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Elecciones 10N

Los analistas alertan del riesgo de unas terceras elecciones

La idea de una gran coalición entre PP y PSOE pierde fuerza

Parqué de la Bolsa de Madrid.
Parqué de la Bolsa de Madrid.EFE

"Estamos empezando a preocuparnos por la gobernabilidad de España”. Las palabras de Alvise Lennkh, analista de Scope, resumen la sensación que hay entre los analistas tras el resultado electoral de las elecciones celebradas el domingo. Sin embargo, los inversores no parecen preocupados teniendo en cuenta que hoy tanto la renta variable como la deuda están reaccionando con escasos movimientos. Hasta el momento y en los últimos meses, el mercado ha estado más preocupado por otras incertidumbres que por la falta de Gobierno en España. Los problemas de Italia, el conflicto catalán, el Brexit e incluso la guerra comercial han tenido más efecto negativo en la Bolsa que la política española.

Son muchos los analistas que piensan que los inversores ya están vacunados contra la falta de Gobierno. Ignacio de la Torre, socio de la firma de inversión Arcano, explica que desde el punto de vista de los inversores institucionales “el resultado no añade nada nuevo a las expectativas. Hay que tener en cuenta, además, que la Bolsa española no es española, ya que una parte relevante de su beneficio no viene de España”.

Julius Baer ve probable que el estancamiento en España continúe y aunque el PSOE ha sido la fuerza más votada considera que el ganador de las elecciones es Vox, que logró el 15% de los votos frente al 10% de las pasadas elecciones. A pesar de la inestabilidad política que impera en España y el resto de Europa, desde la firma suiza apuntan que los mercados financieros siguen mirando al BCE y cuenta con el respaldo del programa de compra de deuda. “Aunque los rendimientos aumentaron sustancialmente la semana pasada, todavía se encuentran en niveles históricamente bajos. La deuda pública de la periferia europea se benefició de los programas de adquisición de activos”, subrayan.

El bono español es hoy uno de los activos más sensibles y repunta dos puntos básicos, ascenso suficiente para recuperar la barrera del 0,4%, niveles del pasado mes de julio. La deuda española se distancia de del Portugués que se sitúa en el 0,35%. El comportamiento del bono español dista mucho del registrado por el portugués a comienzos de octubre cuando tras la victoria del partido socialista bajó al 0,13% y se situó por debajo del español por primera vez desde 2009.

“El BCE contribuirá a atenuar la respuesta del mercado”, explica Roberto Scholtes, director de estrategia de UBS en España. Desde la entidad señalan que con la institución comprando deuda y los inversores deseosos de obtener rentabilidad en un entorno de tipos cero, los bonos españoles son vistos como un activo interesante. En lo que respecta a la Bolsa española, Scholtes cree que esta seguirá la corriente de los principales índices europeos a corto plazo.

Por su parte, Juan José Fernández Figares, director de análisis de Link Securities, explica que la falta de visibilidad sobre posibles "pactos hace muy factible que los inversores se mantengan a la espera antes de adoptar decisiones en un sentido u otro (compra o venta)".

"En este punto, se hace difícil vislumbrar cuál será finalmente el escenario a cumplir. Muchos, ante el deterioro del actual entorno macro y a la urgente necesidad de salir del bloqueo político, empiezan a solicitar un pacto de Estado entre los partidos más representativos, PSOE y PP, con el objetivo de mantener la estabilidad política, si bien hoy por hoy se ve tremendamente complicado", explica Oscar Anaya, jefe ventas de Tradition en España.

El analista añade que fuera de esto, las alternativas pasarían por abstenciones (escenario también muy complicado) o una nueva negociación con los partidos de izquierdas y nacionalistas, un difícil juego de sillas que, desde luego, no augura mucha estabilidad. Por último, y aunque "nadie quiere oír hablar del tema, la posibilidad de que se celebren nuevas elecciones sigue resonando con la misma fuerza que hemos visto hasta ahora", añade Anaya.

La gran coalición entre PSOE y PP es una posibilidad que los analistas ven un poco díficil. "De producirse, denotaría una gran madurez de nuestra Democracia”, añade Figares, de Link Securities.

La celebración de nuevas elecciones y la creación de un gran coalición PP-PSOE tienen las mismas escasas posibilidades de producirse en el análisis que del resultado electoral hace el banco británico Barclays. Los analistas de dicha firma explican que no ven este pacto porque ambos partidos tienen posturas muy contrapuestas en temas muy importantes como Cataluña, la política fiscal, la reforma del mercado laboral, así como la falta de confianza entre los líderes políticos de los partidos.

El escenario base con el que trabaja Barclays es una alianza de izquierdas liderada por el PSOE y el apoyo de Unidas Podemos, Más País y los nacionalistas. “Aunque Podemos se ha debilitado cree que Sánchez tiene menos incentivos que en septiembre para marginar a Pablo Iglesias bloqueando a Podemos de cualquier representación gubernamental”, indican. Esta opción genera dudas. En Macroyield defienden que algunas de las medidas de la formación morada generan preocupación al mercado como las restricciones a las inversiones en sicavs y la intervención en los precios de las eléctricas y el sector inmobiliario. "La posibilidad de que Unidas Podemos exija medidas como la reversión de reformas como la laboral, sería mal vista por el mercado, entre otras cuestiones por el posible enfrentamiento que supondría con Bruselas, que ya ha advertido que España necesita rebajar su déficit y continuar haciendo reformas", añaden estos expertos.

Rubén Segura-Cayuela, economista jefe para Europa de Bank of America Global Research, considera que la gran coalición de PP-PSOE es casi imposible ante el ascenso de la extrema derecha que amenaza el centro-derecha. El experto afirma que o se logra un gobierno minoritario del PSOE (el resultado natural) que trabaje con el resto de la izquierda o España se dirige a otras elecciones, una idea todavía improbable pero que no está del todo descartada. Segura-Cayuela cree que "los mercados no deberían preocuparse mucho por el momento". 

Más pesimista se muestra Philippe Waecther, economista jefe de Ostrum AM. “El principal riesgo de esta situación a corto plazo es un impacto negativo en el crecimiento, que ya está siendo menor a medida que el efecto de recuperación, tras la última recesión, desaparece progresivamente. La imposibilidad de formar un Gobierno será negativa para los mercados”, añade a la vez que aplaude la idoneidad de que el BCE haya vuelto a adquirir deuda, algo de contribuirá a limitar el impacto de la incertidumbre política.

Gilles Moëc, economista jefe de AXA IM, afirma que el resultado electoral de España se enmarca dentro de la tendencia política que impera en Europa en la que la “casi parálisis” es su principal característica. El experto señala como ejemplos la debilidad de la nueva coalición en Italia -­formada por el Partido Democrático y el Movimiento 5 Estrellas- o la fragilidad de la coalición en Alemania en un momento en el que “el liderazgo de Merkel se desvanece”. Solo Francia muestra algo más de solidez y se encamina a protagonizar el “salto europeo” pero como apuntan en AXA IM “independientemente de cómo se reciban las propuestas francesas, la realidad es que es muy difícil avanzar cuando los Gobiernos nacionales de muchos países están afrontando sus propios dilemas existenciales”.

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