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Bufetes y coronavirus: cómo hacer negocio sin alarmar

La pandemia ha disparado el trabajo de los despachos, que deben abordar estos asuntos con especial sensibilidad

Entrada del Hospital de Igualada, una localidad de Barcelona.
Entrada del Hospital de Igualada, una localidad de Barcelona.EFE

Mientras la gran mayoría de los sectores económicos se preparan para afrontar las enormes dificultades ocasionadas por la crisis del coronavirus, el legal vive esta situación de forma muy particular. Por un lado, los despachos no son ajenos a la grave preocupación que afecta a empresas y ciudadanos. Pero, por otro, según relatan, experimentan un pico de trabajo fruto de las enormes complicaciones jurídicas que la pandemia está causando en todos los órdenes: laboral, contractual, fiscal, etc. Un torrente de consultas y encargos que es previsible que aún crezca en las próximas semanas.

Y todo ello, con sus estructuras y sus modelos de organización puestos a prueba por las medidas de prevención del contagio. La mayoría de los bufetes ha mandado a toda o a una gran parte de su plantilla a teletrabajar, una decisión que supone un duro examen a nivel técnico y organizativo. Sus clientes lo saben y muchas grandes empresas han pedido a sus despachos de confianza que les garanticen que estarán plenamente disponibles y operativas para atender sus requerimientos legales durante las próximas semanas. Vienen curvas.

Esa situación, no obstante, plantea a las firmas una dificultad añadida: cómo hacer negocio en medio de una situación trágica, sin que parezca que tratan de sacar tajada de las dificultades ajenas. Así, por ejemplo, informar con excesiva intensidad de una línea de asesoramiento vinculada con el coronavirus puede ser percibido como que tratan de asustar o crear alarma para que se les contrate.

La gestión es delicada y los bufetes lo saben. Por ello, buscan fórmulas en las que se incida más en la transmisión de seguridad y tranquilidad, evitando proyectar una imagen de interés excesivo en hacer negocio. “Es una situación bastante compleja, hay que abordarla de una forma respetuosa ya que hay muchísima desinformación”, explica en este sentido Enrique Ceca, socio director de Ceca Magán. Coincide con esta visión Julia Collado, del departamento de comunicación de Ecija: “No venimos a vender; buscamos trasladar confianza a los clientes para que ellos sepan que, si nos necesitan, ahí nos tienen”.

Y es que, ante casos especialmente delicados como son las emergencias sanitarias, la estrategia de comunicación cobra una especial relevancia. Miguel Verger, responsable de marketing y desarrollo de negocio de Linklaters, comenta que, en un contexto así, los comunicados de las firmas deben ser eminentemente objetivos, “limitándose a informar desde un punto de vista jurídico-técnico”, como las consecuencias legales que pueda tener la pandemia sobre los contratos comerciales, por ejemplo. De esta forma, se da información sobre un hecho concreto de interés para los clientes evitando trasladar sensación de alarmismo.

Reacción

La alarma y, en consecuencia, las medidas de precaución frente a la pandemia empezaron a tomarse en serio hace una semana. Pero las firmas ya habían empezado a valorar el impacto y la seriedad de esta materia semanas antes. Ejemplo de ello es la guía que publicó el bufete Augusta Abogados a finales de febrero, cuando en España tan solo se habían confirmado un puñado de casos.

La nota aborda diversas dudas sobre las implicaciones laborales y de Seguridad Social que podían derivarse (y que, de hecho, ya se están produciendo) por la expansión del virus. “Pensamos mucho en cómo debíamos presentar la guía”, recuerda Pere Vidal, abogado de la firma y profesor de la Universitat Oberta de Catalunya. Y recalca que en casos como estos es importante “buscar el punto medio para no generar alarmismo ni parecer aprovechados”.

El letrado explica que la decisión de publicar información cuando casi ningún bufete lo había hecho fue un proceso meditado. “Empezamos teniendo preguntas de clientes, pero eran pocas y se planteaban como hipótesis o por mera curiosidad”, explica Vidal. No obstante, y después de que una empresa española anunciara que iba a hacer un ERTE por no recibir materia prima de China, el bufete decidió abordar el tema.

En Ecija, por su parte, la movilización comenzó cuando el virus se encontraba únicamente en Canarias. “Los socios en la isla nos pasaron un informe de dudas de clientes, sobre todo del sector turismo, y propusieron diseñar soluciones para toda la Península”, cuenta Collado. Ahora, la firma ha habilitado un equipo específico para el coronavirus formado por abogados de distintas oficinas a nivel mundial, con el objetivo de “canalizar con agilidad las dudas y resolverlas rápidamente”, concluye la experta.

Ventaja internacional

A la hora de identificar asuntos de potencial interés para los clientes, los despachos con presencia internacional tienen un punto de ventaja. “Tenemos una comunicación constante entre nuestras oficinas en otros lugares del mundo. Hace semanas ya estábamos monitorizando el impacto que tenía el coronavirus en otros países en los que operamos, como China o Italia”, ilustra Verger. Es de la misma opinión Isidro del Moral, co-head de la oficina de Bird & Bird de Madrid, quien relata que la estrecha colaboración existente entre los socios de la firma a nivel global ayuda a identificar con rapidez temas que puedan ser de potencial interés para el negocio. “Creemos que lo que pasa en otros países puede darnos pistas sobre lo que pueda ocurrir aquí”, agrega. Asimismo, Del Moral comenta que la sede de la firma en Londres cuenta con un equipo muy potente de desarrollo de negocio “que nos va mandando alertas de lo que puede ser relevante”.

Otro de los criterios claves en este sentido es la especialización y la experiencia en una materia concreta. “El conocimiento sectorial permite evaluar con más rapidez el impacto que puede tener un tema”, dice Nicolás de Gaviria, socio de Deloitte Legal. Para el jurista, esto es importante porque estimula la capacidad proactiva de la firma “y le permite anticiparse”.

Una vez identificado un tema, el siguiente paso es definir cómo se va a exponer de cara a los clientes o potenciales clientes. En esta línea, Enrique Ceca señala que depende del asunto que se está abordando: “Si el tema concierne a un público amplio, los medios de comunicación pueden ser buenos aliados”, afirma. Las materias más específicas, en cambio, pueden abordarse en un desayuno informativo, por ejemplo. Por su parte, De Gaviria añade que hay cuestiones urgentes que exigen una gran inmediatez “y obligan a las firmas a mandar un correo electrónico al cliente o, directamente, a descolgar el teléfono”. En los últimos días, muchas jornadas han sido suspendidas o sustituidas por webinars.

Los abogados, a casa

Zonas de riesgo. Los despachos son, en última instancia, empresas. Por eso, muchos de ellos han seguido las indicaciones del Ministerio de Sanidad y han ofrecido a sus abogados la posibilidad de trabajar desde casa. La mayoría de ellos activaron estas medidas el miércoles, coincidiendo con la suspensión de la actividad docente de varias comunidades autónomas, ofreciendo esta opción únicamente a los letrados que tuvieran hijos en edad escolar.

Teletrabajo. No obstante, a lo largo de la semana pasada, prácticamente todos los bufetes o bien han impuesto el teletrabajo a toda la plantilla o bien lo han ofrecido como algo opcional. Algunas de estas firmas son DLA Piper, Ashurst, Allen & Overy, Garrigues, Pérez Llorca, Ontier, Jones Day, Bird & Bird, Baker McKenzie y Garrigues, entre otros. Por su parte, Uría Menéndez recomienda a su plantilla el trabajo remoto, pero en el caso de que sea imprescindible trasladarse a la oficina, se ofrece a abonar las carreras en taxi desde el domicilio hasta la sede, evitando así que sus letrados viajen en transporte público.

Oficinas españolas. En el caso de Pons IP, el teletrabajo se hará efectivo hoy para todos los letrados que operan en cualquiera de las siete oficinas que tiene el bufete en España (Madrid, Barcelona, Vitoria, Bilbao, Valencia, Alicante y Sevilla). Desde la firma, explicaron que antes del pasado martes (cuando activaron su plan de contingencia contra el virus), teletrabaja simultáneamente el 10% del despacho, unas 10 o 12 personas. El pasado jueves ya estaban en remoto 83 profesionales. Esto supuso casi el 70% de la plantilla total, contando abogados, paralegales, administrativos, etc. El despacho prevé que este lunes el 100% de su plantilla (119 trabajadores) esté tele­trabajando.

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