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España ha perdido 900.000 empleos desde el inicio del estado de alarma

El paro registrado aumentó en 302.265 personas en marzo, 100.000 más que el peor dato de este indicador, en enero de 2009.

Paro marzo Covid
Raquel Pascual Cortés

Había mucha expectación por saber la gravedad del impacto de la crisis sanitaria del coronavirus en el mercado de trabajo y el Gobierno publicó ayer los primeros datos oficiales que lo certifican: desde el pasado 12 de marzo --dos días antes del inicio del estado de alarma-- y hasta el 31 de marzo se han destruido casi 900.000 empleos (898.822). Son los afiliados que ha perdido la Seguridad Social, fundamentalmente concentrados en la segunda mitad del mes pasado, según las cifras publicadas hoy por el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social.

De hecho, en los primeros días del mes la economía seguía creando empleo (64.843 puestos más entre el 29 de febrero y 11 de marzo), lo que mitigó algo la cifra final de marzo, que a último día de mes reflejaba 833.979 cotizantes menos que en febrero. Con ello, al 31 de marzo había 18.445.436 afiliados al sistema, la cifra más baja desde octubre de 2017. Esto indica que en apenas medio mes se habría perdido el empleo creado en los últimos dos años y medio prácticamente.

Para ilustrar la gravedad de este impacto, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, puso otro ejemplo: en los 14 días laborables de marzo tras el cierre de los colegios (el pasado día 12), se han destruido en España los mismos puestos de trabajo que desaparecieron a lo largo de cinco meses (100 días) en la anterior gran crisis económica provocada por la quiebra de Lehman Brothers en 2008.

Este aumento es casi tres veces mayor que el peor dato registrado hasta ahora por este indicador de empleo medido en términos de Seguridad Social, que se produjo en enero de 2009, cuando se contabilizó una destrucción de 350.000 empleos.

Dicho esto, Escrivá destacó otro aspecto muy significativo de esta fuerte destrucción de empleo: dos terceras partes de los puestos perdidos (más de medio millón) eran contratos temporales que han desparecido de este registro. Esto llevó al ministro a lamentar que, al igual que ocurrió en la anterior crisis, el primer ajuste se ha hecho por los empleados temporales.

La otra cifra facilitada ayer por el Ministerio de Trabajo fue la de los parados que se han inscrito en las oficinas públicas de empleo. En marzo se registraron en las listas del paro 302.265 personas, un 9% más que el mes anterior, hasta sumar 3,54 millones de personas. Esto representó también el mayor incremento del desempleo en un mes, superando las 198.838 personas de enero de 2009.

No obstante, estas cifras no recogen el impacto de los trabajadores que podrían verse afectados por expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), una cifra incierta que Asempleo estimaba ayer ya en 2,6 millones. En el registro de afiliación los trabajadores incluidos en uno de estos ajustes de empleo aparecen como cotizantes porque técnicamente no han perdido su empleo y el Estado o sus empresas siguen cotizando por ellos. Mientras que, en las cifras del paro registrado, que sí deberían incluir los afectados por ERTE (porque hay que estar inscrito como desempleado para cobrar la prestación), tampoco están.

Sumar los ERTE

Así, para el calcular todo el impacto de la crisis sanitaria a estos 302.265 nuevos parados habría que sumar unos 620.000 trabajadores a los que el Servicio Público de Empleo (SEPE) ha reconocido ya la prestación temporal de desempleo por estar incluidos en un ERTE, de un total de trabajadores afectados por estos ajustes que se desconoce y que no fue facilitado por Trabajo.

La ministra del ramo, Yolanda Díaz, sí explicó que de las casi 900.000 bajas a la Seguridad Social, solo un tercio aparecen en los registros del paro “porque los trabajadores tienen 10 días para apuntarse”, de lo que sugiere que aún faltarían por incluir en las listas de nuevos parados dos terceras partes de los afiliados que han perdido su empleo.

Dado que la destrucción de empleo se produjo fundamentalmente en la segunda mitad del mes, el dato medio de marzo que arroja una caída de 243.469 afiliados, no refleja la realidad, según reconoció el propio Ministerio de Seguridad Social. Pero incluso esta cifra fue la peor de un mes de marzo para el sistema: solo se constata otro marzo en el que se destruyó empleo en 2009 (-54.489). En 2019, en ese mismo periodo, se incorporaron 155.104 ocupados.

La sangría en el sistema esta segunda mitad del mes de marzo se produjo, sobre todo en construcción, donde se perdieron casi 152.000 cotizantes (una caída del 17,08%), en la hostelería, donde hubo un recorte de 184.148 afiliados (-14,27%) o actividades administrativas, que registró 116.524 empleos menos (-8,91%). Por el contrario, el sector sanitario ganó 7.085 nuevos cotizantes.

Andalucía, Aragón y Asturias fueron las comunidades que más empleo perdieron en términos porcentuales, con caídas de su número de afiliados del 6,6%, 4,1% y 3,1%, respectivamente.

¿Por qué se destruyen 900.000 empleos y solo hay 300.000 parados más?

 

Plazos. El principal motivo por el que hay unos 600.000 empleos destruidos en la Seguridad Social no reflejados en las listas del paro registrado es el plazo de 10 días que hay para solicitar la prestación. Es más, este plazo quedó en suspenso con el estado de alarma –así como los relativos a los actos de conciliación–. Esto, unido al cierre de las oficinas físicas (que, según Trabajo, ha evitado un millón de desplazamientos), estaría retrasando muchas inscripciones de parados. Además, hasta el miércoles no entró en vigor el nuevo subsidio para temporales que hayan perdido un empleo de al menos dos mes, aunque no hubieran cotizado lo suficiente. Por ello, muchos de ellos aún no se habrían inscrito como parados pensando que no tienen derecho a las ayudas.

 

Sobre la firma

Raquel Pascual Cortés
Es periodista de la sección de Economía, especializada en información sobre empleo, Seguridad Social, pensiones y relaciones laborales. Licenciada en C.C. de la Información por la U. Complutense, empezó a trabajar en Cinco Días en 2000 y antes pasó por las secciones de política y economía de la agencia Europa Press y por el diario Soria 7 Días.

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