responsables por esta clase de activos, sumado a la calidad crediticia de los emisores y la mejora del mercado lo que está contribuyendo a que las primas de emisión de los bonos verdes sean, de media, inferiores. Iberdrola, EDP y Eon salieron con 0, 8 y 5 puntos básicos de prima sobre el mercado secundario respectivamente. Total, BP, Naturgy y Repsol, que vendieron en el formato clásico, lo hicieron con primas entre 27 y 50 puntos básicos.

La emisión ESG entre el 1 y el 14 de abril alcanzaba casi los 14.000 millones, por encima de los 13.200 millones de marzo, según los datos de Thomson Reuters y BBVA “Durante esta crisis el mercado de bonos verdes está resistiendo bien el movimiento tan fuerte que estamos viendo de spreads [diferenciales] de crédito. Esto, en general, se debe no sólo a la temática de estos bonos, sino al negocio subyacente que hay detrás de estas operaciones”, resalta Jesús Garrido, director de mercados de deuda de ING.

Sin embargo, pese a su resistencia al Covid-19, todavía es pronto para saber si las emisiones de bonos verdes, que el año pasado marcaron récord, volverán a registrar máximos. “A principios de año nuestro equipo de BBVA Research de Crédito estimaba que en 2020 veríamos un año récord de emisión de bonos verdes. Habrá que esperar a ver como la volatilidad sigue impactando a las nuevas emisiones, esperamos que esta tendencia de lanzar bonos verdes y sociales se mantenga en los próximos meses”, resalta Tejada.

Este optimismo respecto al conjunto del ejercicio es compartido por Bertrand Rocher, gerente de cartera y analista de crédito de Mirova, filial de Natixis IM, que considera que los bonos verdes seguirán jugando un papel importante en el presente ejercicio, especialmente en la segunda mitad del año. Sus previsiones apuntan a que serán los bancos y, en menor medida, las aseguradoras, los que se lleven una mayor parte del mercado de bonos verdes en los próximos meses. Eso sí, las empresas seguirán líderes.

Más resistentes y mayor liquidez

Junto a las emisiones realizadas en plena crisis, Bertrand Rocher, gerente de cartera y analista de crédito senior de Mirova, filial de Natixis IM, afirma que en el mercado secundario como los bonos verdes son más defensivos, en promedio, que el resto del universo crediticio, “han demostrado ser más resistentes al masivo ensanchamiento observado en las últimas semanas”.

“En general se sigue observando que son operaciones que aguantan mejor la volatilidad, pero en este entorno de anormalidad es más difícil de observar”, añade Jesús Garrido, director de mercados de deuda de ING. El directivo espera que en 2020 sea “un activo con muy buenas perspectivas de cuota de mercado frente al volumen de operaciones convencionales”.

Con todo, añade que “es muy probable que el volumen global de emisiones de bonos no crezca tanto como se esperaba, ya que posiblemente se va a apelar al crédito bancario todo lo que se pueda ante unos spreads del mercado de bonos más elevados”.

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