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Reino Unido seguirá siendo barato aunque salga de la UE

Con los precios estabilizados, turistas y residentes extranjeros en el país aún notarán que viajar a las islas británicas es más económico que antes del referéndum

Tres años y medio después de la celebración del referéndum para el Brexit, el próximo 31 de enero el Reino Unido abandonará la Unión Europea. Sin embargo, la incertidumbre no ha desaparecido aún: aunque Londres y Bruselas han llegado a un primer acuerdo que evite un Brexit duro, lo cierto es que aún quedan 11 meses de intensas negociaciones para cerrar la nueva relación comercial que mantendrán ambas partes.

La Comisión Europea ya ha subrayado que este periodo de transición es demasiado breve para todos los asuntos que hay que negociar, pero, por el momento, Boris Johnson y los conservadores británicos se mantienen firmes en su decisión de que la relación actual concluya el 31 de diciembre de 2020. Y es esta incertidumbre sobre cómo evolucionarán las conversaciones y cuál será el resultado la que ha hecho que el optimismo inicial de los mercados tras la victoria de Johnson en las elecciones de diciembre (que le otorgó la mayoría suficiente para aprobar el texto del acuerdo) se haya esfumado "más rápido de lo esperado", subrayan desde Nomura. La libra llegó a tocar los 1,1988 euros, niveles de julio de 2016. Sin embargo, algo más de un mes después, se ha depreciado y vuelve a estar en los 1,17 euros.

En Citi predomina la prudencia, aunque calculan una revalorización de la divisa frente a la moneda comunitaria de alrededor del 2% en los próximos tres meses, lo que le permitiría recuperar los 1,19 euros. Una apreciación, no obstante, que no percibirán los extranjeros en sus bolsillos. Francisco de Haro, responsable de divisas de Citi en España y Portugal, afirma que el Reino Unido seguirá siendo un destino barato –en comparación con los niveles previos al Brexit– tanto para los españoles que residan allí como para los turistas. Los primeros se beneficiarán de una bajada del importe de las viviendas, mientras que los segundos observarán que el precio de los hoteles se mantiene –no ha habido un movimiento inflacionista– pero lo percibirán como más económico por los bajos niveles en los que se mantiene la libra, explica. Desde Bank of America añaden que la divisa está muy penalizada y cotiza casi un escenario de recesión. Asimismo, el retail sigue inmerso en una guerra de precios por los malos datos de ventas, por lo que las compras resultarán más asequibles.

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No obstante, todas estas afirmaciones dependerán de lo que suceda en algunas fechas clave de los próximos seis meses, más vinculadas a la economía del país que al propio Brexit. En primer lugar, De Haro menciona el 11 de marzo, cuando el Ejecutivo de Johnson presentará sus presupuestos, que deben ser "expansionistas" aunque mantener la "prudencia fiscal". En segundo lugar, cita las reuniones del Banco de Inglaterra, una el 30 de enero y otra el 26 de marzo. El mercado da por sentado que bajará los tipos en 2020 en torno a 25 puntos básicos –teniendo en cuenta el lento crecimiento de la economía y una inflación muy lejos del objetivo del 2%–, un movimiento que inicialmente debilitará a la libra pero que, con las políticas del Gobierno, impulsará a la economía, concluye. David Page, head of macro research & core investments en Axa IM, considera que el recorte se producirá en enero, mientras que David Alexander Meier, economista de Julius Baer, cree que el Banco de Inglaterra podría guardarse esta carta para más adelante, de cara a un Brexit que, por mucho que sea pactado, impactará negativamente sobre la economía británica.

No retrasar el Brexit

La conclusión del Brexit seguirá sobrevolando el mercado y la incertidumbre podría no despejarse hasta la cumbre europea de junio, fecha tope para que Johnson solicite una extensión del periodo de transición. Aunque no es su escenario principal, en Nomura consideran que si la opción de una salida desordenada vuelve a cobrar fuerza, se podría ver un retroceso de la libra en la segunda mitad del año. En Ebury plantean también la posibilidad de que Johnson relaje su postura y acceda a alargar los plazos –algo que no resultaría extraño ya que cuando llegó a Downing Street abogaba por un Brexit, con o sin acuerdo, en octubre, y finalmente accedió a posponerlo y negociar con Europa–. Esta posibilidad, aunque sería mejor que una salida dura –que colocaría a la libra en los 1,13 y 1,10 euros, según las previsiones de Citi–, prolongaría la incertidumbre y dañaría aún más la economía británica.

De Haro afirma que tanto Bruselas como Londres parten de una buena voluntad negociadora por lo que el escenario más probable –y positivo– es que ambas partes alcancen un acuerdo comercial como el que la Unión Europea tiene con Canadá para finales de año. "Este pacto no será bueno para el sector servicios ni para el manufacturero, pero al menos proporciona un mecanismo de acción", concluye.

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