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Banca

El Banco de España critica los comportamientos de ciertas entidades por la toma de riesgos

Pide subir el precio a los clientes menos solventes, mientras marca el camino a la banca: ganaría 4.700 millones más con menos ladrillo y oficinas

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. EFE

Una de cal y otra de arena. Así fue ayer el discurso del gobernador del Banco de España ante varios estudiantes en el IESE. Ante la tentativa de algunos bancos de estudiar el cobro de los depósitos para compensar los bajos tipos de interés, Pablo Hernández de Cos aseguró que los clientes titulares de depósitos, “especialmente en el caso de los hogares, podrían preferir sustituirlos por efectivo” si se cobrase por ellos, dado que su “remuneración es nula, pero no negativa”.

Pese a este mensaje, el gobernador es partidario de que los bancos cobren más a los clientes con un mayor perfil de riesgo. Los bancos deben “adecuar el precio al perfil de riesgo: mayores precios deben ser cobrados a mayores perfiles de riesgo” de los clientes, declaró durante el XV Encuentro del Sector Bancario, organizado por el IESE con el patrocinio de EY.

En su intervención, el gobernador reconoce que la banca española está haciendo sus deberes para mejorar su rentabilidad, y parten de una mejor posición de que la media europea. Pese a ello, reclamó a la banca “prudencia en la concesión de crédito”. Mantiene que en un contexto como el actual de “bajos tipos de interés durante más tiempo puede generar mayores incentivos a la toma de riesgos por parte de los agentes económicos”.

Alertó de que en los últimos meses los mercados han reducido sus expectativas de crecimiento de los beneficios de la banca, lo que reduce su rentabilidad, y “una rentabilidad reducida limita las posibilidades de generar capital orgánicamente a través de beneficios retenidos”.

Pero en su larga lista de alertas y recomendaciones que ayer dio a la banca, el supervisor pidió al sector que priorice la mejora de la eficiencia y la reducción de la morosidad.

Explicó que considerando conjuntamente un escenario hipotético en el que la banca alcance su mejor ratio de eficiencia, por debajo del 43,2%, y con una morosidad en mínimos históricos, la mejora del resultado anual podría haber sido de unos 4.700 millones de euros con respecto al observado en junio de 2019. Este aumento del beneficio hubiera dado lugar a un ROA de 27 puntos básicos superior y a un ROE o rentabilidad sobre recursos propios 3,5 puntos porcentuales más elevado. Aunque reconoció que estas estimaciones son “simplemente ilustrativas y deben entenderse como un techo de los verdaderos efectos”, ya que “probablemente sea difícil” alcanzar esos niveles de mejora.

Recordó que durante los tres primeros trimestres de este año, la banca española ha reducido su beneficio atribuido un 18%.

En estas jornadas, cada ejecutivo de la gran banca aportó sus recetas para que el sector vuelva a ser rentable, o no se vea tan debilitado por los bajos tipos de interés. El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, afirmó en estas jornadas que, con los actuales tipos de interés, “tomar depósitos poco rentables lleva a pérdidas” y cifró en 71 puntos básicos el marginal negativo para la banca de acopiar dichos recursos de clientes.

Estos cálculos de Gortázar toman como referencia el 0,50% que cobra el BCE a las entidades por dejar su liquidez, a lo que se suma el pago de otros 3 puntos básicos en impuestos por los depósitos y 18 adicionales por la cobertura del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD). Añadió que en dicho cálculo no se incluyen los costes asociados de distribución, concluyendo que tomar depósitos “solo es una fuente de pérdidas y, por tanto, poco atractivo”, además de ser negocio “hiperregulado”.

El primer ejecutivo de CaixaBank hizo una reflexión, “alguien debería pensar si esta situación es sana a largo plazo”.

El consejero delegado de Bankia, José Sevilla, también mostró su preocupación por el efecto de los bajos tipos de interés, e instó a abrir en Europa un “debate” sobre los efectos que la política de tipos negativos provoca. Apuntó la decisión de algunos bancos centrales de revertirla o mitigar sus impactos.

El consejero delegado de Banco Sabadell, Jaime Guardiola, fue ligeramente más positivo al ver “muchísimo futuro” al sector financiero a pesar de los tipos de interés negativos y una competencia cada vez mayor de las grandes tecnológicas. Pero está convencido de que la banca es capaz de reorientar su negocio.

El consejero delegado de BBVA, Onur Genç, también fue ligeramente más optimista. Advirtió de que el sector bancario tendrá éxito compitiendo con los nuevos operadores digitales si “se pone las pilas” en la gestión de datos, pues su correcta utilización le permitirá reducir a cero sus tasas de morosidad, mejorar su eficiencia y captar nuevos clientes.

Sabadell anunció ayer que quiere fijar ratings de sostenibilidad a sus casi 300.000 clientes empresas y todas sus operaciones durante 2020. El consejero delegado de la entidad, Jaime Guardiola, confesó ayer que se trata de un empeño personal para que “no nos agarre esto –la transformación medioambiental– un poquito rezagado”. El número dos del banco añadió que “tarde o temprano el supervisor va a venir pidiéndonos ratings distintos y esto es un proceso muy complicado”.

El plan pasa por identificar a los 60.000 clientes de negocio que el banco visita anualmente con calificaciones estandarizadas. Para las casi 250.000 pymes que también atiende y carecen de acceso a dichos ratings generales y estandarizados, la intención es que los emitan los gestores de Banco Sabadell.

El consejero delegado de Banco Santander, José Antonio Álvarez, alejó la posibilidad de que haya grandes fusiones europeas sin que antes se avance en la unión bancaria. “No hay un mercado único”, sentenció. Y aprovechó para presumir de la integración de Banco Popular, con un ahorro de costes mayor del previsto inicialmente.

Álvarez explicó que en el banco “seguimos viendo tanto en España como en Portugal el crédito cayendo”, para el conjunto de los dos países, en contra de lo que se esperaba y con la única excepción del crédito al consumo, donde sí está aumentando, y frente a otras economías como Estados Unidos donde la financiación se ha demostrado “muy resistente”.

 La patronal bancaria, la AEB aboga por “pasar a la acción” ya en la lucha contra el cambio climático, “sin demora” y “sin perder un minuto”, pero “de forma planificada y consensuada” entre los distintos agentes sociales. Sólo así, explicó el presidente de la AEB, José María Roldán, se podrán reducir las incertidumbres inherentes a la lucha contra el cambio climático, sin dejar de lado las acciones de sensibilización y concienciación de la sociedad.

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